Fue Anthony el que la llevó al bar anoche y la engañó.
Recordó que se quedó a un lado mirándola estúpidamente cuando fue avergonzada por el extranjero. Xenia estaba tan enojada que se dio la vuelta y se fue al verlo.
-Oye. No te vayas. -Anthony se apresuró a alcanzar para detenerla, con una sonrisa aduladora-. ¿Acaso estabas enojada conmigo por lo que pasó anoche?
Xenia no quería darle una respuesta.
Evidentemente, había hecho cosas tan excesivas, pero en ese momento salieron las palabras de su boca como si hubiese relación entre los dos.
Al ver las miradas a su alrededor, Xenia lo regañó directamente frunciendo el ceño, -¿De qué tonterías estás hablando?
Y así Anthony se dio cuenta de que todos los miraban. Tosió levemente y bajó la voz.
-Sé que ha tenido la culpa, así que debo aprovechar la ocasión para venir y pedirte perdón.
Xenia frunció los labios rosados y le dijo con frialdad, -No hace falta.
Luego pasó directamente por el lado de Anthony y se dirigió hacia el comedor.
Justamente, una pequeña figura corrió hacia ella, agitando los brazos mientras, -Xenia, espérame.
El sonido pareció un poco familiar. A lo largo de la dirección del sonido, Anthony vio a una chica andando hacia su lado, acercándose cada vez más cercano.
“¿No es la guapita con quien me encontré en el ascensor ese día?” él pensó.
-Xenia. -después de que Lolita llegó a su lado, tomó inmediatamente la mano de Xenia con intimidad.
Xenia estaba sin remedio. Descubrió que fue fácil que Lolita se relacionase naturalmente con otros. Aunque no le gustaba Lolita, no odiaba su comportamiento, así que simplemente la dejó hacerlo.
Asintió con la cabeza a ella, -Vale. Vamos a comer.
-Está bien. -Lolita estaba de acuerdo con entusiasmo, pero no había descubierto a Anthony.
Anthony se quedaba un poco decepcionado. Era tan guapo que suponía ser el centro de atención dondequiera que fuese. No esperaba que lo ignorasen las dos mujeres frente a él.
E incluso no lo descubría como si fuese una persona transparente entre ellas.
Anthony estaba un poco frustrado, pero recuperó la energía con rapidez. A Lolita la saludó con la mano, -Hola, guapita. Nos volvemos a encontrar.
Y por fin Lolita notó que había una persona al lado de Xenia. A primera vista, parecía un poco familiar. La apariencia de Anthony era atractiva de frivolidad, que si abrió la boca o no, dio una sensación frívola el par de ojos largos y sonrientes. Además, había coqueteado sexualmente con ella la última vez en el ascensor.
Entonces, después de que Lolita lo reconoció, su rostro cambió un poco de inmediato.
Dentro de poco, recuperó la mirada, como si no lo hubiese visto ni hubiese escuchado a que Anthony la saludase.
Anthony se quedó sin habla en un instante.
“Maldita sea. ¿Qué les pasa a estas dos mujeres?” pensó él.
Xenia y Lolita ya habían caminado hacia el comedor. Anthony recordó lo que sucedió anoche. Sintió si no pudo obtener su perdón, estaría aún más triste en los días siguientes.
Pensando en eso, Anthony las siguió con alta velocidad, vacilando detrás de Xenia.
-Hermana, no te enojes. No lo hice a propósito anoche. Y... no te mentí, ¿verdad?
Xenia, que avanzaba al frente, se detuvo abruptamente. Levantó las cejas y se quedó quieta.
-¿Hermana?
-Así es. -Anthony le dio una gran sonrisa directamente, -¿No estás con Simón? Entonces eres la hermana. -
Las dos pidieron la comida. Poco después de que se sentaron en el asiento, Lolita no pudo evitar morder los palillos y le preguntó chismeando.
-Es que ... Xenia, ¿puedo preguntarte sobre los escándalos?
Se detuvo el movimiento de la mano de Xenia. Levantó la vista y la miró.
Lolita agitó inmediatamente la mano y dijo, -Bueno. Si no quieres decírmelo, no lo digas. Tómalo no te he preguntado nada.
Xenia le dijo sin remedio, -Es como acabas de escuchar. Las otras cosas ... no tengo mucho que decir.
-¿Sí? -Lolita abrió los ojos. Su cabeza se acercó poco a poco con la voz reprimida hasta muy baja. -¿Podría ser que sales con nuestro presidente de verdad?
-No. -Xenia negó con la cabeza.
Más que estaba en una relación con Simón, casi habían entrado al auditorio matrimonial. Sin embargo, él no llegó a la escena ese día porque algo salió mal.
El dios del destino engaña a la gente.
“¿No es así?” Lolita tenía curiosidad, pero sintió como si supiese algo increíble. Extendió la mano para cubrirse la boca rápido y luego la soltó.
-No te preocupes, Xenia. Soy china como tú. Definitivamente protegeré tus secretos por ti.
Esa mirada realmente dejó a Xenia sentir divertida y enojada.
-¿Qué? Solo finges como si no supieses nada.
-Sí. No vi ni escuché nada hoy. Cálmate.
Y Anthony sufrió una pérdida de pedirle perdón a Xenia, por eso, fue directamente a buscar a Simón.
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