El día que terminó el compromiso, le llegó la hora de dejar este cómico espectáculo escénico.
Xenia lo sabía desde el principio. Al final, las cosas no cambiaron y se fue del país.
El recuerdo había llenado de tristeza el corazón de Xenia.
También había algunas lágrimas en sus ojos.
Pero cuando la tía vecina vio a Xenia así, pensó que la razón por defecto de Xenia para su divorcio era que Simón era sexualmente indiferente.
Después de pensar un momento, la tía vecina dijo, -Creo que es mejor que elijas al hombre con gafas que está detrás de nosotros.-
Xenia se sobresaltó y se apresuró a preguntar, -¿Por qué dices eso de repente?-
-¡Lo digo en serio, no eliges un hombre sexualmente frígido!-
-Será mejor que lo dejes. Salgamos de aquí.-
Al ver que Óliver y las chicas se acercaban, Xenia se apresuró a empujar el carro de la compra en la otra dirección.Óliver seguía intentando seguirlas, así que Xenia simplemente cambió de dirección y se dirigió directamente hacia atrás.
De esta manera, Óliver no tenía ninguna razón para continuar siguiéndolos.
-Tú…-
Después de caminar un rato, Xenia se volvió de nuevo y comprobó que ya no estaba Óliver detrás de ella.
-No hace falta mirar, lo hemos perdido. Pero ya que estás soltera, ¿no sería un hombre más una opción más?-
-De ninguna manera voy a estar con él.-
Xenia había dicho hace tiempo que sólo pensaría en Óliver como su hermano mayor y que no tendría nada más que ver con Óliver.
-Los dos estáis solteros, ¿por qué es imposible que estéis juntos?-
-Lo imposible es imposible.-
Xenia aceleró el paso y avanzó, su tía vecina le seguía explicando con entusiasmo, Xenia se preguntaba por qué esta tía era tan entusiasta, cuando era obvio que se acababan de conocer hoy.
De repente, Xenia comprendió por qué el tío gordo se había casado con una esposa tan vivaz.
La tía estaba a punto de decir algo más cuando de repente vio a dos hombres caminando hacia ella, que resultaron ser Simón y el tío gordo.
Simón tenía una bolsa en la mano y su rostro era indiferente. Y el tío gordo también llevaba una bolsa, pero contenía muchas más cosas que la de Simón.
-¿Has comprado todo?-
-Comprado.-
Xenia se encontró con la mirada de Simón, y de repente pensó en lo que le acababa de decir su tía la vecina y sintió que todavía no podía enfrentarse a Simón ahora mismo.
Así que Xenia empujó el carrito de la compra como si no viera a Simón y se fue de rositas. Simón, que quedó en su luga.
Simón frunció el ceño y estuvo a punto de perseguirlo y preguntarle a Xenia por qué había hecho eso. De repente, un hombre le tocó el hombro y Simón se volvió para descubrir que era su tía vecina, frunció el ceño y retrocedió unos pasos.
-¡Vaya!- La tía vecina miró así a Simón y le dijo con asco, -Tienes una actitud muy fría.-
Simón la miró con desazón.
-¿Te pasa algo?-
-Nada, sólo me da pena.-
Simón, -?-
-Debería sentirse mal ser abandonado, ¿verdad?- La tía vecina miró a Simón con algo de pena en los ojos, -En realidad, hay una solución, conozco un hospital con equipos muy avanzados, ¿te lo presento?-
Simón no sabía muy bien por qué esa tía quería de repente presentarle en un hospital, ¿será por lo que le acababa de contar Xenia?
Pero Simón sintió que su cuerpo ya era normal.
-Si todavía quieres perseguir a Xenia, presta atención a mi consejo.-
Xenia era ciertamente bonita.
Simón sólo había elegido a esta mujer en su vida, así que Xenia debía ser la más guapa.
Además, Xenia ni siquiera era guapa en general, y si a los presentes se les dijera que era soltera, le habrían salido muchos pretendientes.
Sólo el ex marido de Xenia tenía mal gusto.
Cuando Simón maldecía en su mente al ex marido de Xenia, ignoraba por completo que ya era tratado como el ex marido de Xenia.
Así que según el recuento de tiempo, Kevin debería ser el ex marido de Xenia.
-Tu ex-esposa es muy bonita, necesitas trabajar en eso o será perseguida por otro hombre.-
Al oír esto, Simón frunció el ceño.
-Sé que las cosas es un poco difícil de hablar, pero si eres positivo y recibes tratamiento, algún día volverás a estar sano.-
Simón escuchó esas palabras y le pareció un poco extraño, ¿qué aspecto le costó hablar?
-Disculpe, ¿qué es exactamente?-
-¿No quieres confesar ni siquiera ahora? Te digo que si sigues así, es imposible que vuelvas con tu ex mujer.-
-Ese hospital es muy bueno, el amigo de mi marido se curó allí. Puedo darte el número de su médico de cabecera si lo necesitas.-
La tía vecina sacó su móvil y rebuscó en su agenda el número, su marido estaba escuchando y le pareció extraño y se acercó a mirarlo.
-Una vez que te hayas curado de la dolencia física y luego duermas un poco, estoy seguro de que se reconciliará contigo pronto.-
Al final de la conversación, Simón se dio cuenta de algo y entrecerró los ojos peligrosamente hacia Xenia, que seguía eligiendo su mercancía.
-¿Qué ha dicho?-
La tía de la vecina, molesta con él, lo captó enseguida, -¡Dijo que el motivo de tu divorcio era que eras sexualmente frígido!-
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