Esposa falsa de Simón romance Capítulo 377

Simón siempre había sido un hombre que no se comprometía fácilmente.

Pero Simón se enfrentaba ahora a sus seres queridos.

A Simón le resultaba difícil afrontar las cosas.

-Espero aquí. Veo que no parece que tengas nada que hacer hoy, así que por qué no vas a reunirte con esa chica esta tarde. -

Simón estaba un poco molesto por dentro, - ¿Desde cuándo te has puesto así? -

-¿Qué? - Raquel se quedó atónita ante la pregunta, - ¿Qué quieres decir con eso? -

-Estás siendo muy poco razonable en este momento. -

-Estás siendo muy poco razonable en este momento. -

Simón levantó la cabeza y miró el rostro de Raquel. Sus ojos revelaban sus emociones y estaba claro que no le gustaba el arreglo de Raquel.

Raquel no esperaba que Simón la criticara de esa manera, así que se quedó paralizada por un momento.

Cuando reaccionó, en lugar de enfadarse, sonrió.

-Ya estás muy crecido para tacharme de irracional. ¿Eres tan capaz ahora que no merezco estar a tu cargo? -

En ese momento, Raquel tenía una expresión complicada y decepcionada en su rostro.

El estado de ánimo de Simón siguió el mismo camino, de hecho, no había estado de buen humor en los últimos días. El único miembro de la familia que seguía vivo a su alrededor era la tía Raquel.

Pensando en eso, Simón cerró los ojos, respiró profundamente y no contestó.

-Bien, no puedo cambiar lo que piensas de mí, pero de todas formas tienes que ir a ver a la chica hoy. -

Simón no volvió a hablar, ni a resistirse.

A Raquel le aliviaba saber que Simón había aceptado.

Aunque Simón considerara que hoy no estaba siendo razonable, no iba a aclararlo por sí misma.

*

-Este plato debería ir con este, y sí, añadiremos otro plato de sopa. -

El chef contratado por el grupo Leguizamo había escrito una receta para una semana de comidas nutritivas, y Naomí se la llevó a Xenia para que la revisara.

Xenia lo leyó y asintió, pensando que estaba bien. Así que lo revisó un poco y se lo entregó a Naomí.

-Las recetas son diferentes para cada día, Xenia, ¿cuál crees que es un buen precio? -

-Este chef debe tener más experiencia que nosotros, déjalo decidir. -

-De acuerdo. - Naomí asintió y se dio la vuelta, dispuesta a salir del despacho.

Xenia reunió la información en su escritorio y añadió de repente, -Cuando bajes, notifica al grupo de la tercera planta que venga a la reunión de la cuarta. -

Al escuchar eso, Naomí se sintió un poco confundida.

-¿Una reunión? -

Xenia levantó una ceja, - ¿Hay algún problema? -

-Yo no. -

Naomí frunció el ceño y se marchó. ¿Por qué molestarse en informar a los miembros del grupo de la reunión? Siempre se sintió muy rara.

Antes, cuando no había compañía, Naomí y Sofía eran muy libres. Desde que se creó la empresa, tenía un montón de cosas que hacer y reuniones a las que asistir, y estos días eran demasiado duro.

Olvídalo, la empresa ya está establecida, ¡intentemos dirigirla bien!

-¿Algo más? ¿Qué tipo de cosas? -

Eva sonrió levemente, -No estoy segura de eso, ¿por qué no vas a comprobarlo? -

Naomí escuchó y sorprendentemente salió por la puerta.

Apenas había dado dos pasos cuando Xenia la detuvo, - Naomí, siéntate. -

Naomí volvió a mirar a Xenia incrédula, -Pero aún falta gente, iré a buscarlos a todos. -

-No es necesario. - Xenia se mostró firme y su voz era tranquila, -Como dije el otro día, no se puede hacer un buen trabajo si te obligan los demás. Ya que no quieren venir, hagamos una reunión. -

Después de decir eso, Xenia se recogió y luego miró la carpeta en la mano de Naomí, -Primero les envías la información. -

Naomí hizo lo que le dijo Xenia, a pesar de su enfado, y repartió la información que tenía en la mano a los presentes.

Xenia sacó su silla y se sentó. La sala de reuniones estaba bien equipada, y ella introdujo su memoria USB preparada de antemano en el puerto del ordenador, haciéndola funcionar mientras explicaba, -Esta información se tomará el tiempo de leerla primero. -

Eva no dijo nada, hojeando tranquilamente la información y mirándola. Felix seguía con la misma mirada frívola. Sin embargo, Bianca se mostró insatisfecha y miró la información, -David, ¿qué necesidad hay de leer esta información? La empresa acaba de empezar a funcionar, no hace falta una reunión cuando no hay clientes que hagan pedidos. -

David fingió no oír, y miró con atención cada frase de la información.

Felix no tocó la información, y Xenia no se importó de él, ya había dicho todo lo que tenía que decir de todos modos. Felix de repente sintió un poco de curiosidad por Xenia.

Xenia parecía tener una personalidad débil, y casi cualquiera hubiera podido intimidarla.

Pero si tratabas de meterla en problemas, lo ignoraba. Xenia siempre fue capaz de poner las probabilidades a su favor.

Probablemente porque la expresión de Felix era demasiado concentrada, Xenia levantó de repente la vista, con los ojos afilados, y le preguntó, - ¿Qué problema tienes? -

Ante esa pregunta, Felix no pudo evitar sonreír, -No tengo ningún problema, sólo me preguntaba por qué estamos reunidos ahora. Ni siquiera tenemos clientes. -

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