"Cuando vuelvas, puedes traer a Merce con nosotros, la extraño."
"¡Entendido!"
Ariadna y Eduardo, después de hacer las compras en el mercado, fueron a buscar a Merce al jardín infantil Solcito.
"No tenía pensado dejarte encontrarte con Merce, pero ahora que vino mi mamá, quiere ver cómo te llevas con ella."
"¿Podrías sonreírle un poco a Merce al verla? No quiero que piense que no le agradas."
Ariadna estaba un poco nerviosa, temiendo que a Eduardo no le cayera bien su hija y la hiciera sentir mal.
Él miró de reojo a Ariadna, "¿Realmente crees que soy tan malo?"
Eh...
¡Bueno!
Simplemente tenía una personalidad un poco fría.
En ese momento, la profesora Flora trajo a Merce.
La niña llevaba dos trenzas, un uniforme con una falda plisada gris, una mochilita rosa sobre sus hombros, y su carita redonda y sonrosada parecía una delicada muñeca de porcelana.
"Mamá, te extrañé mucho." Merce corrió a abrazar a Ariadna.
"Yo también extrañé a mi princesita."
"¿Y quién es él?" preguntó la profesora Flora al ver a Eduardo, sonrojándose un poco.
"Mi esposo, hoy nos casamos." dijo Ariadna.
"Ah, jajaja... felicidades." La expresión de la profesora Flora se volvió algo decepcionada.
Merce miraba curiosa a Eduardo y le susurró a Ariadna, "¿Él es el esposo que elegiste?"
Ariadna pellizcó suavemente las mejillas rechonchas de su hija. "Sí, ¿qué te parece?"
"Es muy atractivo y alto. Como un príncipe de los cuentos... solo que..." Merce se acurrucó en los brazos de Ariadna, mostrando sus grandes ojos negros.
"Es un poco intimidante."
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Increíble! ¿Mi Marido Falso Resultó Ser Multimillonario?