Esposa falsa de Simón romance Capítulo 934

Al principio, Jorge no quería decírselo, sin imaginarse que les Dylan diera directamente lo que pensaba él. Sintió que eso perdió su honor, por eso le reprochó seriamente, -¡Dylan!

Pero a este no le asustó, siguió el tema sonriendo, -Señor Jorge es tímido, pues yo lo digo por él.

-¡Dylan! ¿Qué estás diciendo? -el anciano se puso colorado por enfado, les explicó apresuradamente, -Me has sugerido que vengamos aquí, ¿ahora qué estás diciendo?

-Sí -le asintió con la cabeza-. Yo he sugerido al señor Jorge que vengamos aquí. De veras.

En esta mañana, desde levantarse Jorge, se había quedado pasmado, además, le había preguntado muchas veces si era real lo que había pasado anoche porque eso le había hecho sentirse ilusorio.

Dylan podía entender su humor. Para él, un hombre había pasado la mayor parte de su vida solitariamente, de repente supo la existencia no solo de los familiares, sino del bisnieto. Nadie podía experimentar en carne propia su sentimiento contradictorio.

Dylan le había contado muchas veces que todo esto era real, pero él no podía ceerle totalmente, por lo tanto, le había propuesto que viniera a afirmarlo.

Jorge había aceptado su buena proposición.

Sin embargo, él no se había imaginado que sufriera su traición tan pronto como llegaron aquí. ¿Cómo Dylan podía reconocer que él quería venir aquí? ¡Xenia se burlaría de él!

Él había hecho tanto a ella, si ahora la aceptó, sería igual que admitir que había cometido error.

Pero a Xenia no le importó la actitud de él. Para ella, creyó que su actitud presente era buena, por lo menos, mejor que la de la primera vez que los dos se habían visto. En aquel entonces, él había mandado a Dylan que metiera un cheque en el sobre y le diera para que ella saliera.

A pesar de que ahora él dijo que no la aceptaría, Xenia podía sentir su humor expectante que estaba impaciente por ver a Bernabé.

Al pensarlo, el ánimo de Xenia se mejoró, le explicó con sonrisa, -¡Cuánto lo siento! Bernabé no está en casa, él ha salido con Simón.

Jorge se quedó hosco.

Él vino a visitar a su bisnieto, ¿quién sabía que ahora él no estaba aquí? Jorge se sintió muy decepcionado.

Dylan preguntó, -¿A dónde han ido?

Xenia no descubrió que los dos habían salido hasta que se despertó, por eso ella también no lo sabía. Después de oír la pregunta, echó una mirada a Naomí.

A lo largo de su vista, Dylan y Jorge prestaron atención a la chica.

Naomí inmediatamente sintió el estrés, se quedó nerviosa. Dio una respiración profunda, y les dijo, -Eh... El señor Simón quiere salir, no me atrevo a preguntarle a dónde va, y además, eso es inapto.

La decepción pasó por los ojos del anciano, luego contó, -Pues mi bisnieto no está aquí, me voy.

Se volvió y se marchó, Dylan saludó a Xenia, -Lo siento, señora Xenia. Pues nos vamos

Le asintió con la cabeza, -Bueno, tengan cuidado.

Al oírlo, Jorge se detuvo, volvió la cabeza y le echó una mirada enfadada.

Xenia se sintió rara, le respendió una dudosa.

¿Ella había dicho algo desacertado?

Dio pena que él no le diera nada más, se marchó con enfado.

Al oír lo que decía, frunció el ceño. Parecía que estar a punto de enfadarse, por eso Dylan le contó apresuradamente, -Señora Xenia dio a luz de Bernabé, y ella ahora está embarazada. ¿Acaso usted sigue quiriendo impedir que ellos estén juntos.

Las palabras le hicieron callarse directamente.

-Ya que no puede impedirlo, usted y Señor Simón y Señora Xenia son una familia. Si no pueden llevarse bien, todo saldrá mal. Cuentan con la paz deméstica, la pareja y sus dos bisnietos le cuidarán y le acompañarán. ¡Qué bueno! ¿no?

Ciertamente, Dylan sabía mucho sopesar cuidadosamente las palabras y observar atentamente la expresión, lo que decía llegó a lo íntimo de Jorge.

Sus ojos se volvieron complejos, pero no cambió el gesto. Nadia sabía él si aprebó a Dylan.

Dylan le dio una mirada detenida, mordió los dientes y siguió aconsejándole.

-Señora Raquel me dijo que la señora Xenia tiene una señal de aborto. Mandamos a unas personas que secuestrara a ella, no solo eso, ella fue llevada por la señora Zoe, y casi se cayó por la escalera...

Hasta aquí, Jorge ya se puso nervioso.

“Está bien. ” Dylan pensaba.

Siguió diciendo, -Según dicen, para el crecimiento fetal, la mujer embarazada tiene que mantenerse tranquila. La señora Xenia ha surgido la señal de aborto, si usted no la trata amablemente, ella se quedará triste, para el feto, eso será peor.

Al oír su consejo, Jorge no aguantó fruncir la boca, -Vale, vale. Yo lo sé.

“Quiere que yo trate mejor a la chica, ¿no? ”

“ ¡Cómo puedo dejar mi dignidad! ” pensaba el porfiado.

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