Xenia quedó atónita totalmente, se sentaba allí patidifusa, no esperaba que Simón ...
¿Era un animal esta persona?
Ella sólo dijo una frase así, ¿él tenía reacción por eso?
Además la tiró a sentarse encima de sus piernas. Xenia mordió los dientes y miró fijamente a Simón que estaba muy cerca de ella.
-¿Cómo puedes ser tan sinvergüenza? -
Simón se la acercó, olió la fragancia de su cuerpo casi agresivamente. La voz estaba más bronca, incluso la respiración se convirtió caliente.
-No me echas culpas. -Él decía mientras se la acercaba, los labios casi se pegaron a su barba, -Soy un hombre normal, no toco a ninguna mujer durante cinco años para ti, me seduces con estas palabras, no me culpas por la reacción. -
Escuchado eso, Xenia quedó atónita.
-¿Tú, qué dices tú? - ¿No tocaba a ninguna mujer durante cinco años?
Ella miró atónita a Simón increíblemente, -¿Acaso durante estos cinco años, no tienes... tienes...? -
No podía seguir diciendo, pero estaba muy sorprendida en la corazón de Xenia.
Para una persona que tenía experiencia sexual, era una cosa casi imposible que le pidiera no tocar a las mujeres para cinco años.
Pero Simón lo había hecho y también lo había dicho.
-¿Cómo? -Simón entrecerró los ojos, los labios ya estaban pegados a su barba suave, su voz estaba más baja, -Sabes que tengo misofobia, ¿crees que puedo tocar a otras mujeres excepto tú? -
Los labios rosas movieron, pero por fin no podía decir una palabra.
Ella miraba a Simón con la mirada complicada, mordió el labio bajo Simón a lo mejor que viera a su expresión enredada, se rio levemente, -¿Cómo? ¿Eres conmovida por mí? ¿Si quieres perdonarme? -
Escuchado eso, Xenia se volvió a conciencia, le miró atónita con la cara roja.
-No creo tus mentiras, ¿Cómo es posible para vosotros hombres que no tengáis sexo durante cinco años? -
-¿Por qué es imposible? -Simón bajó los rabillos de ojos, -Sabes mi situación. -
-¿Quién sabe qué situación tienes? ¿Si no toques a ninguna mujer, cómo pasas estos cinco años?-
Cinco años, cuántos días y noches, cómo era posible que no se sintiera solitario.
Xenia le miró fijamente, luego vio que las orejas de Simón estaban en rojo sospechosamente, pero su cara no cambiaba nada, los labios subieron un poco, -¿Qué crees que puedo hacer? -
Xenia se paró en el mismo sitio rígidamente, el embarazo pasó por el fundo de los ojos.
Ella le hizo este tipo de pregunta, ¿no era que hizo una trampa para sí misma?
-¿Em? -Simón mordió su barba levemente y la preguntó en voz ambigua.
A Xenia también le parecía que su respiración se convirtió rara y además la. temperatura del cuerpo estaba subiendo poco a poco. Así no era bueno. Ella tendía la mano y le rechazó inmediatamente, luego se levantó.
Después de levantarse, ella se retiraba unos pasos hasta que establecía los pasos.
Xenia se dio cuenta de que estaba propasada después, entonces se volvió para calmarse su humor. Después de que ella estaba arreglada, se volvió otra vez diciendo.
-No es mi problema de que si tienes sexo con otras o no. -
-¿Sí? -Simón no planteaba a dejarla escaparse, la preguntó agresivamente, -¿Pues por qué estás nerviosa aquel momento? -
Xenia se rio un poco, fingió hasta final.
-¿Quién está nerviosa? ¿Por qué no lo veo? -
Pensó un poco, Xenia por fin sólo podía decir fríamente, -Espera aquí, voy a hacer la comida. Lárgate después de cenar. -
Dicho eso, Xenia no hizo caso a su reacción, se volvió entrando en la cocina.
Además, Naomí que estaba en la salida de escalera había vuelto a su habitación hacia mucho, si no que temía que viera alguna escena limitada, pues le hacía daño a sus ojos y no se recuperaba.
Pensaba un poco, Naomí estaba angustiada con las manos soportando sus mejillas.
Realmente ella había visto lo que había hecho Simón para Xenia, le parecía que quería empezar de nuevo con Xenia sinceramente.
Pero los daños que había sufrido Xenia en EEUU también eran una pesadilla para Naomí. No quería que Xenia volviera a vivir en eses días.
Por eso aunque hasta ahora, le parecía que Simón se arrepentía realmente, ella todavía le odió mucho.
Porque en aquel año, Xenia casi... casi perdía la vida por él.
Al pensar en eso, a Naomí le ocurrió la escena de ese año en su mente.
A medianoche, ella llamaba al médico llorando en el piso alquilado, estaba muy nerviosa y no podía hablar claramente. También estaba muy preocupado el médico en otro lado, por fin la preguntó por la dirección y acudía a curar a Xenia.
En aquel entonces, Xenia siempre tenía pesadillas.
Era que ella vivía siempre en su imaginación, el médico dijo que era por la tristeza profunda, además junto con la sombra provocada por lo que pasaba en su infancia. A lo mejor que fueran doble golpes que la hicieron sentirse desesperada de su vida. Por eso su mente estaba caída en un estado de imaginación, luego empezaba a hipnotizarse, y no podía despertarse frecuentemente.
En fin, Naomí fue asustada realmente por esa imagen en aquel año.
Desde entonces, le costaba mucho tiempo para su cura, también contrataba a un psicólogo para orientarla. Hasta estos años, ella se recuperaba como una persona normal poco a poco.
Al pensar en eso, Naomí estaba muy enfadada, se abalanzó abajo directamente con las puños apretados.
¡Ella no podía dejar a Simón hacer daños a Xenia otra vez!
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