Naomí se quedó atónita, pero siguió la orden de Xenia y llevó la lista de precios.
La lista de precios fue hecha por Xenia y Naomí ese día, y aún no fue fijada.
Pero ahora, era solo para darlo al hombre frente a ellas, así que la dio directamente a Simón.
-Señor, puede mirar nuestra lista de precios. Somos una nueva empresa, por lo que hay descuento. Si al señor le gusta nuestro diseño y nos presenta a los clientes, le daremos los deseos más sinceros en nombre de la empresa y un diseño por gratuito en su cumpleaños cada año.-
La voz de Xenia fue tranquila, como si realmente estuviera hablando con los clientes. Incluso Naomí se sorprendió y no pudo evitar mirarla.
Y pensó cómo pudo Xenia estar tan tranquila.
Simón miró la lista de precios y escuchó su voz tranquila.
Era mentiroso decir que no sentía enojo.
Después de la presentación de Xenia, ambos se quedaron en silencio. Ella no tenía prisa y esperó tranquilamente su respuesta.
Había un ambiente extraño en la oficina. Simón estaba mirando la lista de precios en sus manos. Aunque era un hombre, sus pestañas eran muy largas, que ocultaron sus emociones sombrías en los ojos.
Nadie pudo saber lo que estaba pensando.
Después de mucho tiempo, sonrió.
-¿Es así? ¿Existe algún mecanismo especial?-
Xenia se quedó atónita y lo miró, -¿Por ejemplo?-
Simón levantó la mano y puso la lista de precios sobre la mesa. Con los dedos golpeando la mesa, él miró a Xenia, -Por ejemplo, elegir un determinado diseñador.-
Naomí cambió de color y contuvo su respiración.
¡Parecía que Simón vino por Xenia!
Al principio pensó que era una casualidad, pero después de ver a Xenia tan tranquila, Naomí sabía que no era casualidad.
Ahora la acción de Simón también mostró que vino por Xenia.
Xenia también se quedó atónita, pero sabía cómo contestar. Ella asintió con una sonrisa.
-Por supuesto, si usted ya tiene una decisión, firmará el contrato y ya podrá elegir al diseñador.-
El contrato de diseño era solo una excusa y Simón realmente vino para Xenia, -Entonces compro todos los servicios.-
Naomí estaba sorprendida, así que... ¿Un gran negocio?
Xenia se mantuvo calmada, -¿Señor, no lo piensa más? Después de todo, no conoces el estilo de nuestra empresa, si...-
-No, lo sé muy bien.-
Simón dijo la última frase mirando a Xenia, y su mirada era muy ardiente.
Sabía muy bien lo que quería hacer.
-Bien, señor. Espere un momento. Preparemos el contrato. ¿Trae su identificación?-
Simón se la dio la tarjeta de identificación.
Naomí la tomó para copiar y Xenia también la siguió para preparar el contrato.
Debido a que la compañía tenía poca gente, Xenia tenía que hacer muchas cosas personalmente.
Al ver que Xenia la siguió, Naomí preguntó, -No vengas, ¿qué puedes hacer con tus manos heridas?-
Al oír eso, Xenia se quedó atónita y miró sus manos envueltas con gasa.
Sí, ¿qué pudo hacer con sus manos ahora?
Pero se levantó inexplicablemente.
Simón solo miró su cara antes.
Ahora, después de que se levantó, Simón finalmente tuvo tiempo de verla.
Cinco años la convirtieron de una belleza de madera a una mujer atractiva.
Pero su mano estaba herida, así que no la obligaría a estrechar la mano con él.
Se quedó en silencio durante tres segundos, y luego Simón sonrió.
-Bueno, la cooperación va a ser muy agradable.-
Dijo la palabra de agradable fuertemente.
Naomí, a su lado, se arrugó ligeramente la nariz y se sintió rara.
Xenia dejó que Naomí lo enviara salir.
Tras la salida de Simón, Xenia se volvió a sentar y movió los dedos para tomar la taza de café sobre la mesa. Pero solo cuando se movía, descubrió que no pudo usar sus manos temporalmente.
Vale.
Esperaría un poco más y volvería a casa.
Pronto, Naomí regresó.
-Xenia, ¿estás bien?-
Xenia estaba sentada ahí, como si no hubiera oído sus palabras.
Naomí se mordió los labios y volvió a llamarla, -¿Xenia?-
Xenia volvió en sí y miró a Naomí que estaba al lado, -¿Qué pasó?-
-Nada, ¿qué estás pensando?- Naomí le dijo.
Xenia se quedó en silencio por un momento y luego se levantó, -Nada. Si no hay nada más, vuelvo hoy. Y te encargas de las cosas de la compañía estos dos días.-
-Vale, me encargo. Te hablaré de las cosas importantes. Protege tus manos.-
-¡Vale!-
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