Esposa falsa de Simón romance Capítulo 931

¿Xenia había sufrido mucho?

Al oír esto, Simón se sintió muy angustiado.

-Antes mamá siempre lloraba por ti -Bernabé dijo, queriendo reclamar la justicia para Xenia. Todo lo que había sufrido su madre lo debía experimentar Simón. De esta forma, conocería cuánto dolida estaba H.

Simón se suspendió y Bernabé continuó diciendo, -Además, hablaste muy mal de mamá. Dijiste algo intolerable de mamá ¡y que yo era hijo bastardo!

Simón no supo cómo responderlo y se desconcertó.

“¿De verdad? ¿Antes yo era tan malo?” él pensó.

Viendo que Simón bajó la cabeza reflexionando, Bernabé supo que Simón ya entendió lo que había dicho. Pero Bernabé no se arrepintió de nada. ¡Quería que Simón supiera qué malo era antes!

-Dime, papá. ¿Eres malo?

Simón levantó su mirada hacia Bernabé cuando volvió a oír la voz infantil. Lo miró con una sensación complicada y frunció la boca, como si quisiera decir algo.

-Papá, ¿acaso quieres justificarte? -Bernabé se fijó en él con mirada sospechosa, enseñando que, Simón le decepcionaría mucho si se justificara.

Sin embargo, Simón no dijo nada. Se mantuvo en silencio por mucho tiempo y se le acercó, -Si yo era tan malo como lo que dices, voy a confesarme.

-¿Confesarte? ¿Cómo?

-¿Cómo quieres que me confiese?

-Todavía no lo sé.

-Pues está bien. Dímelo cuando tengas idea. Ya es tarde, ¿ahora duermes?

Bernabé no había pensado que Simón le contestaría tan suavemente como si no se sintiera nada angustiado, y se quedó un poco asombrado e insatisfecho.

Habría querido que su padre se arrepintiera y sufriera.

Pero ahora su reacción le parecía a Bernabé que no se atribuló nada.

¡Joder!

Bernabé se dio vuelta y se puso de espaldas contra él sin hablar más.

Simón apagó la luz. Se quedó la oscuridad.

Los dos estaban en la misma cama, pero pensando en cosas diferentes.

Simón no supo en qué estaba pensando Bernabé ni quiso adivinarlo porque sus palabras le habían afectado.

Era muy oscuro dentro de la habitación. Simón siguió mirando fuera de le ventana y su mente estaba llena de las palabras de Bernabé.

“¿Yo era tan malo?” él reflexionó.

De repente, se le ocurrió la primera vez cuando vio a Xenia. Ella estaba llorando muy fuertemente. Pero como él la tomó como la que quería coquetearlo, la trató mal.

Bernabé dijo que él había dicho mucho que hacía daño a Xenia. Esto no lo negaba Simón. De verdad, trataba mal a las mujeres.

También lo hacía a Xenia. Por eso, se llevó Xenia.

Cuando ella volvió a verlo, ya no se atrevió a reconocer que se habían visto, incluso le dijo que él la tomó por la otra y siguió trabajando a su lado.

Aunque Simón no era mujer, se sentía muy dolido si se ponía en los zapatos de Xenia.

“Cómo se sentía cuando se me acercaba? ¿Cómo insistía en los días apurados y desorientados?” Simón pensó.

Cerró los ojos sintiendo muncha pena.

-Lo siento. Yo...

-¡Lárgate! -Naomí lo empujó con enfado y fui a servirse agua.

Tenía mucha sed. Se sirvió un vaso de agua y la tomó directamente.

Rafael le agarró la muñeca a Naomí antes de que tomara el agua.

-El agua está fría. No está bien tomarla.

Mientras tanto, Rafael tomó el agua en la mano de Naomí y lo añadió agua caliente. Se lo pasó a Naomí y dijo, -Ahora puedes tomarla.

Pero, Naomí no lo aceptó.

Rafael levantó la mirada y encontró que ella estaba mirándolo.

Su mirada era muy concentrada como si supiera su pensamiento.

Rafael puso el vaso en la mesa, sintiendo que su corazón estaba latiendo muy rápido. Frunció los labios y dijo muy nervioso, -Esto es la disculpa por lo que he hecho. Tómala y vuelve a tu habitación después de terminarla.

Naomí no le contestó. Se fijó en el vaso de agua y vio a Rafael, que se comportaba muy nervioso. Ella pensó que este aspecto era muy familiar.

Parecía a la reacción cuando ella misma estaba enfrente de Diego.

Acaso...

Se le ocurrió una idea a Naomí.

De pronto, le preguntó directamente, -¿Te gusto?

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