Pero estas dos mujeres eran en realidad tan indiferentes.
Maya se sintió al instante como una idiota, esperando estúpidamente durante más de una hora.
-Ya sabemos de este asunto, vuelve primero. - Finalmente, Xenia habló.
Maya no quiso seguir hablando con ellas y se marchó.
Cuando Maya se fue, Naomí miró a Xenia. - Hay una empleada enferma, ¿debemos ir al hospital a ver cómo está? -
Xenia no respondió de inmediato, pero dijo, - Anda a ver el perfil de Ernesto. -
Naomí comprendió inmediatamente lo que quería decir Xenia y asintió, -Hago ahora mismo. -
Después del trabajo, Xenia y Naomí fueron juntas al hospital.
De camino al hospital, Naomí llevaba un ramo de flores en la mano y estaba confusa, -Isidora es una mujer muy arrogante y nos trata mal, ¿por qué tenemos que visitarla en el hospital? -
Xenia sonrió y no dijo nada.
Naomí, - ¡Xenia! -
-Porque vamos a complacerla. - Xenia respondió, -Si no era miembro de nuestro equipo de la empresa, lo que le ocurra no es asunto nuestro. Pero ahora es una empleada de mi equipo, y se puso enferma y fue hospitalizada durante su turno, y para mí, como su jefa, fue lo correcto ir al hospital y demostrarle que me importa. -
Naomí no estaba muy de acuerdo con el punto de vista de Xenia y replicó, -Aunque es correcto, no todos los jefes tienen que hacer esto. Si el jefe tiene que visitar el hospital una vez por cada subordinado que esté enfermo, el director general de una multinacional estará demasiado ocupado para hacerlo todos los días. -
-Pero no soy el director general de una multinacional, nuestra empresa sólo tiene un número limitado de empleados. Aunque antes éramos libres, pero ahora que hemos creado una empresa, tenemos que asumir la responsabilidad correspondiente. -
-Tienes razón, uff, es muy difícil crear una empresa. - Naomí refunfuñó, apoyándose en el hombro de Xenia, descontenta.
Xenia estaba acostumbrada a esto, ya había trabajado en otras empresas, y realmente podía prescindir de estas cosas.
Pero, pensó que era mejor ser amable con sus propios empleados.
Eso era más importante que cualquier otra cosa.
De repente sonó un tono de teléfono muy adorable y la expresión de Xenia cambió al escucharlo, -Este es…-
-Es agradable, ¿verdad? - Naomí sonrió y sacó su teléfono, -Le pedí al Bernabé que me grabara el tono de mi teléfono, es único en el mundo.-
A Xenia le pareció divertido.
Estos dos, Naomí y Bernabé, eran realmente como un par de hermanos en términos de personalidad.
-No he visto este número de teléfono antes. - preguntó Naomí con suspicacia y Xenia se acercó a mirar, -Es un número doméstico, ¿podría ser uno de tus amigos? -
-No lo creo, no les he dicho a mis amigos que he vuelto al país. -
Naomí lo pensó y de repente tuvo un destello de luz, - ¿Podría ser uno de nuestros nuevos clientes? -
Tras decir esto, Naomí cogió el teléfono, - ¿Hola? Esta es Naomí. -
Xenia no escuchó lo que acababa de decir Naomí mientras miraba por la ventana. Como Naomí tenía que hablar por teléfono, Xenia se puso los auriculares y encendió su teléfono para poner una pieza de música para relajarse.
La suave música la hacía sentir como si caminara por las nubes, calmando poco a poco su cuerpo y su mente.
Estos días, Xenia estaba realmente agotada.
Poco a poco, Xenia casi se queda dormida escuchando esta música.
Tras llegar al hospital, Xenia y Naomí fueron juntas a la habitación de Isidora. Cuando ambas entraron, Ernesto estaba sentada junto a la cama del hospital, mientras que Isidora estaba tumbada en la cama, con el rostro pálido.
Isidora parecía especialmente débil, pero a pesar de ello, expresó su impaciencia y regañó a Ernesto, que la acompañaba, - ¿Podrías salir de aquí? Estoy harta de ver tu cara. La gente que está de mal humor se recupera muy lentamente. -
Ernesto no se enfadó y dijo alegremente, -Claro, haré lo que quieras que haga. Entonces me iré ahora, descansa bien. -
Dicho esto, Ernesto se levantó y vio a Xenia y Naomí de pie en la puerta de la sala, sonrió y se acercó a saludarlas, -Hola chicas. -
Xenia le sonrió y entró en la habitación con Naomí.
Isidora escuchó el sonido y miró hacia aquí, sólo para verlas a ambas e inmediatamente se molestó.
-¿Qué están haciendo aquí? -
Ernesto se apresuró a explicar, -Isidora, se han enterado de que te has desmayado y han venido a visitarte. -
Naomí le entregó a Ernesto las flores que llevaba en la mano.
Quién iba a decir que Isidora gritó de repente como una loca, - ¡Diles que se vayan, no necesito su preocupación! -
-Isidora, realmente están aquí para visitarte, no seas así…-
-¡Tú también te vas! Mi negocio no tiene nada que ver contigo, no dejas de molestarme y ahora también has traído a estas dos mujeres disgustas a mi presente. -
-¿Quién eres tú para decir eso de nosotros? - Naomí no pudo aguantar más y le replicó, -Hemos venido a verte porque estábamos preocupadas y te hemos traído flores con la esperanza de que te mejores pronto, no queríamos hacer ningún daño, no tienes por qué ser así. Eres realmente una mujer sin cualidades. -
-Jaja. - Isidora lanzó una mirada burlona a Naomí antes de mirar a Xenia, - ¿Creías que enviándome un ramo de flores iba a cambiar mi impresión de ti? -
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