La chica fénix: ¿Mi mate? romance Capítulo 54

Omnisciente

Eli ama a sus hijos, los ama a todos cada día que los ve y sabe que fue la mejor decisión de su vida, aceptar a su mate, al amor de su vida, aunque es medio lento, el lobo la ama como ella a él.

Jamás se imaginarían estar con alguien más que no fuera su pareja, no porque el destino los unió, si no por el amor que se tienen, pero existe algo que la madre de Eli no le gusta, aunque le digan anticuada. Ella quiere ver a su hija con un vestido de novia pomposo, grande y con muchos brillos, Eli cada vez que escucha a su mamá hablar sobre una boda huye, pero como lo hace ahora sí está acorralada.

—¡No mamá, no lo haré! —intenta huir, pero su madre se planta en la puerta.

—Pero cariño si sería una boda hermosa. —no es raro que prefiera pelear con cualquier cosa que estar en esa conversación con su madre.

—No mamá, ya te lo dije, nos marcamos y eso ya es como un matrimonio

—le explica, pero su madre no quiere dar el brazo al toser.

—Pero si Nay y Yack se casaron. —todos los de la casa huyeron, se supone que iban a organizar la fiesta de cumpleaños número doce de Halia y Kaia, pero lo su madre decidió hablar de una boda que ella no quiere, al menos no en ese momento.

—Eso es porque es decisión de ellos, mi lobo tonto y yo no queremos casarnos. —se defiende la chica.

—Y se lo preguntaste o solo lo asumiste. —le iba a responder, pero no tuvo con que ciertamente asumió eso, ya que Mario no se lo propuso y también lo cree innecesario, ya están marcados y para ellos es el único que debe valer, algunos lobos deciden casarse, pero no es un requisito.

—Bueno, yo, no, pero…

—Ves lo que te digo. —le dice su madre con una sonrisa de ganadora, esa señora podrá tener los años que tiene, aunque viéndolo bien, tiene más de lo que aparenta, siempre se comportará como una niña cuando tiene la razón.

—¡Mamá! —escucha unos pasos resonar en el pasillo cuando entran a la habitación sus hijos, tres pre-adolescente de doce años; un adolescente de quince años y un niño de nueve, todos llenos de lodo hasta las orejas, pero no les diría nada como si la acaban de salvar de las locuras de su madre.

—¿Y ustedes que hicieron? —comenzaron a hablar todos al mismo tiempo, pero la respuesta le llegó cuando su lobo entro lleno de lodo apenas y se le veían los ojos.

—¡Fue papá! —todos los niños señalan al lobo.

—¡Traición, mis propios hijos me traicionaron! —exclama.

Pero papá tú nos dijiste que solo tendríamos que bañar a pequeño —se defiende Kaia

—Así que bañar a Pequeño que yo sepa, él se baña solo ¿Por qué el interés de bañarlo ahora? — algo no le cuadraba a Eli y sabe que su mate tiene algo planeado.

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