Esposa falsa de Simón romance Capítulo 367

Al día siguiente

Como Xenia volvió a casa, por lo tanto, toda la familia Leguizamo también pareció había mucha animación.

-Se dice que nuestra señorita fue a casa anoche y trajo de vuelta a un niño lindo. Tengo ganas de verlo.

Varias criadas se reunieron susurrando.

-Ahora tal vez no se hayan levantado todavía. Volvieron por la media noche. No se despertarían hasta el mediodía. He oído que esta señorita se parece mucho a nuestra señora anterior, especialmente el temperamento. -

-¿De verdad? Hace cinco años os dije a escondidas que no se pareció a los de la familia Leguizamo el temperamento de la señora falsa. No esperaba acertarlo, que ella era de verdad una falsa. -

-Lo falso no puede hacerse realidad, viceversa. Después de mucho tiempo, se puede reconocer. Ahora la verdadera dama ha vuelto. La falsa no se esconderá por ningún lado. -

-Bueno. Hace cinco años la echaron de la casa de Leguizamo. ¿A dónde fue? -

-Dios sabe, pero ese tipo de mujer... no debería tener buen resultado. -

-No digamos más de la falsa, que es desagradable. Escuché que el hijo de la señorita, es decir, nuestro pequeño señorito, es muy lindo, y también muy guapo. -

-¿Verdad? -

-¡Espero verlo! -

Se frotaron las manos con la expresión muy emocionada.

Xenia no se levantó hasta el mediodía porque anoche estaba demasiado cansada. Y en ese momento descubrió que desapareció Bernabé. Se quedó sorprendida por un segundo y recordó que estaba en la casa de Leguizamo. Bernabé debería haber bajado. No se preocupaba y se levantaba lentamente. Bajó después de asearse.

Lista para bajar, Xenia vio una pequeña figura abajo, que estaba rodeada por la multitud sin que se supiese qué hablaban.

Bernabé era un niño popular, que le dio igual a donde fue.

Xenia estaba acostumbrada a tal situación.

Cuando daba un paso para bajar, una voz baja vino de atrás, -¡ Xenia! ¡Xenia! ¡Xenia!-

Al oírla, Xenia detuvo el paso. Giró la cabeza y vio que Naomí estaba escondida en la esquina, mirándola nerviosamente. Al ver que dio la vuelta, Naomí le movió la mano, haciendo señas para que se le acercase.

Xenia luego caminó hacia ella.

-¿Qué pasó? ¿Para qué te escondes aquí? ¿Ser ladrona? -

Naomí se puso triste, -¡Gracias a ti! -

-¿Qué tiene que ver conmigo? -

-Si me hubieras despertado anoche, no habría sido tan humillante. Ahora yo... no me atrevo a bajar las escaleras de forma casual. Tengo miedo de tropezarme con tu hermano. -

Tras escuchar lo que dijo, Xenia no pudo evitar levantar una ceja. Se acordó de que anoche no la respondió fingiendo muerta cuando le preguntó a Naomí qué había pasado. No la obligó a contestarle.

No obstante, le estaba diciendo delante de sí misma. Entonces Xenia creyó que tuvo que preguntárselo.

-¿Qué te pasó anoche? ¿Por qué siempre mencionas que has perdido la cara? ¿Acaso le has hecho algo a mi hermano? -

Al oír eso, Naomí se quedó con los ojos abiertos, moviendo miró la cabeza, -¿Cómo puede ser? ¿Quién imaginas que soy? -

-¿Acaso te ha hecho algo mi hermano? -

Naomí la miró increíblemente, -Xenia, ¿cómo puedes difamarlo a tu hermano?-

Xenia, -... -

Estaba bien que no habló nada, así que se dio media vuelta de inmediato y se preparaba para bajar las escaleras.

Naomí nerviosamente se agarró de su manga, -No te vayas. Ayúdame. -

-¿Cómo puedo ayudarte? -

-¿Ves si tu hermano está abajo? -

-No. -

-¿De verdad? ¿No me mentiste? Ni siquiera lo mirabas. -

-Acabo de ver. -Xenia no tuvo otro remedio.

Naomí se sintió aliviada, -Bueno, entonces voy a bajar contigo. -

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón