IntensaMente (COMPLETO) romance Capítulo 8

S I E T E

Ir al terreno de construcción y que mucha tierra no se de donde cayera en mi rostro, fue una estupidez grandísima.

Ahora estoy sufriendo, primero me costó sacarme la tierra del pelo, dejármelo más tieso que sabe qué, y mi piel bajo de la ducha parecía que el agua era amarilla y ni hablar de mi ropa tenía diversos colores que al quitarmela una nube de polvo salió de ella. Mis tacones no tenían su color original... y lo peor de todo: mis ojos... agarré una alergia que me los tiene hinchados y por lo tanto no puedo ponerme los lentes de contacto, tengo que usar gafas...

El dolor en mi vista produjo dolor de cabeza... es horrible no se lo deseo a nadie sólo al asiático de mi jefe.

Me coloco un pantalón blanco con unos botines y una camisa floreada suelta, me hago una coleta alta, no deseo dejarme el cabello suelto y mucho menos después de lo de ayer. Tengo mis gafas grandes negras y trato de maquillarme un poquito para disimular mi enrojecimiento.

Bajo las escaleras del edificio en donde vivo con pesadez ya que los ánimos los tengo por el suelo. Salgo de aquí y no me fijo de la camioneta que está estacionada afuera.

—Vaya, vaya... es cierto, aquí es el edificio donde vives.

Volteo, esa voz...

—Abuela...

—¡Que vergüenza!... vivir en éste cuchitril.

—Vivo por mis medios...

—Porque quieres.

—No regresaré... es más voy tarde al trabajo.

—Necesitamos hablar.

—No tengo nada de que hablar...

—Necesito que retomes tu compromiso con Stephen Walcott...

—Ni loca... que lo haga Charlotte.

—Tu eres mi nieta legítima... Ya que tu madre firmó ese papel que separa los bienes de los Salvatore con los Kipling...

—Lo siento, pero no lo haré...

—La empresa te necesita...

—Busquen otra manera... pero yo no me casaré con él, no después de ver como se revolcava con la zorra de mi hermanastra...

—Cuida tu boca... y me debes respeto, todos estos años que te mantuve a ti y a tu madre... nos debes ese favor.

—Voy tarde... y no, mi respuesta sigue siendo NO.

Salí de allí como pude, ahora no sólo con el ardor de mis ojos sino también con un dolor en el estómago.

Siempre odié que me sacaran las cosas.

Por qué no me abortó y todo fuera sido diferente.

Voy tarde, entro al edificio de los LC&H y tomo el ascensor.

Presiono mi piso y llego a éste.

Llego tarde, lo sé.

Camino rápido y está allí América

—Pensé que no vendrías —me dice

—Tuve un inconveniente... y por eso me tardé.

—Mi alma y esos ojos... que te pasó, no sabía que usabas gafas.

—Eso es por no usar protección en los ojos... me dió una alergia, no pude dormir en toda la noche y el dolor de cabeza... necesito nacer de nuevo.

—El jefe entró con Lovecraft hace un momento y él preguntó por tí.

—Creo que soy muy especial para ese chino.

América se rí.

—No lo llames así... te va a cachar y se va armar el rollo.

—Ya quiero ver a ese asiático en acción...

—Eres fuerte, ¡déjalo ya!

—Para mi defensa el chino empezó...

—¿Qué chino?

Qui chini... esa es la voz de Stefanía..

—El chino de la esquina... el que vende comida rápida... —digo

—Pensé que hablabas de Aaron...

— Aaron... Guao tanta confianza con el jefe, eso me huele a manoseo... ya se acostó contigo, que rápida eres.

—Sí... y muy pronto seré la señora Lovecraft.

—Suerte con eso...

Me va a matar... esa mirada.

Yo volteo y veo a América que se aguanta la risa.

—No necesito suerte...

—Sí la necesitas... a él le gusta las pechugonas, ya sabes —le señalo mis pechos como referencia— y las de pelo negro... tiene un fetiche con el cabello negro y ...la nariz perfilada, la tuya es chata.. —sus manos pasaron de los senos a su cabello y de ellos a la nariz— ¡ahh! y ayer vino una plástica... esa mujer era una modelo donde vaya, hermosa... cabello azabache, nariz perfecta y sus senos... Guao hasta yo si fuera lesbiana me la tiro...

—¿Así de perfecta? —abre la boca exagerada.

—He escuchado que le gusta que lo ronroneen  y que así se calienta... ya sabes háblale ronroneado.

—Sí... —no se que paso por su cabeza que se le formó una sonrisa extraña.

— Bueno me voy a mi puesto... iré a apartar una cita en la peluquería... —se fue a hacer lo que dijo.

—Eres mala Nechi... —dice entre risa agarrándose su barriga que se le nota un poquito...

—Ella empezó...

—Que intenso...

— Dos pájaros de un solo tiro... la vergüenza del chino y la de ella.

— ¡Ah! y fetiche y todo que mala.

La puerta del despacho se abre dejando ver a los dos jefe.

—Señorita llegando tarde —Lovecraft me ve de pies a cabeza.

Ese asiático..

—Eso parece —digo entre dientes

—¿ Y cual es la excusa? —dice con una sonrisa mostrando superioridad.

—Van hacer las dos, deberías ir a tu trabajo... no queremos problemas con el jefe.

—Tienes razón... —le limpio sus labios, la mancha de mi labial y trato de marcharme otra vez.

Me toma y me besa una vez más

—¿Podemos vernos esta noche?

—Claro. Me buscas a las siete...

Así salí de allí con los labios latiendome... benditos labios.

Termine mi turno y fui a mi departamento luego de pasar por la universidad, faltaba poco para las siete y me puse lo que vi.

Un vestido negro con zapatos altos, salí del departamento y él estaba afuera esperándome con su carro.

—¡Que hermosa...! —me dice y luego me besa.

—¿A donde vamos? —pregunto al montar nos.

—Un restaurante francés...

—Chevere.

Llegamos y el restaurante es elegante. Tengo bien claro que no voy a pagar.

Cominos un delicioso salmón ahumado y luego fuimos a mi departamento.

El como caballero que es se abajo para abrirme la puerta.

Bajo con cuidado y me sostengo de sus hombros, acercándome a él.

—Gracias por la noche... —le digo aún con mis manos puesta sobre él.

—Gracias a tí... —apenas se entendió y el ambiente se palpa, se resiste por ser un caballero.

—¿No quieres subir?... —le ofrezco.

—Quiero ser respetuoso contigo y no sobrepasarme...

—No te sobrepasas si yo te invito...

Uno nuestros labios y me apego más a él.

El nos separa.

—No quiero una relación Nechi... no quiero hacerte daño.

Auchhh.. por que no, si sí

—Sin compromiso... —digo entre sus  labios.

—Sin compromiso... No quiero corazones rotos ni chicas celosas ni nada por el estilo.

¡Estúpido!... ya decía yo que era muy tímido.

—Exacto...

Y así lo invité a mi pequeño departamento y deje que hiciera conmigo como le plazca... tenía meses sin estar con un hombre y estar con él es...

De tímido no tiene nada, hizo todo... su contacto con mi piel.. su delicadeza y rudeza a la vez...

Abro mis ojos a media noche luego de quedarme dormida y sí, se fue... no está. Es de esperarse sin compromiso.

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