¡Jefe, Mis Gemelos, Tu Problema! romance Capítulo 54

Nunca había sentido temor, incluso cuando fue secuestrado siendo un niño, pudo mantener la compostura, aniquilar a los secuestradores y escapar. Pero en ese momento, no solo sentía una inquietud inexplicable, sino también miedo. Esa mujer era realmente audaz, hasta el punto que él no la podía controlar.

La oscuridad de la noche comenzó a envolver la costa del Río de la Plata. Abril bajó al metro, caminando por el oscuro pasillo subterráneo. El pasillo parecía interminable, con pocas personas, y solo un par de transeúntes de vez en cuando. De repente, una mano agarró su mochila, se volteó aterrorizada y era un vagabundo de aspecto desaliñado, tenía una botella de tequila en la mano, su fuerte olor a alcohol la hacía sentir náuseas.

El vagabundo murmuró algo incomprensible, ella no lo entendió, pero por su risa lasciva, supo que sus intenciones no eran buenas. Había leído noticias en línea, los vagabundos y borrachos extranjeros eran muy peligrosos.

Sintiendo un escalofrío, logró liberar su mochila de la mano del vagabundo y comenzó a correr. Pero siendo una mujer embarazada, no podía correr más rápido que él y pronto fue atrapada. El vagabundo la agarró por el cuello y la arrastró a un oscuro callejón, tirándola al suelo.

Aterrada, protegió su vientre temiendo lo peor y empezó a gritar por ayuda: "¡Ayuda! ¡Ayuda!¡Help me please!".

La gente que pasaba echaba un vistazo y continuaba su camino, con total indiferencia.

El vagabundo la observaba fijamente, casi salivando, tomó un trago de tequila y comenzó a quitarse el cinturón. Ella retrocedía desesperada, hasta que su camino fue bloqueado por una pared: "¡No, no me toques, aléjate!¡No!".

El vagabundo rio lascivamente y se lanzó sobre ella como un lobo hambriento. Ella apretó los dientes, levantó una pierna y le dio una fuerte patada en su entrepierna, estaba dispuesta a luchar hasta la muerte, no permitiría que este borracho la violara ni que lastimara a su bebé.

El vagabundo gimió de dolor, agarrándose la entrepierna. Abril se levantó rápidamente, arrebató la botella de tequila de sus manos y la estrelló contra su cabeza. No dudó en lo más mínimo, utilizando todas las fuerzas que tenía.

La botella y la cabeza del vagabundo se rompieron al mismo tiempo, salpicando sangre. Él gruñó y se tambaleó unos pasos antes de caer al suelo, inmóvil.

Abril estaba aterrada, corrió temblorosa hacia la salida, pero accidentalmente chocó contra una pared de carne. El reflejo de lucha o huida la hizo atacar a la figura frente a ella.

"¡No me toques, aléjate, aléjate!",

"Abril, ¡soy yo!¡Tranquila!", Lionel la abrazó.

Abril frunció los labios y dijo: "No puedo quedarme en aquí, quiero volver a casa, pero todos los vuelos están agotados".

Lionel se acarició la barba: "Vienes aquí después de mucho esfuerzo y no has visto nada todavía. Te llevaré a un lugar escondido para pasar un par de días, nadie lo sabrá. Cuando se arregle el vuelo, volveremos juntos".

Su tono suave le dio suficiente seguridad, calmó su corazón asustado y asintió levemente: "Okay".

...

En ese momento, Filemón llegó a la estación de Les Sablons. Según la vigilancia proporcionada por la policía, Abril tomó la línea D del subte y se bajó allí. Había estado buscándola durante mucho tiempo, y ya estaba como hormiga en olla caliente, ansioso y frustrado.

Kevin, escoltado por su guardaespaldas, corrió hacia él: "Filemón, un empleado de la estación acaba de decir que hace una hora, en el túnel subterráneo, un vagabundo atacó a una chica".