Todos no pensaban que Jorge se desmayase.
Gracias por la reacción rápida de Simón, o a lo mejor se había caído con Bernabé.
Al ver que Simón los sostenía, los demás se apresuraron a ayudarlo.
Aunque Raquel odiaba a Jorge, al verlo caer, tuvo que hablar, -Levantadlo y ponedlo en la cama de forma tumbada.
Funcionaron las palabras de Raquel. Dentro de poco, Jorge se puso en la cama. Raquel se adelantó para el chequeo corporal.
Bernabé ya fue recogido por Xenia. Ahora estaba preocupado y callado en los brazos de Xenia.
Todos esperaban al lado de la cama.
Simón apretó los labios, dijo, -Llama a la ambulancia.
Aunque no sabía por qué Jorge se desmayó de repente, le dio una impresión conocida. ¿Eso no era similar a lo que le había pasado hacía un poco?
Se había perdido el conocimiento después de abrazar a Bernabé.
Entonces...no se sabía cómo reaccionó Bernabé.
¿Estaba nervioso?
Pero, en ese momento fue estimulado por la memoria, ¿y Jorge?
-No hace falta.
Después de revisarlo, Raquel se levantó tranquilamente y explicó ligeramente, -Sólo está desmayado de emoción. No se necesita la ambulancia, ni ir al hospital.
Al escucharlo, Xenia se alivió. Resultó que se desmayó porque estaba demasiado emocionado.
Mejor que otra causa.
Pero...¿debido a Bernabé?
Al pensarlo, Xenia volvió a ver a Bernabé, quien estaba en sus brazos. Probablemente debido a que adivinó los pensamientos de Xenia, la cara de Bernabé inmediatamente se volvió lastimosa y le tiró a Xenia el cuello con perdida.
Ante esta escena, Raquel entrecerró los ojos y luego dijo, -Xenia, deja de recoger a Bernabé.
-¿Qué? -sin pensar que Raquel los indicara, Xenia y Bernabé volvieron sorprendentemente a Raquel-. ¿Qué pasa?
Raquel partió la mirada completa de Simón hacia Xenia.
-¿Te has olvidado de lo que te dijo el médico hace un tiempo? Cuando fuimos al hospital para el examen físico.
Todos estaban dudosos.
-Normalmente no se debe de llevar las cosas pesadas cuando está embarazada. Además, tienes el síntoma de aborto y el feto no está estable. Aunque Bernabé es tu hijo, ya es suficiente mayor, mejor no lo recoges.
Cuando Raquel habló del síntoma de aborto, Simón entrecerró los ojos repentinamente.
Hacía un tiempo, cuando la envió al hospital, el médico le informó eso. Ahora recordó que le había acompañado Xenia en esa noche cuando Zoe le dio el afrodisiaco.
Y en esa noche, habían hecho el amor muchas veces.
Cuando se despertó el día siguiente, Xenia ya no estaba. Acaso...
Simón aguzó los ojos a Xenia, quien estaba asustada por las palabras de Raquel. Xenia parpadeó, -No pasa nada, sólo abrazo...
Antes de terminar las palabras, Simón cogió a Bernabé de manos.
Bernabé no estaba satisfecho, creía que los brazos de Xenia eran perfumados y blandos. Sin embargo, las palabras de Raquel le dejaron soltar las manos y volver a los brazos de su padre.
Debido a la ira, Bernabé pellizcó la cara de Simón.
-¿Por qué no puedo dormir con tía Naomí?
Ante la pregunta, Simón lo miró con frialdad, en un tono frío, -Por que eres chico.
-¿Y qué?
- Hay diferencias entre hombres y mujeres.
Bernabé dio un gemido, -¡Pero aún no he crecido! ¡Y a la tía Naomí no le importa!
-Me importa.
Se acostó con otra mujer en vez de sus padres, ¿qué estaba pensando?
A un lado, mientras miraba, Rafael se quejó por dentro.
Si quería quedar con Bernabé, lo diría. ¿Por qué puso excusa? Bernabé no era más que un niño de 4 o 5 años, era muy pequeño, ¿por qué le dijo que había diferencias entre hombres y mujeres?
Por supuesto, Rafael sólo se atrevió decirlo por dentro.
Finalmente, Simón volvió a habitación con Bernabé.
Xenia y Naomí iban a preparar juntas. Cuando abrió la puerta del cuarto de huésped, se encontró que la cama estaba lista con el edredón. Xenia estaba un poco sorprendida por lo que le había dicho Simón.
Dijo que todos los cuartos estaban listos para que ella eligiera lo que quisiera.
Naomí la alcanzó y la llevó del brazo tan pronto como no había otras personas, -¿Qué pasó? La tía Raquel ha dicho que tiene el síntoma de aborto, cuando estaba sola en el extranjero, ¿no te cuidaste bien? Si yo hubiera sabido así, habría venido contigo, ¡de verdad!
-Vale, no te preocupes, estoy bien, es sólo un accidente.
Con respeto a la causa del síntoma de aborto, Xenia recordó lo que había pasado esa noche, cuyas raíces de las orejas se enrojecieron.
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