Fue probablemente porque se lo dijo. La otra parte se sintió un poco avergonzado.
El conductor sonrió tímidamente, -No importa el dinero. Justamente voy a entregar la mercancía al supermercado en la ciudad. No pasa nada llevarte. Súbete.-
Xenia sonrió levemente, -Gracias, tío.-
Luego caminó hacia el otro lado, abrió la puerta y entró.
El coche la seguía. Emiliano y sus amigos se sentaron dentro con una expresión aturdida.
-¿Qué le ocurrió? No se subió a tu coche. ¿La mujer fue a tomar un camión? Emiliano, ¿no es una burla de ti?-
-¡Maldita sea!- Emiliano estaba tan enojado que golpeó directamente el volante.
El camión delantero se fue después de que Xenia se subió. Condujo hasta la zona urbana. Después de llegar al supermercado, Xenia quiso pagarle, pero el señor honrado y sencillo no lo aceptó. .
-De nada. Te llevo de paso.-
Al final, Xenia metió veinte euros en su bolsa. Después de agradecerle sinceramente, salió del supermercado.
No estaba lejos de su empresa, y podía regresar a la empresa en un taxi.
En cuanto Xenia regresó a la empresa, fue directamente a la oficina y luego se encerró, confundida.
La mente estaba llena de las palabras que le dijo Simón.
Durante los últimos cinco años ella creía que no tenía nada que ver con él, pero le dijo que los dos no se habían divorciado en absoluto.
Legalmente, ella siguió siendo su esposa.
Se oyó unos golpes.
Llamaron la puerta de repente. Xenia levantó la cabeza, viendo precisamente que la puerta estaba entreabierta y Naomí asomó la mitad de la cabeza mirándola con discreción.
Probablemente sabía que había salido con Simón, por lo tanto, Naomí no se atrevió a apresurarse a entrar como antes.
-Adelante.- Xenia intentó calmarse y le sonrió a Naomí.
Cuando la vio así, a Naomí le dio coraje abrir la puerta y entrar. Andaba mirando la expresión de Xenia y las emociones que mostraban sus ojos. Tenía demasiada curiosidad.
Xenia notó sus comportamientos. Dio un suspiro sin remedio, -No seas curiosa. No me he reconciliado con él y es imposible.-
Al oír eso, la expresión de Naomí cambió y caminó rápidamente hacia ella.
-¿Por qué? Aún lo amas. ¿No?-
-No haría falta estar juntos si existiese todavía el amor.-
Naomí rascó la cabeza, -No lo entiendo.-
-Sería mejor que no lo entendieres. Saber demasiado de este tipo de cosas significa que has experimentado lo peores. Bien. ¿Eso es la razón que me buscas?-
-¡No!- Naomí negó con la cabeza de inmediato, y luego sacó su móvil, -Mira las búsquedas principales en Facebook.-
Xenia estaba desconcertada. Tomó el que Naomí le había entregado, y luego leyó cuidadosamente el contenido.
Simón y la mujer misteriosa.
-¿Lo has visto?- Naomí hizo clic en la segunda de las búsquedas calientes y le informó, -Lo acabo de ver en Facebook hace un momento. Simón te abrazó la noche del acto inaugural. Fuisteis fotografiados por paparazzi. Lo han publicado en Internet, y ahora todo el mundo está adivinando quién es esta mujer.-
-Le diré a mi hermano más tarde.-
-¡Xenia, eres tan buena!- Naomí se inclinó y le dio un beso a Xenia. y luego salió corriendo rápidamente. Después, de repente se detuvo y dijo, -O te vas a buscarlo ahora. De todos modos, todavía queda una hora antes de salir del trabajo. Recogeré Bernabé más tarde.-
-¿Voy ahora mismo?-
-Sí. Muchos reporteros fueron hoy al edificio del Grupo Leguizamo. Descubrí en Internet que querían hacer una entrevista para verificar este asunto, pero tu hermano lo rechazó. Nadie se atrevió a provocarlo.-
Al escuchar eso, Xenia entendió lo que quería decir.
Naomí esperaba que Diego pudiese aprovechar la oportunidad del reportero para negar el incidente, avergonzando a Ángela.
-Ya veo.-
Cuando Naomí se fue, la sonrisa se desvaneció gradualmente. ¿Debería buscar a Diego? Bueno. Ella tenía precisamente algo que preguntarle.
Así que Xenia volvió a salir pronto.
Ser jefe contaba con una ventaja, que no había restricciones en lo que quisiese hacer.
Cuando Xenia llegó al Grupo Leguizamo, descubrió que había muchos paparazzi escondidos alrededor, sosteniendo cámaras y discutiendo. Aunque ella y Diego eran hermanos, era la primera vez que vino a la empresa durante tantos años.
Xenia pensaba que podría requerir mucho esfuerzo para subir, así que decidió llamar a Diego directamente después de entrar. En cuanto iba a hacerlo, la recepcionista corrió hacia ella repentinamente.
-Disculpe. ¿Es la señorita Xenia?-
Al escucharlo, Xenia se sorprendió un poco, -¿Me conoces?-
-Señor Diego ordenó específicamente que le informase que usase el ascensor especial para visitarle cuando venga.-
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