Esposa falsa de Simón romance Capítulo 669

-Entonces,- Naomí dijo, -Bernabé, con Simón…-

-No va a pasar nada.- Sonrió Xenia, -Le falta tiempo para pasarlo. Bernabé es listo, además, es su hijo biológico, no va a pasar nada.-

Escuchando sus palabras, Naomí estaba más tranquila, -Vale, esperamos que todo vaya bien.-

-Vete a descansar, siento mucho por la molestia.-

-Tú también, descansas.-

Cuando Naomí caminó hacia la habitación, la advirtió Xenia, -No se lo digas a mi hermano, sé que me preocupas, pero no hace falta que se entere de todo.-

Se detuvo Naomí, y volvió la cabeza, -Vale, tranquila.-

Apenas Simón arrancó el coche, Bernabé le preguntó con ternura, -¿A dónde vamos, tío Simón?-

Sin darse cuenta, Simón tembló y le contestó en un sorprendente tono de ternura, -No me llames tío, soy tu padre.-

Lo miró Bernabé con los ojos inocentes.

-Venga, llámame papá.- Lo dijo con un respiro precipitado, pero Bernabé no dijo nada.

Durante el silencio, le echó una furtiva mirada, -¿Por qué no abres la boca?-

Con un minuto de silencio, Bernabé dijo, -No lo quiero.-

-¿Por qué?- le preguntó triste.

-Porque mamá no me confirmó que eres mi padre, así no te llamaré papá.-

Sonrió Simón y le explicó, -Pero tu mamá tampoco negó mi identidad, además, con lo similares que nos parecemos, si no soy tu padre, ¿quién será?-

Luego Bernabé se le acercó para observarle con atención, y le contestó en un tono enojado, con los brazos cruzados, -Aunque nos parecemos, no te llamaré papá.-

-¿Y eso por qué?-

-No admito que eres mi papá.-

Sus palabras se hundieron de repente en su espina dorsal, como una estocada hasta la cruz.

Le preguntó, -¿Podría saber por qué?-

En este momento Simón no se sintió nada más que confuso y emocionado, porque en este mundo le quedaba nadie más querido sino Raquel, y ahora se enteró de que tenía un hijo biológico. Como si le hubiera salvado de las vidas oscuras, sus sentimientos eran complicados.

No le contestó Bernabé, lo miró con los ojos inocentes, pero llenos de perspicacia.

“Durante cinco años enteros no me cuidabas ni un día, y apenas nos conocemos, quieres que te llame papá, ¡sin vergüenza!” pensó Bernabé, “Además estás enojado con mi mamá y me arrebatas de ella sin su permiso. ¡Te juro que pagarás alto por los daños que nos hiciste!”

Caída la alta noche, llegaron los dos a la Villa HoiKong.

Cuando pasaron por la puerta, los guardias se quedaron sorprendidos por la presencia repentina de Bernabé.

-¿Alguien se sienta al lado del señor Simón?-

-Cierto, parece que es un niño.-

-¿Quién es?-

-Un momento, ¿te has dado cuenta de lo similares que se parecen?-

-¿Acaso es su hijo?-

Hasta entonces se gritaron mirando el uno al otro, -¿Tiene un hijo?-

Mientras tanto, llegaron los dos a la puerta.

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