La niñera y el papá alfa romance Capítulo 113

Moana

Cuando llegaron los tres encapuchados y me sacaron del coche, sólo pensaba en la seguridad de Ella, Incluso cuando me ataron las muñecas con una cremallera, me pusieron un saco en la cabeza, me metieron en una furgoneta y se fueron a toda velocidad conmigo como rehén, sólo pensaba en Ella, si le pasaba algo, nunca me lo perdonaría.

Los hombres hablaban entre sí en voz baja, y yo apenas podía oírlos por encima del ruido del coche y de los fuertes latidos de mi corazón.

-¿Adónde me llevan?-, grité, luchando contra las ataduras de mis muñecas.

-Cállate-, uno de los hombres me golpeó en un lado de la cabeza a través del saco, haciéndome ver un destello de luz y dejándome la cabeza tambaleante, no fue tan fuerte como para dejar un daño duradero, pero aún así me dolió, me asustó y me hizo gemir de miedo, pero aun así, seguí buscando respuestas.

-Será mejor que no le hagas daño a esa niña-, gruñí. -Su padre te matará.

Uno de los hombres gimió, no podía verle la cara a través de la tela que me cubría la cabeza, pero veía cómo se movía delante de mí; ninguno de ellos dijo una palabra, lo que hizo que mi ansiedad se disparara, cuando empecé a forcejear con más fuerza, de repente vi que el hombre se inclinaba hacia mí.

Me arrancó el saco de la cabeza mientras la furgoneta giraba en una curva y se inclinó hacia mi cara, tenía los dientes negros y afilados como puntas, y un tatuaje con el símbolo de una banda en la mejilla.

-Si no te callas de una puta vez, vamos a hacer que esto sea mucho más doloroso para ti-, gruñó, su aliento apestaba a cigarrillos y alcohol. -¿Entendido?-.

Asentí lentamente, ahogando una arcada ante su hedor. el hombre puso los ojos en blanco y me tapó la cabeza con el saco, sentí que la furgoneta aceleraba mientras me preguntaba adónde me llevaban, y un millón de preguntas empezaron a arremolinarse en mi cabeza, ¿volvería alguna vez a casa?, ¿A ver a Edrick o a Ella?, ¿Estaría bien mi bebé?.

Mientras los hombres conducían, no pude evitar sentirme como un idiota por caer en la trampa de Kelly, Seguro que lo había planeado todo era obra suya, supe que tramaba algo en cuanto empezó a conducir en dirección contraria al hospital, tampoco debería haber dejado que Ella viniera; de hecho, debería haberme quedado en casa con Ella en cuanto vi que el comportamiento de Kelly cambiaba en cuanto Ella aparecía.

Debería haber sabido que algo iba mal y haber confiado en el sexto sentido de Ella, estaba claro que sabía que algo malo podía pasar, y yo debería haber seguido su instinto; pero no lo hice, y ahora no sólo yo estaba en peligro, sino que Ella también podía estarlo, sólo me quedaba esperar que Kelly hiciera al menos lo correcto y llevara a Ella a casa, en lugar de gastarle alguna otra broma a la niña.

De repente, la furgoneta se detuvo bruscamente y me hizo tambalear hacia delante, oí el ruido de una puerta que se abría y entonces uno de los hombres me agarró bruscamente por el brazo.

No había forma de mantenerme en pie mientras me arrastraba fuera de la furgoneta, mi pie resbaló y caí al suelo con un gemido, pero a él no le import, me dejó allí tumbada, sola e indefensa.

-Por favor-, dije, sintiendo que empezaba a sollozar, -estoy embarazada, por favor, no le hagas daño a mi bebé-.

Pero a los hombres les daba igual, dos de ellos me agarraron por los brazos y me levantaron arrastrándome por la acera.

-Corta sus ataduras-, dijo el hombre de los dientes negros, -me gusta cuando se defienden, lo hace más divertido-.

Uno de los hombres me empujó de nuevo, obligándome a tirarme al suelo, grité, pero nadie vino, y mi voz estaba enronquecida y ronca por los gritos de antes, todo lo que podía ver a mi alrededor eran los tres hombres riendo y elevándose sobre mí, lamiéndose los labios con avidez mientras me miraban fijamente.

Esto era todo; iba a morir aquí.

-Ya basta-, dijo Mina de repente, -no me importa lo que digas, no puedo dejar que esto pase-.

Uno de los hombres echó la pierna hacia atrás para darme una patada, y entonces, no estaba del todo segura de lo que pasó después.

Sentí que empezaba a perder el conocimiento cuando Mina tomó prestado mi poder y el del bebé, hiciera lo que hiciera, hizo retroceder a los pícaros, como si una fuerza invisible me protegiera por todos lados, lo último que vi antes de perder el conocimiento fue a los pícaros gruñendo y aferrándose a la pared, tapándose la nariz.

Después de eso, volví a caer inconsciente con sólo pequeños retazos de memoria, en un momento dado sentí la lluvia caer sobre mí, empapándome mientras yacía en medio del oscuro callejón, oí el sonido de alguien que me llamaba por mi nombre y unos pasos que se acercaban a mí.

Oí el sonido de gruñidos, peleas, gruñidos y entonces, en un breve momento de lucidez mientras mis ojos se abrían, vi la cara asustada de Edrick y sentí que me rodeaba con sus brazos, me levantó del suelo y me abrazó, mirándome con preocupación en los ojos.

Justo antes de volver a perder el conocimiento, me di cuenta de lo segura que me sentía en sus brazos, en ese momento supe que realmente me había enamorado de él.

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