En el siguiente segundo, vio que se desvaneció un poco la sonrisa en el rostro de Diego, que pareció estar un poco sorprendido.
Ese tipo de reacción parecía estar dentro de las expectativas de Xenia. Se mordió el labio inferior con los ojos de color ligero y luego le preguntó en voz baja, -Hermano, ¿sabes a qué me refiero?
Al verla así, a Diego se le perdió por completo la sonrisa y la miró con indiferencia.
-¿Qué quieres decir?
Sabía en realidad lo que quería decir, pero en ese momento bajó la cabeza y le preguntó qué significaba. Xenia levantó los ojos y lo miró a Diego. Vio la luz fría brillando bajo sus ojos tranquilos. Eso era ... el precursor de enojo.
Si siguiese diciendo algo.
-Quiero registrarme con Simón.
Simplemente, le dijo Xenia sin rodeos.
Había una mirada peligrosa en los ojos de Diego, -¿Tienes idea de lo que estás hablando?
-Claro -Xenia levantó la cabeza y lo miró profundamente a Diego, -Ya que te lo he dicho, no lo cambiaré. Hermano, soy adulto y tengo derecho a decidir mis propios asuntos.
-¿Lo que quieres decir con esto es culparme a mí por entremeterme antes? ¿O no permitirme intervenir en tus asuntos en el futuro? -le dijo Diego, con una sonrisa. Se vio muy autocrítico.
Al ver esa sonrisa autocrítica, Xenia se sintió un poco incómoda. Bajó las pestañas y su tono se suavizó un poco.
-Diego, sé que siempre me has tratado muy bien conmigo, pero ...-
-Solo quiero preguntarte, ¿Qué has olvidado todo lo que te dañó antes?
No lo había olvidado. ¿Cómo podía olvidarlo?
Algunos recuerdos estaban grabados en los huesos y no se borrarían ni por el resto de sus vidas.
-Muchas cosas tienen una causa y efecto. También hice algunas que sentí pena por él al principio. Se contrarrestaron.
Al escucharlo, la expresión de Diego cambió y dio un paso delante de repente.
-¿Se contrarrestaron así? ¿Mi hermana de la familia Leguizamo es tan fácil de engañar? ¿Qué me dijiste antes de regresar al país? ¿Y ahora?
-¡Diego! -Xenia levantó ruidosamente la voz y dio un paso atrás, -Esto no es una mentira. Es mi propia decisión.
-¿Entonces? No has venido a discutir conmigo hoy sino a informarme, ¿verdad?
¿Cómo respondería ella a eso? Tenía muchas ganas de estar con Simón para siempre, y quería venir para tomar el cuaderno de residencia para registrarse.
Sin embargo, sintió que también debería decirle a Diego sobre eso.
-Es una discusión -inclinó la cabeza, -pero ... si no estás de acuerdo, tampoco querré ceder.
La expresión de Diego era terrible, y de repente vislumbró el anillo de diamantes en la mano de Xenia.
Repentinamente, se le cambiaron agresivos los ojos a Diego. Dio un paso adelante, tomó su mano y la levantó para ver. Realmente era un anillo de diamantes.
¿Por qué no se dio cuenta cuando estaban comiendo hace un momento?
Pensando en ello, Xenia escondió deliberadamente esa mano debajo de la mesa cuando almorzaban en ese momento, por temor a que él, el hermano mayor, la viese.
¡Ah!
¡Alucinante!!
-¿Hermano? - La muñeca de Xenia estaba adolorida que se le fruncieron las delicadas cejas, -Déjame primero. Me duele.
-¿Sabes el dolor todavía? ¿Cómo te había dañado él cinco años antes? ¿Lo olvidaste?
-Diego -Xenia luchó por retirar su mano, -Déjame ir primero y te lo explicaré claramente.
Diego la miró con una expresión sombría, -Olvídalo.
De repente, soltó su mano. Dejó que Xenia retrocediese unos pasos. Diego no se preocupó por ella. Le dio la espalda y ya no la miró.
-No te daré el cuaderno. Y no necesitas explicar este asunto-.
-¿Diego?
-Si me tratas como a tu hermano todavía, este asunto de hoy será como si no lo hubieses mencionado antes. Vuelve.
Entonces, después de salir de la casa, Xenia caminó sola por la carretera. Tocando el móvil, pero no tenía intención de llamar a un taxi.
Sus pensamientos estaban completamente en el cuaderno. Si Diego no estuviese de acuerdo, ¿cómo podría convencerlo?
Después de todo, era el hermano que la mimaba tanto. No podía dañarle el corazón o dejar que se enfadase, pero en ese entonces Diego se quedaba tan enojado cuando escuchaba que quería tomarlo. Si continuase, se tendría miedo de que ...
Pensando en eso, a Xenia le dolía la cabeza constantemente, extendiendo la mano para amasar la sien.
Eso realmente no era algo fácil para resolver.
Su hermano no quería aceptarlo a Simón. La clave del problema se situaba en Simón. ¿Sería necesario que Simón encontrase a Diego para resolverlo?
Sin embargo……
Mientras pensaba en eso, el móvil de Xenia vibró de repente.
Ella miró hacia abajo y descubrió que era la llamada de Simón.
Después de dudar por un momento, Xenia respondió el móvil.
-¿Dime?
-¿Qué estaba pensando que te hizo tan concentrada?
-¿Qué?
La frase repentina le sorprendió a Xenia.
- Has estado caminando durante unos diez minutos. ¿Quieres caminar de regreso a la Villa HoiKong así?
Al oír eso, Xenia levantó la cabeza rápidamente y miró hacia adelante, pero no vio ninguna figura. Al mismo tiempo, una risa profunda vino del móvil.
-Mira atrás.
Xenia volvió la cabeza y vio un vehículo familiar no muy lejos detrás de ella bajo la luz solar espléndida.
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