incitame a pecar romance Capítulo 21

Demostración de poder

MONICA

Por fin después de días ya estoy en mi casa, luego de que quedara arreglado lo de los hoteles y solo faltara la construcción, he vuelto a mi casa, esos días fueron estresantes ya que a Maxwell nada le gustaba, después del día del toqueteo en la sala de reuniones, no hubo nada entre nosotros, bueno de él eran puros coqueteos y miraditas pero por mi parte eran sonrisas y básicamente lo ignore, ya que yo no lo quiero como él me quiere, y si me preguntan como él me quiere pues la respuesta es fácil, una amante, y yo no quiero un amante o algo serio, yo en este momento estoy enfocada en mi trabajo y en crecer mi empresa, pero bueno ese es un asunto que no quiero pensar en estos momentos.

luego de desempacar todo, y arreglarme, partí a la empresa para ver como a estado sin mi en estos días; luego de llegar me dirijo a mi oficina, cuando llego me topo a mi secretaria a la cual la saludo con una sonrisa y le pido los papeles de lo que a sucedido en mi ausencia, cuando me los trae me pongo a revisarlos.

Cuando voy por las últimas hojas, escucho por el comunicador a mi secretaria decir:

-Señorita el señor Maxwell, pide ingreso a su oficina, dice que es urgente- con lo último dicho me preocupo y sin dudar le digo que lo deje pasar.

Lo veo pasar a mi oficina muy tranquilo, con sus pasos confiados, como siempre.

-Sola Mónica, te vez radiante hoy- sin pedir permiso se sienta en la silla frente a mi.

-¿Qué se la ofrece señor?- digo a lo que alza una de sus espesas cejas, yo solo espero que sea rápido.

-Dejémonos de formalidades que nos conocemos mucho para eso- yo frunzo el ceño.

-Está bien, ¿Qué se te ofrece Maxwell?- lo dije ya que no quiero peleas, y que me dé dolor de jaqueca.

-quiero invitarte a comer conmigo y tal vez luego hacer algo más- dijo serio pero con una pizca de picardía en sus ojos, hago una mueca.

-Maxwell creo que te estas confundiendo, yo no tengo ningún interés en ser tu amante o lo que sea que quieras, lo nuestro ya fue hace años, aprende a superar, acepta que no me interesa- él se sorprende un poco pero lo oculta con una sonrisa.

-¿A si?- le detengo la mirada.

-Sí, cuando me acerco a ti tus pupilas se dilatan, tu piel reacciona, tu respiración es irregular y por último pero no menos importante tus pezones se endurecen, por cierto, no sabía que todavía tenías la costumbre de no usar sostén- me maldigo a mí misma por no poder controlarme, el sostén nunca lo use, no lo necesito mis pechos son pequeños.

-¿Y qué? tal vez mi cuerpo reacciona a ti pero eso no quiere decir que mi mente también lo haga, y la que mando soy yo hasta que por mi boca no salga una palabra tú no puedes hacerme nada, acéptalo nuestro tiempo junto ya expiró desde hace años, tu y yo no somos más que conocidos- se acerca un poca más a mí, bajo su cuerpo quedando nuestros labios rozándose, el como siempre huele a menta y chicle de fresa, un olor que nunca puede faltarle.

-Pues eso lo veremos- y no me dejo contestar porque rápidamente me beso, no fue un beso lento y con ternura, fue más un beso apasionado y necesitado, él puso sus manos en mis muslos y me levanto para sentarme en el escritorio para estar más cómodo yo respondí el beso y me deje llevar ya que no me podía detener, todo la mande al carajo y deje de pensar, el rompió el beso, para poder respirar, luego poso sus labios en mi mejilla y fue bajando sus besos a mi cuello, desabotono los primeros botones de mi blanca camisa y esparció besos húmedos por mi clavícula hasta el inicio de mis pechos, regreso el camino a mi cuello donde lamió, mordió, absorbió, yo no aguante más y los que fueron jadeos pasaron a gemidos, lo más probable es que dejó unas marcas que tardarían días en quitarse por todo mi cuello y clavícula pero eso no me hizo reaccionar, es más eso me hizo perder la cordura, dejándome llevar, pero cuando se separó para verme a los ojos oscurecidos de deseo, recordé que él no es mi amante, por el no debo de sentir nada, él es mi enemigo, dejando de besarlo y sintiéndome asqueada por caer en sus trampas, como un conejo.

Él se separó con una sonrisa de lado a lado.

. . .

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: incitame a pecar