«Rubí, ¿es así como quieres jugar? ¡Espero que esta vez pelees hasta el final!»
Un destello de descaro brilló ante los ojos de Ximena.
-¡100 mil y 1!
-¡200 mil!
-¡200 mil y 1!
Así es, ella deliberadamente aumentó la oferta de Rubí por uno. ¿Qué iba a hacer al respecto?
-¡1 millón! -Rubí se arrepintió al instante después de hacer la puja.
La familia Ancona estaba en el negocio del jade, por lo que, si el bruto no terminaba conteniendo verde esmeralda, no solo iba a humillarse a sí misma, sino a todo el Grupo Ancona.
-Rubí, aunque es probable que la piedra sea esmeralda, al juzgar por su tamaño y tipo, ¡en realidad no vale 1 millón!
La agente de Rubí, señora Farfán, no pudo evitar expresar su simpatía.
-Lo que sea, no hay nada que desee en el mundo que no pueda conseguir, además, ¿cómo puedo perder contra Ximena? -Después de un momento de silencio, Rubí guiñó con orgullo un ojo a la señora Farfán—. Mira, ¿no crees que le dio miedo cuando dije un millón?
—Entonces quizás he estado pensando demasiado... —La señora Farfán agitó la cabeza.
-¡1 millón a la una! ¡1 millón a las dos...!
En este momento, Ximena sonrió.
—¡1 millón y 1!
El lugar cayó en un silencio ensordecedor.
-Ximena, ¿tienes ¡dea de quién soy ahora? ¿Quién eres tú para ir en mi contra?
Rubí era en la actualidad una actriz de cine famosa respaldada por el prominente Grupo Licona, así que todos en el salón tenían que tratarla con respeto.
-Hermana, ¿me estás menospreciando ahora que te has convertido en una estrella de cine? -Ximena sostuvo una mano sobre su boca con sus ojos expresivos llenos de inocencia, su actuación fue en definitiva de primera categoría.
-¡Dios, es la hija de la familia Ancona, Ximena!
-¿Sabías que Rubí es solo la hijastra...?
—¿Quién hubiera pensado que la famosa estrella sería una matona en la vida real!
Los humanos tendían a empalizar con los débiles.
Por supuesto que quería luchar por ella. ¿Cómo pudo dejar la herencia a alguien que mató a su madre de forma indirecta?
—Ximena, eres graciosa... —Justo cuando Rubí pretendía burlarse de Ximena, sus ojos se llenaron de un destello de sorpresa al escuchar a alguien llamar al señor Licona. «¿Él está aquí?»—. Ximena, déjame decirte la verdad, papá y mi mamá se conocieron mucho antes, ¡en realidad tu madre es la amante!
Rubí de repente se acercó a Ximena con una cara feroz.
—¡Tu madre no es más que una perra y tú eres una pequeña perra!
-¡Cállate! ¿Sabes cómo murió tu madre? Fue empujada desde el piso diecinueve del edificio y sufrió una muerte horrible. Supongo que murió con los ojos bien abiertos, ¡ja, ja!
¡Zas! Tras enterarse de la verdad de la muerte de su madre, todo su cuerpo estaba temblando, perdió por completo el control de su mano y tuvo el impulso de golpear a Rubí en ese momento.
—¿Sabes por qué no fuiste admitida en la Universidad G? ¡Es porque alteré tus solicitudes en secreto y quemé tu carta de notificación en cenizas!
-¡Rubí! ¿Quién crees que eres? ¿Por qué arruinarías mi vida?
Los ojos de una Ximena estaban inyectados de sangre mientras estaba enfurecida; luego, se fijó en el cuerpo de Rubí y tiró de su pelo con saña mientras le daba puñetazos y se burlaba de ella. De repente, su muñeca fue agarrada con firmeza por una mano ajena.
-¡Suéltame! -Ximena levantó la cabeza furiosa, pero se quedó asombrada tan pronto como cerró los ojos al ver aquella cara familiar, pero extraña.
El hombre... era la versión adulta de sus hijos.
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