Esposa falsa de Simón romance Capítulo 930

Simón mantuvo sentado. Aunque sabía que Bernabé lo hizo a propósito ante Xenia, no podía resistirlo ya que era su hijo.

-Papá, ¿vamos juntos? Papá…

Bernabé le demostraba bien el mimo, aunque era un niño.

Simón se puso serio, le apretó a Bernabé en el cuello y dijo en voz baja, -¿Cuántos años tienes? ¿Necesitas que te abrace para volver?

-Pero solo soy un niño -guiñando los ojos, Bernabé se veía muy inocente.

Simón sonrió frío. ¿Se creía que podía hacer todo lo que quisiera porque era niño?

En cuanto a Xenia, como ella esperaba que los dos se reconciliaran, pensaba que Bernabé era muy comprensivo cuando Bernabé le dijo a Simón que lo abrazara para volver.

Por eso, Xenia habló antes de responderle Simón.

-Tomaos el agua y volved. Bernabé, deja abrazarte a tu papá.

-Sí, mamá -Bernabé dijo sonriendo.

Solo Simón se quedó sin palabras.

Echó un vistazo a Bernabé y solo tuvo que resignarse.

Una noche no era nada ya que tenía mucho tiempo.

Cuando encontrara la oportunidad, le preguntaría y aclararía todo.

Justamente, se oyeron pisadas. Los tres dejaron de hablar y se escuchó la voz de Rafael Secada.

-¿Eh? ¿Por qué la luz está encendida?

Rafael se había levantado queriendo ir a la cocina para beber agua. Como vio que la luz en la cocina está encendida, se dirigió hacia ahí.

En ese momento, Simón metió a Bernabé en sus brazos con brusquedad y salió directamente hacia fuera. Se oyó el grito de Bernabé de sus brazos, -¡Malo papá, suéltame!

-¿No quieres que te abrace? Estoy abrazándote para volver.

-Malo papá, ¡no estás abrazándome! Mamá, ¡papá me veja!

Xenia fijó la mirada en Simón con las cejas fruncidas.

-Solo es un niño, cuídalo.

-Sí.

Simón ajustó la posición de Bernabé en sus brazos y lo metió fuera de la cocina directamente sin dejarle oportunidad de acusarlo.

Se encontró con Rafael.

Rafael se asombró al ver a Simón con Bernabé en sus brazos, -Gerente Simón, ¿algo ha pasado?

Quizás como le dijera vergüenza lo que había hecho con Simón a Xenia, Xenia le respondió antes de que Simón dijera, -Tenemos sed y nos levantamos para beber agua. Lo hemos terminado, ¿y tú?

Xenia sonrió y dio un vistazo a Simón y Bernabé, diciendo-Pues hace frío. Volved a la habitación. También voy a regresar.

-Ah… -Rafael se rascó la cabeza-. También me levanto para beber agua.

No se sabía por qué esta noche Rafael tenía mucha sed. ¿Era por la temperatura alta de la calefacción? ¿O era porque no había tomado ninguna agua después del viaje cansado?

Rafael pensó que era por el viaje agotador.

-Señor Rafael, ¿también vienes a beber agua? Acabamos de terminarlo -Bernabé dijo.

-Qué casualidad…

Xenia se apresuró a salir hacia su habitación y Simón también se fue con Bernabé.

***

Pero respecto a Simón y Bernabé, al llegar a la habitación, Simón le puso a Bernabé en la cama, -¿Lo haces con intención?

Al estar en la cama, Bernabé se metió en la cama y miró a Simón con ojos inocentes, -Papá, ¿qué estás diciendo?

Bernabé miró a Simón muy inocente. Mirando la cara semejante a la suya, Simón sentía mal de él mismo.

Entrecerró los ojos y pellizcó la cara de Bernabé directamente.

-No te hagas el tonto. Tu mentalidad no corresponde a tu edad.

Aunque los dos llevaban poco tiempo conociéndose, era imposible que Simón no supiera que Bernabé era especial.

Quizá esto tuviera que ver con su experiencia pese a que no sabía por qué Bernabé era tan maduro.

“¿Antes los trataba mal?” Simón pensó.

Si no, Bernabé no lo trataría así. Simón podía sentir la resistencia contra él profundamente cuando estaba con Bernabé aun Bernabé decía que le repugnaba.

Bernabé y Simón se miraron un rato.

Luego, desapareció la mirada inocente y Bernabé dijo, -Tratabas mal a mamá.

Puesto que Xenia no estaba, no tenía que fingirse más ni importaba que Simón supiera su personalidad verdadera, porque Xenia creería a Bernabé todo. Por eso, si Simón quería conquistar a Xenia, primero tenía que complacer a Bernabé.

Simón frunció el ceño, -¿Antes yo la trataba mal?

Se había olvidado de todo de antes.

-¡Sí! -Bernabé hizo una afirmación con la cabeza-. ¡Eras muy malo y mamá sufría mucho!

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