¡Jefe, Mis Gemelos, Tu Problema! romance Capítulo 147

"El señor Galindo no podría visitarnos todos los días, está muy ocupado. Sólo viene de vez en cuando para ver a los niños".

Un destello de color carmesí se entrometió entre las cejas de Filemón. Esa mujer parecía rechazarlo a mil millas de distancia, ¿estaba jugando algún juego de coqueteo?

"No es asunto tuyo si vengo o no".

"Lo sé". Siempre lúcida, Abril sabía que él venía a ver a los niños, no a ella.

Para Olivia, el joven maestro visitando a los niños era lo mismo que visitar a Abril. No había diferencia. Regresó a su habitación para ver su telenovela, sin interrumpir su mundo privado.

Hubo un breve silencio en la sala de estar.

Abril tomó un sorbo de agua, y bromeó: "Señor Galindo, aunque no soy la madre que esperabas para tus hijos, tengo un beneficio".

"¿Qué beneficio?", alzó una ceja.

Ella acarició su vientre: "Las probabilidades de tener gemelos son muy bajas, ¿sabes? Si eliges a otra mujer, ¿quién sabe si hubiera podido concebir gemelos?". Después de todo, había dado fruto a las únicas semillas sanas que él tenía, ¿no debería agradecerle?

No había manera de que Filemón pudiera refutar eso. "¿Y qué?".

"Y que tú eres el mayor beneficiario, no pierdes nada. Pero yo, estoy en una situación terrible. Tengo que sacrificar mi figura, mi virtud, e incluso convertirme en una mujer divorciada. Es muy triste". Hizo una mueca triste.

Su expresión hizo que él se sintiera molesto, pero también le causó gracia: "¿No obtuviste lo que más deseabas?".

¿No era hacerse rico de la noche a la mañana el sueño definitivo de los avaros?

Ella levantó los ojos para mirarlo: "¿No me dirás que te refieres al dinero? Aunque el dinero es una cosa buena y no puedo vivir sin él, tampoco lo es todo. Hay cosas que el dinero no puede comprar".

Cogió el control remoto y encendió la televisión, era mejor ver su telenovela para aliviar su soledad.

El ambiente se volvió cada vez más pesado. Ambos permanecieron en silencio durante mucho tiempo.

Abril terminó su bebida, suspiró satisfecha y se acurrucó en el sofá como un gatito perezoso. "¡Este personaje es tan guapo! Dicen que, en el mundo del espectáculo, la fama menor se gana con trabajo, pero la gran fama depende del destino. Ojalá algún día mi Julio pudiera conseguir un papel así". Acarició su vientre, hablando consigo misma.

Filemón la miró de reojo: "Ya has hecho mucho por él, el resto depende de él mismo".

Abril sospechaba que su hermano había ofendido a Filemón antes, y probablemente él tenía algún prejuicio contra él.

"Mi hermano Julio es muy inocente, si eres bueno con él, él te devolverá el doble de bondad".

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