Esposa falsa de Simón romance Capítulo 378

-Que no tengamos clientes ahora, no significa que no los vayamos a tener en el futuro. - Xenia terminó su respuesta y dejó de mirarle.

Un bolígrafo negro giró en los dedos de Xenia, por lo que Felix volvió a mirar sus dedos.

Sus manos eran esbeltas y recortadas, con diez limpias puntas de dedos. Sus uñas estaban muy bien cuidadas, a diferencia de las mujeres que Felix conocía, que llevaban esmalte. No había color en los dedos de Xenia, eran unos delicados dedos de una adolescente.

-Os he pedido que vengáis a la reunión de hoy con dos propósitos, uno es mostraros esta información y el otro es que quiero ver vuestra actitud. - Dicho esto, Xenia dejó el boli.

-Independientemente de la razón por la que habéis venido hoy a esta sala de reuniones, me alegro de que hayáis estado dispuestos a venir, y os doy las gracias. -

-Bueno, seguimos. -

*

-¿Esa mujer tiene clara la situación actual o no? La empresa acaba de crearse y tiene que reunirse, ¿tiene realmente lo que hay que tener para ser nuestra jefa? Viéndola así, siempre siento que nuestra empresa quebrará y se hundirá pronto. ¿Qué tal si buscamos…? -

Las pocas personas que no fueron a la reunión se sentaron juntas, y Maya miró con dudas a Isidora y le susurró.

Isidora se burló y miró a Maya con impaciencia, -Maya, no fui a la sala de reuniones porque me dolía el estómago y no quería ir, ¿qué tiene que ver con Xenia? No especules alocadamente aquí. -

La cara de Isidora estaba un poco pálida y su frente aún tenía algo de sudor frío, parecía que no se sentía bien.

Y en ese momento, Ernesto se apresuró a llevar un vaso de agua tibia al frente de Isidora, -Isidora, deberías beber un poco de agua primero. -

Isidora vio el vaso de agua y estiró la mano y lo derribó directamente.

-¿No puedes entender el lenguaje humano? Me duele el estómago, ¿el agua caliente puede curarlo? -

El agua se derramó sobre la mesa, mojando el teclado colocado sobre ella. La expresión de Maya cambió, pensando que ese Isidora era realmente tan impulsiva como había oído, e incluso enfadándose fácilmente por la más mínima cosa.

Ernesto también se sorprendió por la acción de Isidora, pero aun así se apresuró a sacar una toalla de papel para limpiar el teclado y el agua de la mesa, mientras decía con cuidado, -Isidora, no te enfades, déjame limpiar el agua primero para evitar que se te moje la manga. -

El agua estaba a punto de extenderse junto a la manga de Isidora, Ernesto cogió apresuradamente unas toallas de papel y trató de limpiar el agua de su mano. Isidora lo miró de cerca, se sintió molesta y levantó la mano para tratar de alejarlo.

-¿Puedes alejarte de mí? Me molesta cuando te veo. -

Las uñas de Isidora estaban pintadas con esmalte y tachonadas de adornos, y cuando no tuvo cuidado, sus uñas rasparon la cara de Ernesto, haciéndole un corte en el lado izquierdo de la cara. A un lado, Maya vio la escena y se levantó con ansiedad.

-Ernesto, te ha herido la cara. - Tras decir eso, miró a Isidora con incredulidad, - ¿Por qué has hecho eso? Ernesto está preocupado por ti. ¿Rechazaste su agua y ahora le pegas? -

A Isidora le dolía el estómago y tenía la conciencia borrosa, al escuchar esto, todavía se disparó, miró a Maya, - ¿Qué tiene que ver contigo? Ernesto tiene ganas de complacerme, acabo de decirle que se vaya, si se aleja de mí, pasará esto? ¿Acaso te gusta? -

Maya se quedó quieto, apretando los dedos con rabia, y exclamó, -Ernesto, ya que ella no está interesada en ti, deberías dejar de preocuparte por ella. Como hombre, ¿por qué eres tan poco reservado? -

Esta frase probablemente irritó a Ernesto, dejó de caminar y miró de nuevo a Maya, - ¡No es tu turno de decirme cómo hacer las cosas, estoy persiguiendo a Isidora, sé exactamente qué tipo de persona es! -

De repente.

Isidora finalmente no pudo sostenerse y se desmayó en el suelo.

-¡Isidora! -

Ernesto se apresuró a levantarla y salió rápidamente del despacho.

-¿Tienes conciencia? Tengo una emergencia. -

Xenia no se inmutó, - Naomí, pídele que se vaya. -

Naomí asiente y se acerca a Maya, -Acabo de informarte de que vengas a la reunión, pero no has venido. Ahora quieres venir, pero ya no hay sitio para ti aquí, vete. -

Maya se mordió el labio y se quedó quieto, negándose a salir.

-Si no te vas, no me culpes por usar la fuerza. - dijo Naomí, haciendo crujir los huesos de sus puños.

Naomí no era una chica cualquiera, no sólo era la asistente de Xenia, también podía actuar como guardaespaldas de Xenia. Porque luchaba muy bien.

Maya miró a Naomí y ésta no tuvo ganas de bromear, así que se dio la vuelta enfadada y salió.

La puerta de la sala de reuniones volvió a cerrarse de golpe.

Bianca miró la escena y se preocupó un poco, ''¿Realmente está bien? Siento que realmente tiene algo urgente que decirnos. -

Eva, que estaba a un lado, sonrió, -Y qué, Naomí tiene razón, las reuniones no son algo que se pueda interrumpir a voluntad. -

Felix también asintió con aprobación, -Bien, Xenia es una mujer de principios. -

Añadiendo después, -Me gusta ese tipo. -

Bianca le dirigió una mirada severa, - ¡Qué vergüenza! -

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