FAMILIA DE MENTIRA, AMOR DE VERDAD romance Capítulo 1

CINCO AÑOS DESPUÉS

La universidad era un hervidero de estudiantes a aquella hora de la mañana, mientras Charlie y Michael se dirigían a las oficinas de inscripción de Oxford.

—Se suponía que estudiaras aquí —murmuró Michael mirando alrededor, era una de las universidades más prestigiosas del mundo.

—Ya sé, pero en lugar de eso vengo a pasar solo mi último año porque mi inoportuno primo tuvo que antojarse de sacarse el Master aquí —rezongó Charlie y Michael trató de aguantarse la risa.

Le sacaba casi cuatro años de diferencia pero ya ninguno de los dos era un chiquillo.

—Oye, para papá era importante que hiciera este postgrado, y ya me conoces, yo doy la vida por complacer a mi viejo —rio Michael—. A diferencia de ti que casi le provocas un infarto al tuyo cuando saliste huyendo de Londres.

—¡No digas babosadas, Mitch, no salí huyendo! —gruñó Charlie.

—¿Escapando, largándote, desapareciendo, fugándote...? ¿Prefieres otro sinónimo? —preguntó Michael con tanta naturalidad que su primo se detuvo y lo miró.

—¿No te digo muy a menudo que eres un idiota? —lo regañó.

—Menos que cualquiera de mis hermanos de sangre, por eso te amo tanto —dijo Michael juntando las manos sobre su pecho y haciéndole ojitos para ponerlo más molesto todavía.

Pero lo cierto era que ni él que era su mejor amigo ni nadie tenían ni idea de por qué Charlie había hecho su maleta y se había mudado de continente justo el día después de su graduación.

"Quiero estudiar en Harvard", había sido su única justificación, y como una radio rota, nadie había logrado sacarlo de aquella excusa. Así que al señor Moe no le había quedado más remedio que extrañar a su hijo, sin embargo en cierto punto se había hecho evidente que ya quería pasar el control de las empresas y el círculo de padres se había puesto de acuerdo para que sus hijos comenzaran a dirigir.

—A ver, Michael. Llevas cinco años incordiando con lo mismo, ¿no te parece que si quisiera decirte por qué me fui ya lo habría hecho —suspiró Charlie con resignación.

—Pues me enteraré tarde o temprano, sobre todo porque ya estamos de regreso en la ciudad del crimen...

—¿¡Qué crimen...!? ¿Sabes qué? ¡Vamos a dejarlo por la paz, que quiero inscribirme hoy y fue un milagro que el rector accediera a recibirnos a medio curso” —refunfuñó.

Echó a andar por todo el campus, pero cuando por fin llegaron a la oficina del rector, la secretaria se disculpó con ellos.

—¡Ah, lo siento muchísimo, pero al rector le acaban de avisar que adelantaron las conferencias del curso de tercer año sobre Derechos Humanos y Protección de la Mujer, y corrió al teatro para escuchar la charla de la señorita Black! —les dijo con una expresión de disculpa—. Si gustan esperarlo...

Sin embargo Charlie frunció el ceño y la interrumpió con una pregunta que lo había asaltado en ese momento.

—Lo siento, ¿pero la señorita Black no debería estar en cuarto año? —interrogó a la asistente, intentando descubrir si hablaba de una de sus primas.

Él se había tomado un año sabático y estaba en cuarto, las gemelas debían estar en el mismo año o si acaso uno más.

—¿Mitch...? —susurró porque hacía tanto tiempo que no lo veía... y estaba tan cambiado… que de repente no supo ni cómo saludarlo ni cómo se estaba manteniendo en pie delante de él.

Y Michael se quedó mirándola como si fuera un fantasma. Grace llevaba un overol de mezclilla corto y desenfadado y tenis de deporte, como cuando era una chiquilla, pero aquella chiquilla tenía ahora unas curvas como para estrellar autos y unos ojos sin fondo que le provocaron un inminente ataque de tos.

Grace estaba muda.

Michael se atragantaba.

Charlie estaba shock.

La única que parecía tener palabras era Faith, y cuando Charlie se volvió hacia ella solo vio cómo se recogía el cabello en un moño desordenado y se pintaba los labios del mismo color rojo fuego de sus tacones antes de mirarlo por encima del pequeño espejo.

—Debo confesar que no esperaba un abrazo tan efusivo —murmuró recogiendo su carpeta y su bolsa con la mayor seriedad—. Mitch, cariño, me alegro mucho de verte, no sabes cuánto. Gracie, nos vemos luego, nena.

Su mirada gélida e indiferente se posó en él por un segundo y Charlie sintió un nudo en el estómago difícil de describir, pero el apelativo grosero que estaba esperando no llegó.

—A ti supongo que te veré en las oficinas de la Corporación —le dijo con una sonrisa forzada mientras pasaba a su lado, contoneándose como la mujer hecha y derecha que ya era—. Bienvenido de vuelta... Charlie.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: FAMILIA DE MENTIRA, AMOR DE VERDAD