La hija de mi padrastro romance Capítulo 46

Me quedé en el auto esperando a ver qué hacía Diego, apenas entró a la casa usando las llaves que le di, llamé a Laura. Laura: Hola Melissa, ¿cómo estás? Estaba listo para deshacerme de esta historia para siempre.

Sabía que aún tenía que hablar con mis padres, pero tenía que contarle todo a Laura.

- Siento molestarte la noche Laura, pero si yo fuera tú, volvería a casa ahora. Laura: como asi ¿Sucedió algo?

- Sí, sucedió. Atrapé a Rodrigo y Yanka teniendo sexo en su habitación.

Laura: ¿Qué? habló totalmente nervioso. Melissa: Y hay más, justo cuando salía de tu casa llegaba el novio de Yanka y le pedí que pasara y lo viera.

Perdóname Laura, por todo este lío, pero tenía que hacer esto, sabía que algo andaba mal y solo quería verlo con mis propios ojos.

Traté de advertirte, y también traté de ser como tú, traté de ver lo mejor en las personas, pero estaba tropezado.

Laura: Mel, te pido disculpas por eso, no puedo creer que Rodrigo haya podido hacerte esto.

No sé ni que decirte, estoy muy decepcionado.

- No tienes que decirme nada más, solo vuelve a casa, antes de que ocurra una tragedia. Colgué el teléfono y empecé a llorar de nuevo. Me quedé así por un tiempo, siendo consolado por Rayssa. Rayssa: ¿Adónde quieres ir Mel?

- Para mi apartamento, necesito a mis padres ahora. Hicimos todo el camino sin decir nada. Rayssa sabía que dejarme sola en este momento era la mejor decisión. Apenas llegamos a mi apartamento, encontramos a mis padres en la sala, y cuando me miraron y vieron mi cara roja de tanto llorar, fueron a abrazarme.

Así que finalmente pude romper. Rayssa se fue, entendió que necesitaba ese momento.

Sollocé y gemí, como si tuviera múltiples heridas por todo el cuerpo. Todo en mí duele. Mi padre me tomó en sus brazos y me llevó a mi cuarto, y allí se quedaron los dos tratando de calmarme, hasta que por fin tuve la fuerza y ​​la calma para decir todo lo que pasó.

Poco a poco le expliqué cuando empezó todo esto, y con cada frase que decía, más lágrimas caían de mis ojos.

Mis padres estaban desconcertados, mi madre comenzó a llorar y mi padre estaba tratando de contener su ira a toda costa.

Madre: Hija mía, ¿cómo nos pudiste ocultar esto mi amor? no tienes que ser fuerte todo el tiempo Cariño, no es bueno que nadie se guarde tantos problemas. Padre: Estoy muy decepcionado de Rodrigo, te encomendé a él, y lo único que hizo fue romperte el corazón. Voy allí ahora mismo. Mi padre se levantó y lo tomé de la mano.

- Por favor, no me hagas pasar más por esta humillación, padre, quiero seguir con mi vida, quiero olvidar que Rodrigo existe, y quiero que tú también lo hagas. Aprendí a ser fuerte con ustedes dos, y sé que este dolor es pasajero, aunque ahora siento que mi mundo se acabó, sé que sigue entero, esperando el momento en que me levante y me dé la vuelta. .

No quiero que trates de obtener alguna satisfacción de Rodrigo, todo lo que tenía que decir ya está dicho, solo quiero que te quedes aquí conmigo.

Papá: Está bien mi pequeño. Soy tu padre y siempre haré lo mejor para ti.

Madre: No estás sola hija mía. Me acosté en la cama, llorando como loca, mientras mis padres me abrazaban. Entonces me di cuenta de que mi mundo eran ellos. Rodrigo es solo un fragmento. Lloré tanto que me quedé dormido.

Cuando me desperté, el sol entraba a raudales por la ventana que había olvidado cerrar la noche anterior, al igual que mis padres.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La hija de mi padrastro