Xenia se sentía mucho calor en la cara, bajó los párpados y mordió su labio bajo levemente diciendo con. enoja, -¿Quién sabe cómo eres tú? -
Escuchado eso, los ojos de Simón estaban más oscuros, él dio un paso más adelante y tendía la mano para recoger su barba. Xenia se retiró unos pasos atrás por el susto.
-¿Qué haces? -
-¿No es que no lo sabes? -Simón apretó los labios, -Te ayudo para recordarlo. -
-¡No hace falta! -Xenia le miró atónita duramente, y señaló a la agua fría en la mesa, -Tómala y vete. -
Simón echo un vistazo a la agua fría en la mesa, pensó un poco y dio un rodeo al sofá sentado. Él abrió la tapa de agua, fingió beber dos veces.
Realmente no tenía sed, pero tenía hambre.
De todas maneras no comió nada desde salir de trabajo.
Vio que él se sentaba, la corazón de Xenia también se calmó poco a poco. Después de calmarse, ella recordaba por qué le dejó entrar, ella se sentaba en frente de él.
-No debes aparecer por aquí sin razón hoy.- ella dijo tranquilamente.
Simón dejó la agua fría, la vista oscura cayó en su cara, tampoco contestó nada.
-Si no hables, tomo como un sí. -
Él todavía estaba callado, Xenia ya sabía que él había reconocido, y continuaba diciendo, -¿Has adivinado que sería seguida por alguien? ¿Por eso viniste a propósito? -
Simón colocaba las manos detrás de la cabeza, ajustó un sitio cómodo apoyando a su sofá.
Y en este momento, Naomí después de cambiar la ropa arriba, estaba escondida en el lugar más alto de la escalera mirando hacia bajo a escondidas. Simón, La Muerte con la cara fría, ¿Cómo que Xenia le llevaba a casa?
Se asustó mucho aquel momento realmente.
¿Qué había pasado realmente? ¿Que hizo a Xenia llevar a Simón a casa?
Se lo recordaba por algo, Naomí de repente tapó su corazón afortunadamente. Menos mal que había llevado a Bernabé a casa hoy por día.
Según lo que vio, Xenia realmente tenía previsión.
Si todavía estuviera aquí Bernabé en este momento, pues vino Simón, ¿no era que se encontraban cara a cara?
Al pensó así, Naomí tapó su corazón con la cara asustada.
Abajo
La conversación estaba continuando, Xenia vio que Simón estaba callado todo el tiempo, le parecía que había dicho correcto.
-¿Has adivinado que me seguirían ellos, pues también sabes lo de la mañana? Acababa de preguntar eso, a Xenia le recordaba de algo. de repente, su cara cambió inmediatamente, estaba mirando a Simón fijamente, -¿Acaso hiciste a alguien hacer el asunto de la mañana también? -
-¿En? - Simón vio que su cara cambió, no podía no decir nada.
-Lo sabes, era por la mañana. -Xenia apretó los labios rojos, su cara estaba llena de terquedad, parecía como hubiera afirmado algo.
El fundo oscuro de los ojos de Simón tenía más de violencia, él entrecerró los ojos, -¿Te refieres al asunto de esa muerte? ¿Crees que lo hago yo?-
Xenia no contestó, significaba que reconocía tácticamente.
-Je. -Simón se rio por si mismo de repente, -¿Xenia, soy una persona tan mala en tu opinión? -
Xenia quedó atónita, los labios movieron.
-Yo... -
-¿Crees que yo sé que él te regaló un conejo muerto, por eso le fuerzo a suicidarse? Je, me da igual que me rechazas a acercar a tí ¿ahora piensas en mí como este tipo de persona?-
Xenia, -…-
Ella quería decir que no lo pensaba así, pero vio su expresión desesperada, tampoco sabía desde dónde empezó. Si hablaba mucho, igual le daba esperanza.
En ese caso, era mejor que no lo explicara nada.
Su garganta deglutió, dijo en voz baja.
-No es lo que pienso, es lo que dices. -
-¿Qué digo? -
Los ojos de Simón estaban oscuros, bajó un poco el cuerpo, -Me dices que... te hago morir. -
Xenia, -…-
Después de estar callada unos segundos, Xenia por fin no podía aguantar la tempestad, empujó a Simón con fuerza directamente, -¡Pícaro y sinvergüenza! -
Simón establecía su cuerpo después de trompicar unos pasos. Él tapó el sitio que fue empujado por Xenia, los ojos todavía estaban oscuros, entonces volvió a sentarse en el mismo sitio.
-Dejarte entrar era que me entró las aguas calientes en la cabeza, ahora vete para mí. -
Ella pidió a Simón marcharse señalando a la puerta.
Pero Simón se sentaba allí sin mover, parecía que no intentaba a marcharse.
Xenia estaba súper enfadada, anduvo adelante cogiendo su cuello directamente, -Fuera, esta es mi casa, tango derecho de echarte aquí. -
-Espera. -Simón cogió su muñeca fina y blanca con la mano de revés, dijo en voz baja -No es conveniente de salir para mí ahora. -
Escuchado eso, Xenia se rio, -¿No es conveniente para tí? Es que no me conviene, ¡levántate! -
Simón fuera como una piedra grande, Daba igual que ella le tiró o empujó, no movió nada. Xenia estaba muy enfadada, pero no abandonó y intentó a tirarle fuera por todo el tiempo.
A lo mejor que fuera molestado por ella tanto, Simón tiró a Xenia a sus abrazos con una fuerza por
-Ah. -Xenia no lo esperaba, todo el cuerpo cayó en sus brazos.
Justo que ella quería gritarle, se sentía su impulso...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón