Diego podía sentir que ella lo estaba defendiendo con el corazón en la mano.
Una sensación extraña surgió de su corazón.
-Está bien, pero todavía no he dicho nada. No tienes porqué aclararlo, ¿acaso te he dicho que es un hombre violento?
Naomí se quedó atónita por un momento, pensando que su madre ya daba por hecho de que lo era ¿Podría ser que estaba pensando mal?
Brisa le miró a Diego.
-De todos modos, esta vez le echaste una mano a nuestra hija. Si no fuera por ti, sería posible que termináramos haciendo el ridículo, así que muchas gracias".
Después de hablar, se puso de pie y inclinó la cabeza para agradecerle.
Al ver esto, el padre de Naomí también hizo lo mismo.
Nunca antes había experimentado esta forma de agradecimiento, por lo que Diego se sorprendió durante unos segundos antes de reaccionar.
-Señor y señora, ¿qué estáis haciendo? Cualquiera lo haría como yo.
Brisa le miró a este hombre alto y guapo, y luego a su hija que estaba tímida y asustada, el teléfono móvil de Diego sonó cuando ella estaba pensando en algo.
-Disculpad, voy a contestar una llamada.
Sacó el teléfono y se dirigió al balcón.
Aprovechando el tiempo de que estaba contestando el teléfono, Brisa volvió a observar a su hija.
Al principio, pensaba que después de lo que pasó anoche, su hija debería haber estado muy deprimida o afectada, pero ¿ahora? Estas emociones negativas se habían ido por completo porque en ese momento estaba llena de regocijo. Y cuando Diego fue al balcón, Naomí también estaba mirando furtivamente hacia allí.
"Ay ... todas las hijas son unas desagradecidas."
Pensando que en el futuro este hombre le robaría su hija de sus manos. Brisa estaba triste y complacida, y se le acercó a su hija y le preguntó en voz baja.
-Dime, ¿qué más pasó anoche?
-Qué-
Cuando su madre mencionó lo de anoche, ella tuvo una gran reacción, pero gracias a las lecciones de la mañana, en lugar de levantarse de un salto, pretendió estar sentada tranquilamente.
-Juro que no pasó nada.
-¿Estás segura? entrecerró los ojos y la miró fijamente.
Parpadeó nerviosamente y asintió con la cabeza vigorosamente, -de verdad no pasó nada.
Pero mientras su madre se acercaba a ella para mirarla más de cerca, bajó la cabeza con una conciencia culpable y no se atrevió a mirarle a los ojos en absoluto.
¿Cómo era posible que su madre no pillara todo? Miró a la figura que estaba en el balcón y le susurró al oído -¿Es el mismo del que me hablaste antes? -
-¿Qué me dices?
"¿Por qué ella me pregunta esto de repente? ¿Ya se dio cuenta de esto tan rápido?" Naomí se encontraba muy angustiada.
Al ver que su hija estaba confusa e inquieta, supo que había acertado.
Pero no esperaba que estuviera enamorada del tío de Bernabé.
Pensó esto y le dijo , -le tratas muy bien a Bernabé, ¿es porque estás enamorada de su tío o qué?
-¡Madre! Deja de decir tonterías, ellos no tienen nada que ver. Aunque los dos son parientes, no tengo ninguna relación con ellos.
En primer lugar, ella era una buena amiga de Xenia, y en segundo lugar, se enamoró de Diego después. Si Naomí y Diego se hicieran novios en el futuro, ella y Xenia no romperían la amistad, por lo que eso de cuidarle a Bernabé a fin de conquistar a Diego no era imposible.
Después de hablar, ella le agitó la mano para despedirle. Al ver que no había ninguna expresión en su rostro, retiró la mano y subió las escaleras.
De repente sintió que su brazo se empezaba a apretar fuertemente, los pasos de Naomí se detuvieron y no pudo avanzar.
Este hombre la detuvo.
-¿Qué pasa?
"¿Qué quiere hacer él?" sus latidos ponían a cien, y no se atrevió a hablar nada porque los dos no habían mencionado lo que sucedió anoche hasta ahora, pero Carmen había tocado el tema antes de que vinieran por aquí, por lo que ella estaba muy preocupada de que este hombre hablara de lo que pasó anoche.
Por supuesto, se le mezclaban la preocupación y un poco de expectativa.
-No salgas a solas en estos días, llámame si quieres algo.
Diego no mencionó nada lo que sucedió anoche sino le dijo unas palabras. ella asintió con la cabeza -Está bien...
-Sube.
Mientras hablaba, extendió la mano y le frotó la cabeza, y su voz se volvió más suave -No pienses demasiado.
-¿Vale?
Levantó la cabeza rápidamente para encontrarse con su mirada, "¿que no piense demasiado? ¿Se refiere a lo que pasó anoche?¿me dice que no piense mucho en estas cosas, que no lo tome tan en serio?"
Justo cuando lo miraba con incertidumbre, de repente se acercó, respirando en su nuca.
-Dejo que no pienses mucho, ¿por qué empezaste a recordar lo que tuvimos anoche?
Su cara se puso sonrojada, "¿Por qué lo sabe? Él puede adivinar de un vistazo qué estoy pensando, ¿es porque me comporto de manera demasiado obvia? ¿Ya me ha leído los pensamientos?"
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