La Hija Secreta del Millonario romance Capítulo 4

Gema salió del hospital, programó el GPS de su móvil para llegar a la estación del tren más cercana. Caminó unas tres manzanas, pendiente de que la señora Brown no la estuviese siguiendo, no sabía el efecto que tendría en ella el laxante y cuanto tiempo tardaría en el baño.

Al llegar a la estación se acercó a un mapa y buscó el tren que se dirigía a Whitehall en el distrito financiero de Londres. Una hora después, tras prácticamente haber atravesado la ciudad salía de la estación a escasas cuadras del edificio del consorcio empresarial que era propiedad de su padre.

Su GPS la guio por las calles desconocidas hasta la dirección que estaba escrita en las cartas, caminó mirando los edificios y vitrinas, nunca había estado en esa parte de la ciudad pensó mientras entraba en el lujoso edificio. Esperaba que su papá o algún otro familiar estuviera allí, si no no sabría qué hacer. En ese mismo instante, la señora Brown junto a la policía entraba en el apartamento de Ivanna y Gema, esperando encontrarla allí.

La recepcionista que estaba detrás del elegante mostrador tenía una expresión aburrida en su rostro, Gema se acercó mientras la chica hablaba por teléfono ignorándola olímpicamente. La niña se colocó frente a la cara de la recepcionista y le dirigió una fiera mirada, de esas que ponen incómodas a la mayoría de las personas, a los dos minutos colgó.

― ¿Qué quieres, niña? ―preguntó la empleada de mala manera.

―Buenos días, señorita ―Gema la saludó con cortesía, sabía que de ese modo la haría sentir más incómoda. Sí, la educación alteraba a las personas groseras.

La chica respondió al saludo entre dientes inspeccionando su ropa y mochila, juzgando la clase social de la niña por su atuendo, no le pareció lo suficientemente importante, así que decidió ponerle las cosas difíciles. ¿Quién se creía que era para mirarla así e interrumpir su charla?

―Vine a ver al señor Gael Evans ―anunció Gema con confianza esperando impresionar a la joven.

― ¿Tienes una cita? ―preguntó la recepcionista con petulancia sabiendo que no la tenía

―No, pero él me verá ―respondió Gema con la seguridad de quien tiene un as bajo la manga.

―El señor Evans es un hombre muy ocupado, no atiende a nadie que no tenga una cita ―explicó la recepcionista con una sonrisa maliciosa.

―Dígale que su hija Gema Smirnov está aquí y que necesita verlo ―Gema soltó la bomba y esperó el impacto con una sonrisa de suficiencia.

―El señor Evans no tiene ninguna hija ― «Ja, te gané» pensó la chica.

―No que él sepa, pero pásele mi mensaje, dígale que mi madre es Ivanna Smirnov.

La recepcionista levantó el teléfono pensando que la niña era muy fastidiosa, simuló hablar con una tal señora Thompson y con una sonrisa negó con la cabeza.

―No la verá ―anunció mirándola por encima del mostrador.

Gema sacó el sobre que había preparado en el tren previendo esta situación y se lo entregó.

―Hágale llegar esto y dígale que tiene veinte minutos para recibirme, sino…―sacó su celular de última generación para darle más énfasis a su amenaza ―… llamaré a toda la prensa amarilla de la ciudad. Saldré frente al edificio lloraré y gritaré a todo pulmón diciendo que Gael Evans echó a la calle a su única hija, cuya madre fue atropellada por un auto y está en el hospital.

Colocó el sobre en las manos de la asombrada recepcionista y con una reverencia muy digna se dirigió a un sofá a esperar.

***

Gael estaba irritado, se encontraba en una reunión y le había pedido a su secretaría que no lo molestase a menos que fuera una emergencia. Cuando la señora Thompson lo llamó para pedirle que saliera, estaba llegando a un acuerdo favorable con una empresa. En ese momento escuchaba con estupor a su insufrible secretaria mientras trasmitía el mensaje de la niña, la mujer le puso un sobre en la mano, mirándolo con desaprobación se dio la media vuelta y se marchó antes de que explotara.

Gael miró a Ian McDonald, su abogado y amigo, no sabía si reír o tomarse en serio el asunto. Abrió el sobre y vació el contenido en su escritorio. Había diez cartas y un certificado de nacimiento, tomó este último y vio que tenía fecha de once años atrás, y en él decía que la niña presentada por Ivanna Smirnov tenía por nombre Gema Katerina y que era su hija. Pasó el certificado a su abogado y revisó las cartas.

―No sé por dónde comenzar ―anunció Gael mirando las cartas.

― ¿La madre no es esa chica rusa de la que una vez me hablaste? ―preguntó su amigo.

―Sí, es ella y al parecer tuvo a mi hija, la fecha de nacimiento concuerda ―respondió Gael tragando grueso.

Capítulo 4 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Hija Secreta del Millonario