La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 58

Domingo por la mañana Jacob despertó después que Sasha se despertó y se movió, Jacob al verla con los ojos abiertos, le dio un beso apasionado.

—Buenos días amor —dijo Sasha antes que Jacob.

—Buenos días ojitos, ¿un baño?

Sasha bostezó y se abrazó de Jacob, y negó con la cabeza:

—No, podríamos dormir un poco más.

Jacob se preocupó:

—¿Una pesadilla?

—No —dijo Sasha y hunde más la cabeza en el pecho de Jacob, Jacob cerró los ojos y la abrazó amoroso, ya que sabía que Sasha despertó recordando su sueño donde ella podía ver, para Sasha era la broma más cruel que su cerebro le hacía.

—Tranquila, amor, pronto podrás ver, si no fuera así, no podrías ver sombras.

A Jacob se le partía el corazón el verla tristes o llorar, más aún saber que él no podía hacer nada para regresarle la vista a Sasha, todos los médicos decían lo mismo que había que esperar a que el cerebro de Sasha se desinformara, Jacob le llenó la cabeza de besos dulces y tiernos, cuando la puerta se abrió, Jacob iba a comenzar a gritarle a quien abrió la puerta, pero era la abuela.

—Lo siento hijo, ayer olvidé darles estas sales aromáticas —la abuela se acercó y dejó un frasco en la mesa de noche, y le preguntó a Jacob que si Sasha estaba dormida, sólo moviendo los labios Jacob negó con la cabeza cerrando los ojos diciendo que no era un buen despertar, la abuela suspiró acongojada y salió de la habitación.

—¿No quieres probar las sales que trajo mamá Lourdes? —Sasha sólo asintió y Jacob le dio otro beso en la coronilla y se movió para levantarse, pero Sasha no lo soltó.

—Cariño, debo de ir a preparar el baño —le dijo con cariño, pero Sasha no quería soltarlo, Jacob suspiró y se levantó de la cama cargando a Sasha y esta rodeó con sus piernas la cintura de Jacob, entraron al baño y sentó a Sasha sobre la mesa del lavamanos, le acarició la mejilla—, estamos sensible y chipils.

Sasha asintió.

—Ok, desayuno hotcakes y creapas rellenas con mermelada de fresa, de cereza y frutos rojos ¿sí? —Sasha asintió—, ok, llamaré a la cocina para que te preparen el desayuno.

—¿Y nieve?

Jacob sonrió al escucharla.

—Helado también —le respondió y salió del baño después de abrir la llave de la tina, llamó a la cocina y pidió el desayuno para Sasha, pero la abuela ya había dado esa orden, sólo le faltó la nieve, cuando colgó, tomó el frasco con las sales, luego miró la mesa de noche de su lado y recordó que no había puesto preservativos en el baño, así que tomó unos y los llevó consigo, en cuanto entró dejó dentro del cajón los preservativos y dejó las sales a un lado de la tina, colocó unas toallas como almohadas a la orilla.

—Está todo listo, preciosa, sólo faltas tú —Jacob se acercó a Sasha y le quitó el babydoll color coral, dejando sus senos a la vista y Sasha pasó su mano sobre los pectorales de Jacob.

—Quiero que me apapaches.

—Y ¿qué tipo de apapacho quieres?... ¿algo así? —dijo Jacob y luego pesó uno a uno los senos de Sasha despacio sin prisa.

—Sí... mis ahh —gimió Sasha cuando Jacob chupó uno de sus pezones y luego el otro, después acercó, tocó la nuca de Sasha y la acercó a él, le dio un beso pasional metiendo su lengua en la boca de Sasha buscando la de ella haciendo una danza sensual, Jacob llevó su mano a la zona íntima de Sasha y comenzó a estimularla, en cuanto se empezó a humedecer, Jacob bajó con besos húmedos por el cuello de Sasha, besó y chupó cada seno y pezón, bajó más, pasó su lengua en el ombligo y Sasha se arqueó, Jacob se hincó y tomó la panty con las dos manos para romperla, pero una excitada Sasha lo detuvo.

—No, no las rompas, quítamelas.

No era que se preocupara por las panty, sino que ella quería tener esa experiencia cuando pudiera ver, quería ver los gestos de Jacob al romper su panty, Jacob obedeció y le quitó la panty.

—Qué vista tan espléndida —dijo Jacob excitado al estar frente a la zona íntima de Sasha, esta se sonrojó, luego se estremeció cuando Jacob sopló en esa zona tan sensible y que estaba bastante húmeda, Jacob pasó su lengua por toda la zona, estimulando el clítoris y la cavidad una y otra vez hasta que hizo correrse a Sasha, en lo que Sasha se recuperaba, Jacob sacó los preservativos y se colocó uno dejando los demás a un lado.

—Necesito hacerte el amor en el escritorio —dijo Jacob y besó a Sasha, la bajó de donde estaba mientras la besaba y la dejó en el piso cortando el beso—, te vas a sostener con las manos.

Jacob le dio la vuelta y colocó las manos de Sasha en la orilla del lavamanos, después Sasha subió un escalón al ser bastante más alto Jacob que Sasha para esta posición Sasha necesitaba altura.

—¿Pensaste entrar en esto?

—Sí, aun no puedo arriesgarme a lastimar tu espalda si te recargas en la pared, pero de esta forma tú tienes lo que quieres y yo cuido de ti —dijo Jacob pasando la lengua por toda la espina dorsal de Sasha y esta se arqueó—, abre las piernas.

Sasha abrió las piernas:

—Me siento como si fuera una fugitiva general —apenas dijo cuando Jacob la penetró sin aviso.

—¿Quieres ser una ladrona? y yo el general que la atrapó —sacó lento su miembro y volvió a penetrarla de la misma manera.

—No, usted siempre gana esos juegos, general, además más que un castigo sería todo un placer sentirlo dentro de mí —dijo con excitación Sasha al sentir los lentos movimientos.

—Juguemos sólo un poco, te va a gustar, por cada banco aumentaré la velocidad.

—Asalta el banco de Londres —dijo Sasha y Jacob aumentó la velocidad de las penetraciones.

—¿Hubo heridos?

—Cinco heridos.

Jacob le dio cinco caricias al clítoris de Sasha y esta gimió de placer.

—Un banco en París, quince heridos y un muerto el ahh guardia.

Jacob aumentó más el ritmo e hizo lo mismo sólo que al final jaló el clítoris.

—Banco de fondos de los Estados Unidos, veinte heridos, tres muertos.

Jacob jaló el clítoris de Sasha entre las veinte caricias y al final dio dos jalones, la mente de Sasha se quedaba en blanco a la hora de pensar en un banco.

—Ahh banco de México treinta muertos que diga heridos, ahh Jacob Jacob —dijo Sasha en súplica cuando Jacob empezó a jalar con velocidad su clítoris y pellizcó uno de sus pezones, Jacob se inclinó y besó el cuello de Sasha.

—Te amo Sasha.

—También te amo Jacob.

Continuaron el juego hasta que Sasha tuvo dos orgasmos y Jacob llegó al suyo y sostuvo a Sasha del veinte y pecho para que no cayera, no la había penetrado con fuerza, así que Sasha sólo necesitaba descansar, Jacob sacó su miembro y se quitó el preservativo, después se metió a la tina con Sasha, dejó su cabeza recargada en la toalla y comenzó a poner las sales en el agua.

—Dan cosquillitas, huele a rosas y menta, me gustó el juego.

—Me alegra que te gustara, porque no lo había pensado, sólo se me ocurrió en el instante.

—Eso quiere decir que fui a la primera.

—Sí jajajaja, fuiste a la primera y única con la que haré ese juego y le haré el amor.

—Sashis amiga, Déjame explicarte las cosas antes de que estés contra mí —dijo José un tanto afligido.

—Adelante, te escucho —dijo Sasha, José le contó lo sucedido aquel día con Carlos y cómo comenzó a sentirse confundido y pensando en el bien de Elisa, hizo lo que hizo, pero que jamás se metió con aquel mesero, aunque Sasha lo entendía, no podía perdonar lo que le hizo a Elisa.

—Esto era necesario indudablemente —y Sasha golpeó donde estaba José, por desgracia para Sasha no pudo darle como quería—, eres un maldito canalla, no recuerdas cómo querías ir tras de Jaime, pues fíjate que yo si te rompo los huesos poco hombre doble.

Gritaba Sasha intentando darle a José con el bastón, pero José lo evitaba, ya que Sasha no podía saber la distancia exacta para poderle pegar a José. Sasha le gritaba de todo, cuando escucharon los gritos, mamá y la abuela corrieron a la sala, pero Jacob las detuvo.

—Déjenla que haga lo que quiera —un florero se rompió.

—Sasha, por favor detente, mira que ya rompiste un jarrón —dijo José.

—No me importa de qué, te mato, te mato, José Keiler.

—Jacob, se puede hacer daño —dijo mamá preocupada viendo los vidrios en el piso.

—Estará bien.

En una de esas a Sasha se le resbaló el bastón y con el pie midió la distancia hacia el sofá, despacio se agachó y empezó a buscar el bastón con la mano, José se acercó.

—Sashis, sé que fue cobarde de mi parte y merezco todo tu desprecio y el de Elisa, pero te ruego, no me quites tu amistad.

El bastón llegó a la mano de Sasha al ser deslizado hacia ella, Sasha sintió que fue Orlando quien lo hizo y así era, no eran gemelos, pero tenían una conexión que antes Sasha no sentía, porque no convivieron juntos y después no había necesitado de la ayuda de Orlando hasta ahora gracias a su ceguera, podía sentir y percibir cosas que antes no, al José no ver que le habían enviado el bastón bajo la guarida y Sasha lo golpeó con fuerza en un costado.

—Gracias Orlando, ¿quién te dijo que quería romper mi amistad contigo? sólo quiero darte una lección para que la próxima vez lo pienses dos veces antes de hacer una bajeza a una mujer —Sasha le puso en el cuello la punta del bastón.

—Lección aprendida, Sasha, lo juro.

—Pues más te vale —Sasha le quitó el bastón de la garganta y buscó el sofá para apoyarse y sentarse.

—Deja...

Sasha de inmediato lo interrumpió a José:

—Yo sola puedo, José, no soy una inútil.

Cuando Sasha se sentó, Jacob dejó que entraran y Orlando fue el primero en acercarse:

—¿Estás bien, hermana?

—Sí gracias, a menos que no sienta que me hice algo, pero estoy bien.

La siguiente fue mamá quien hizo a un lado a Orlando y la revisó de pies a cabeza, ya para ese momento la adrenalina de Sasha había desaparecido y sintió la fatiga de perseguir a José, Jacob se sentó al lado de Sasha y le besó la frente.

—¿Te sientes mejor?

Sasha asintió.

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