Esposa falsa de Simón romance Capítulo 324

Cuando se dirigió a la puerta, Verónica vio a un grupo de hombres parados afuera, y todos eran rostros extraños. En ese momento, mudó de color drásticamente y dijo-¡Liliana, cierra la puerta!-

Liliana no pudo reaccionar, y Verónica intentaba levantar la mano rápidamente para cerrar la puerta.

Pero sus movimientos eran demasiado tarde, alguien dio un paso adelante y levantó la mano para sostener la puerta.

Verónica hizo lo imposible para cerrarla durante mucho tiempo, por lo que se tambaleó hacia atrás muy asustada. Al ver que Liliana seguía de pie estúpidamente junto a la puerta, súbitamente dio un paso adelante y tiró de Liliana detrás de ella, y luego dijo en voz alta-¿Qué queréis?¡Os digo que no tengo dinero! Si lo queréis, ve a por mi hija. Mi hija es la señorita de la familia Freixa y os puede dar mucho dinero.-

Después de escuchar el nombre de la Srta. Casaus, este hombre noble y frío frunció el ceño ligeramente, -¿De qué estás hablando?-

Verónica se quedó paralizada durante un momento y entrecerró los ojos -¿Qué? ¿No crees lo que he dicho? ¿Estáis aquí para cobrar deudas? Ya os he dicho que no tengo dinero. Si quieres ese dinero, ve a por mi hija mayor, ella es la señorita de la familia Freixa, y os dará sin importar cuánto sea.-

-Mamá.- Liliana le miró al hombre que estaba a la cabeza y, después de pensarlo, dijo -No debería pertenecer a esas pandillas. No digas tonterías.-

Después de terminar de hablar, Liliana le empujó suavemente a Verónica y les sonrió -Lo siento, mi madre está enferma estos últimos dos días, así que se comporta un poco confundida y suele decir todo tipo de estupideces, ¿me podríais decir quién sois?-

Un sonido de clac, clac, clac

En ese momento, una mujer que llevaba los zapatos de tacón alto salió de detrás de la multitud. Después de haberse enterado de la situación, les sonrió levemente -Señorita Casaus, lamento mucho molestaros, pero no tenemos ninguna mala intención, tampoco estamos aquí para cobraros deudas, así que no os preocupéis.-

Después de hablar, Carmen les entregó su tarjeta de presentación, -Mi nombre es Carmen. -

Liliana cogió la tarjeta de presentación con recelo y echó un vistazo, y después de descubrir que era la secretaria de Diego Leguizamo, presidente del Grupo Leguizamo, sus ojos se iluminaron.

Todos sabían que el gigante con más reputación de la Ciudad Norte pertenecía al Grupo Freixa, seguido del Grupo Leguizamo. Mientras éste se esforzaría más, casi podría superarlo, pero el Simón Freixa era el que tomaba el mando, por lo que la familia Leguizamo todavía no estaba a la altura.

Pero esto no afectaba la posición y el poder del Grupo Leguizamo en la Ciudad Norte.

Además, Frida solía ser una buena amiga de Sofía. Liliana estaba tan envidiosa de que en realidad era la hija de pura cepa del Grupo Leguizamo. Incluso se hacía la illusion de que si alguien viniera a decirle que era la hija de algún Grupo, y le pidió que regresara con ellos. Eso seria maravilloso.

-Hola.- Tan pronto como vio que era la secretaria del Grupo Leguizamo, la actitud de Liliana cambió drásticamente. Se apresuró a guardar su tarjeta de presentación, y luego le miró al hombre que estaba detrás de ella con un temperamento peculiar.

-Disculpe, ¿en qué puedo ayudarlos?-

Carmen les sonrió levemente y sus miradas se posaron en Verónica, que no estaba muy lejos de su hija -Señorita Casaus, tenemos algo que preguntarle a la señora Casaus.-

Solo entonces Verónica se dio cuenta de que ellos no estaban aquí para cobrarles deudas. Recientemente, estaba aterrorizada por los usureros, por lo que cuando vio a un grupo de ellos parados en la puerta, se asustó e inconscientemente sintió que ellos habían venido con fin de cobrarles.

Ella no esperó ...

-Liliana, ¿los conoces?-

Después de hablar, las miradas llenas de la suspicacia de Verónica también se posaron en el rostro del hombre.

Un traje oscuro le perfila la figura extremadamente esbelta. Este hombre se veía muy guapo. El temperamento noble que lucía puso en evidencia que no era una persona común y corriente a primera vista. ¿Cómo podría un hombre normal tener tal aura? El aura de este tipo de hombre la tenían aquellos que estaban en altos cargos durante mucho tiempo.

Al escuchar esto, las dos se inmutaron, y después de mirarse la una de la otra, Liliana se apresuró a sentarse junto a su madre frunciendo los labios rojos -Soy su hija, ¿acaso hay algo que no pueda saber? ¿Mi madre hizo algo mal? Entonces si es así os pido perdón en su nombre, por favor no avergüences a mi madre.-

Verónica le abrazó a su buena hija con fuerza, y estaba tan conmovida -Sí, sí, Liliana es mi hija, no hay nada que no pueda saber, hablad de una vez por todas.-

Diego estaba en silencio, pero el aura de su cuerpo obviamente había cambiado ligeramente. Sus miradas se posaron con calma en el rostro de Liliana -Señorita Casaus, has malinterpretado. Solo tengo unas pocas preguntas para hacerle a tu madre, ella tampoco hizo nada que nos ofendió. Si es conveniente, ¿puedes darnos un momento?-

Cuando sus ojos que parecían tener hechizo y embrujo se encontraron con los de Liliana, ella inmediatamente sintió que estaba completamente conquistada por este hombre. Antes quería quedarse y escuchar lo que iba a decir nada más. Pero en este instante, ya se había embelesado en su voz profunda y baja, luego asintió con la cabeza tímidamente bajo sus miradas.

-Bueno, Sr. Diego, entonces no me meto donde no me han llamado, voy a comprar agua y vuelvo más tarde.-

¿ Verónica no pudo notar lo que su hija estaba pensando? Solamente pensando para sí, “mi hija ya tiene novio, ¿cómo puede enamorarse de otros hombres? Pero ... aunque su novio también es un hombre rico, comparado con el que tiene enfrente ... es simplemente inigualable.”

“Si ella puede ...” Verónica volvió a hacer pequeños cálculos en su corazón.

Luego sonrió y asintió con la cabeza -Está bien, vuelve temprano.-

Después de que Liliana se fue, Verónica le sonrió alegremente a Diego, quien estaba enfrente sin ninguna expresión -Sr. Diego, puedes preguntárme ahora.-

Los miradas de Diego estaban tranquilas y le lanzó una mirada a Carmen después de un silencio durante un momento.

Carmen lo captó de inmediato y sacó las fotos preparadas previamente y las puso en la mesa.

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