Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1135

Brisa siguió a Naomí.

Naomí puso los fideos en la mesa delante de Cristina, que probó la sopa inmediatamente.

-Muy bueno, Naomí no sólo sabe hacer dinero sino también cocinar. El hombre que se case con ella debe ser muy afortunado.

Naomí puso los ojos en blanco y pensó: "¿Tanta prisa tienes por presentarme una cita? Al menos termina tu comida primero".

Pronto Cristina se concentró en los fideos y no volvió a mencionar al hombre.

-Voy a la cocina.

-Espera, Naomí, quiero hablar contigo.

-Cristina, ¿podemos hacerlo en otro momento? Que estoy muy ocupada.

-No, basta con cinco minutos.

Como Naomí no contestó, Cristina empezó a hablar sola.

-Un familiar mío tiene un sobrino que vino a visitarla el otro día, es alto y guapo, parece bastante honesto, tiene una casa, pero nunca ha tenido novia. Mira, llevas mucho tiempo sola desde que has vuelto, ¿por qué no te lo presento?

Brisa había estado a favor de que Naomí tuviera una cita, pero ésta acababa de desenamorarse y ahora no era el momento.

Así que antes de que Naomí saliera de la cocina, Brisa ya había rechazado a Cristina una vez.

Pero no esperaba que Cristina no se detuviera, y siguió halagando al hombre, insistiendo en que Naomí lo conociera.

-Pero, Cristina, Naomí está tan ocupada estos días que no tiene tiempo para salir -rechazó Brisa a Cristina con una sonrisa.

Cristina agitó inmediatamente la mano.

-Está bien, puede venir cuando Naomí esté libre.

Brisa y Naomí no sabían qué decir.

-Cristina, me temo que no podamos por esto.

-No importa, puede ayudarte. Naomí, en serio, eres una buena chica, es muy difícil llevar una tienda sola, tus padres ya son viejos, y necesitas un hombre de la ciudad con casa, puedes tener unos hijos cuando te cases, eso sería genial.

Naomí no estaba impresionado.

Brisa se lo tomó en serio, pero no dijo que sí, temiendo que Naomí no fuera lo suficientemente buena para el guapo.

-Naomí, es muy simpático, lo llamaré ahora.

Brisa giró la cabeza y encontró a Naomí frunciendo el ceño ante su móvil.

-¿Qué estás haciendo?

Naomí guardó el móvil, -Nada.

Justo ahora Bernabé le había enviado una captura de pantalla de la devolución de Diego, y cuando le pidió a Bernabé que le diera el dinero a Naomí, Bernabé le preguntó qué hacer.

Naomí se sentía amargada.

-¿Qué estás ocultando? Entonces olvidemos la cita.

Naomí sonrió, -Mamá, estoy bien, sigamos.

De todos modos, todo dependía del destino. Tal vez encontrara un marido cariñoso como Carmen lo hizo y vivieran felices. Y entonces no volvería a pensar en Diego.

Naomí respiró profundamente al pensar en ello, -¿Ya está aquí?

-Estaba abajo hablando con Cristina.

Fue entonces cuando Cristina lo trajo a Naomí.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón