-Señor Simón.- Se detuvo ahí, lo miró con interrogación.
-¿Alguna vez te dije que lo investigaras?- le echó las miradas tan frías como el hielo en el invierno.
Rafael movió la cabeza, y dijo Simón, -Entonces, ¿vas a hacerlo sin mi permiso?-
Se quedó un poco avergonzado y le contestó, -¿Lo de su hijo es verdad? ¿Un hijo bien parecido a usted? ¿Por eso estaba molestado por los regalos?-
No le hizo caso Simón en este momento, pero Rafael tuvo muchas dudas, murmurando, -Pero ¿por qué nació un hijo parecido al señor Simón? Durante cinco años se separaron los dos, además, cuando la señora se casó con el señor Simón, ya llevaba un mes preñada, ¿cómo…?-
“¿Cuándo nació el hijo? ¿A qué viene todo esto?” pensó Rafael, pero cuanto más lo hizo, más se quedó confuso.
Sonrió Simón viéndolo confuso, -Déjalo, ni siquiera yo mismo no hubiera descubierto este secreto, además me había mentido por cinco años.-
-Señor, sinceramente, no soy capaz de aclarar todas las dudas. ¿Qué está pasando?-
-La mujer que te pedí investigar y buscar no tienes ni siquiera su menor rastro hasta ahora, ¿cierto?-
Simón cambió de repente de tema, dejando a Rafael aún más confuso, pero éste le contestó, -No, no la había ubicado. Habíamos utilizado como podíamos para ubicarla, pero fracasamos. Desapreció como un fantasma…-
De repente detuvo Rafael, y miró a Simón, -Señor, ¿la mujer desaparecida era la…la señora?-
Aunque no dijo nada Simón, Rafael ya pudo confirmarlo desde sus ojos oscuros.
La buscaba días y noches con todos los recursos y energías, pero resultó que ella estaba a su alrededor, lo cual le parecía increíble.
-Es por eso no la pudimos ubicar…- murmuró Rafael.
-No la encontramos porque estaba a nuestro alrededor, ¿cierto?-
De hecho, nadie hubiera pensado en lo cerca que estaba de ellos.
-Entonces, usted casi mató al niño que llevaba la señora…- Rafael detuvo de repente porque lo vio a Simón con un rostro lívido.
“Si no hubiera sido por su alma caritativa, habría matado a su propio hijo.” Pensándolo, a Rafael le recorrió el estremecimiento por todo el cuerpo.
-Señor, entonces la señora había sufrido mucho durante estos años.-
-¿Sufrir?-
-Claro,- le contestó con firmeza, -Si llevada preñada su propio hijo, entonces no le estaba poniendo los cuernos. Con lo cruel que trataban ustedes con ella cuando se casó con usted, ¿no había sufrido mucho?-
Simón se quedó totalmente distraído por sus palabras y tras mucho rato, le gritó, -¡Lárgate!-
Al examinar los diseños de Isidora, Xenia le dijo contenta, -Muy bien, has avanzado mucho. Sigue trabajando así.-
Escuchó sus elogios, Isidora se marchó feliz con los borradores.
Luego entró Naomí y la vio ocupada.
Le sorprendió a Naomí que después de todo, Xenia podía mantener calma como tal.
-¿Estás bien?-
-¿Por qué no debería estar bien? Estoy trabajando, ¿en qué piensas?-
Escuchando sus palabras, se calló Naomí.
-Entonces voy trabajando. ¿Y yo cojo a Bernabé por la noche?-
Recordando lo de que Bernabé se convirtió en su consejero de amor para perseguir a Diego, Xenia le dijo, -Lo cogerá Simón.-
-¿Si no lo cogerá?- murmuró Naomí ansiosa, -No me importa, lo cogeré de todas maneras.-
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