Raquel les había pedido a marchar, pero los dos quedaban allí como dos estatuos sin moverse nada. Ellos no dejaban. el camino y ellas no podía abrir la puerta.
-Viejo, ¿no puedes ser así? Te he dicho que te ves, ¿qué haces por aquí todavía?
Jorge tosió levemente, Dylan reaccionó y anduvo un paso adelante explicando con una sonrisa.
-Es así, señora Raquel, llamemos a Señor Simón y no nos contestó. El señor y yo nos. preocupamos por señor Simón en este día de la Nochebuena, por eso venimos a ver.
Oyó eso, Raquel subió las cejas, -¿Y entonces?
Dylan se rio.
Lo que quiere decir el señor es marcharnos una vez que vemos a señor Simón.
Pero Raquel se rio con chasquido, -¿Si no le veáis? ¿Si no le veáis, quedaréis aquí sin. marcharos?
-Sólo estoy aquí esperando a mi nieto, ¿hay algún problema, Raquel?
Raquel todavía quería decir algo, pero Xenia que estaba al lado entendió algo, ella detuvo a Raquel apresuradamente y adelantó por iniciativa.
-No hay problema, abuelo, abro la puerta y entra en la casa.
Por fin oyó una frase agradable, pero Jorge gimió orgullosamente,-¡Menos mal que eres sensata!
Xenia negó con la cabeza en la corazón y acudió a abrir la puerta dejando a Jorge y Dylan entrar. Naomí también entró siguiéndoles, Xenia se dio cuenta de que Raquel todavía estaba en la puerta con la cara descontenta.
-¿Tía?
-¿Por qué le dejas entrar? Hoy es el día de la Nochebuena, ¿dejarle quedar aquí no es buscar incomodidad para nosotras mismas?
-Tía, no te enfades -Xenia cogía su mano diciendo en voz baja- También sabes que hoy es la Nochevieja. Será muy solitario que deja a una persona mayor sola en una casa grande.
Escuchó eso, Raquel quedó atónita. Imaginaba rápidamente según las palabras de Xenia la apariencia de que Jorge estaba solo en una casa grande, se ponía diversos platos antes de él, pero no había nadie a su lado con. quien podía hablar.
Esta escena era realmente pobre.
Pero si fuera este viejo, Raquel no creía que era pobre, Jorge era odioso claramente.
De todas formas, los pobres debían tener algo odioso.
Convertirse en una persona tan pobre era por lo que hizo sí mismo. Si no hiciera esas cosas en el pasado, su hermana y ella tampoco tenían que marcharse.
Al pensar en Rosa, la cara de Raquel quedaba más oscura, no tenía ningún humor bueno. Ella bajo los párpados y dijo fríamente.
-¿Él es pobre? Mi hermana era mucho más pobre bajo la tierra fría.
Su hermana...
Xenia quedó suspensa, la que dijo Raquel debía ser la madre de Simón, también era su suegra.
Además, al mencionar a Rosa, el aliento de Raquel se convirtió en diferencia instantáneamente. Xenia tampoco se atrevió a decir algo, sólo explicó en voz baja, -Perdón, tía, no le deje entrar a propósito, sólo creo que siempre hay una relación de sangre conectada entre los familiares.
Escuchó el reproche a sí misma desde el tono de Xenia, Raquel se volvió a consciencia.
-No pasa nada. Déjalo así.
Ella entró, Xenia quedó en el mismo sitio por un rato y entró siguiéndole.
Con el conocimiento que él tenía al señor, no debía atreverse a decir algo a él en ese momento. Además parecía que no hubiera error de llamarla así.
La señorita estaba embarazada ya, si les separara una vez más, fuera muy cruel.
Naomí estaba al lado junta con Xenia recogiendo, miraba a los dos sentados en la sala, bajó el volumen de voz diciendo.
-¿Si pelearán ellos en la hora de comer?
Xenia echó un vistazo a la sala, no aguantó levantar los labios, -No debería, además aunque ellos pelean, no nos estorban.
-¡Qué dices! -dijo Naomí.
-No te preocupes, ¿no lo ves? El abuelo de Simón escucha lo que dice la tía, no se atreve a decir ninguna palabra grave, no pueden pelear.
Después de escuchar lo que dijo Xenia, Naomí les observaba detenidamente, se dio cuenta de que parecía como lo que dijo ella.
Visto eso, Naomí dio un suspiro por fin, pero empezó a preocuparse por Xenia.
-Parece que el abuelo de señor Simón no le gustes mucho, ¿son así estos días? ¿Si él te pone en aprieto siempre? ¿Si es difícil que pases aquí solamente? Xenia... creo que debo dejar la empresa inmediatamente y vengo a vivir contigo, me puedes contar todo lo que pasa o todo lo triste.
La nariz de Naomí estaba agria por decir estas palabras. Ella y Xenia eran muy buenas amigas. Le dolía la corazón una vez que pensó que Xenia estaba en el país extranjero sin tener a una persona cariñosa, Simón se olvidaba de ella y el abuelo suyo la ponía obstáculos de todas formas.
Xenia quedó atónita, negó con la cabeza diciendo en voz baja, -Para decir eso, tengo poca oportunidad de encontrarme con él.
Sólo aquella vez anterior en la empresa, Jorge vino de repente, hizo a Dylan darla un cheque y la hizo marcharse de Simón. Pero ella pasó por hacerse loca, parecía que tampoco fuera nada horrible.
Además ella creía que el abuelo de Simón tampoco parecía ser muy difícil de tratar.
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