La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 82

Azul miró a Orlando y se preguntaba ¿qué había visto Orlando en ella? Ella no se creía muy bonita, es más para ella, ella era una persona x, sin belleza ni nada, pero llevaba consigo una carga adicional, así veía el problema con su padre.

—Sabes, eres la primera mujer a que me conformo con verla de lejos y saber que está bien, para mí es suficiente, no te ayudo para que así me aceptes.

—No pienso eso, eres muy lindo al ayudarme y por no interferir en mi decisión.... Orlando yo sigo pensando en que podrás encontrar a alguien mejor que yo.

—Supongo que me tendré que conformar con ser tu amigo ¿no es así?

Azul no supo qué decirle a Orlando y Orlando sintió como sus esperanzas eran destrozadas con el silencio de Azul.

—Tu silencio lo tomaré como un sí —dijo Orlando con calma evitando que Azul no viera que esto le dolía, ya que no quería que se sintiera culpable. Sasha había estado escuchando lo último y ver que no avanzaron, decidió entrar a la sala.

—Chicos, hay que irnos, mañana tenemos el día dos y debemos de ir al cementerio.

Las dos parejas se fueron de la playa y llegaron a la casa de mis padres donde ya habían dejado lista una habitación para Azul, los cuatro entraron y Sasha llevó a Azul a su habitación.

A las doce en punto el umbral entre los vivos y los muertos se abrió dejándonos ir al mundo de los vivos para visitar a nuestros seres queridos, la guía de las flores de cempasúchil es como el puente que nos deja atravesar con más facilidad, llegué al altar que pusieron en casa y mi padre también, al igual que los abuelos.

—Quién diría que terminarán juntos nuestros amores —dijo el abuelo Martínez.

—Con lo mal que se llevaban, hubiera imaginado que se matarían.... ¿niña, por qué no nos has buscado? —me preguntó la abuela.

—Los buscaré después....

—Ellos estarán bien —dijo papá.

—Ambos deberían de dejarlos solos, aunque es normal estarse preocupando por ellos el primer año después de que vean que todo va bien, los dejarán —dijo la abuela.

El aroma de los platillos era como comerlos y las energías que usé cuando ayudé a Sasha, fueron restauradas, dejé a los adultos hablar y caminé por la que fue mi casa, subí al segundo piso y fui a la habitación de mi hermana y Jacob, hoy estaban abrazos de cucharita como dormían al principio.

—Mi Jacob, te dije que Sasha era adecuada para ti, sigue cuidando de ella —miré a Sasha—, te dije que era buena persona, sigue así que yo los cuidaré desde el lugar donde estoy, después de que estén bien, vendré a despedirme de ustedes, pero por ahora no puedo dejarlos solos, me preocupan.

Les dejé un beso a cada uno en la frente, salí y fui a ver a mis padres que también estaban dormidos abrazados, y así fui a ver a Orlando, Joel y familiares dentro de la casa, al salir el sol regresamos al mundo de los muertos, pero esa brecha aún no se cerraba, muchos de los espíritus se quedaban hasta antes de la media noche.

Jacob y Sasha bajaron un poco tarde, se vistieron de catrina y charro negro, al igual que todos en la familia, después de terminar el desayuno salieron al cementerio, llevaban flores para todos los familiares, Sasha y Jacob hablaron conmigo, después salieron y fueron a la tumba de nuestro padre donde Sasha habló con él y le habló de mí, papá no se había ido al mundo de los muertos, esperó a Sasha en su tumba, sonrió al ver que se acordó de llevarle flores y más porque Orlando también fue, mamá y papá Ricardo también fueron a su tumba, cosa que papá no esperó, pero también les sonrió.

Después de dejar las flores y rezar, Orlando y Azul se fueron, ya que Orlando la llevó al otro lado de la ciudad donde estaba la tumba de la madre de Azul. Azul lloró en la tumba y le pidió perdón por la decisión que había tomado para el futuro. Pero lo que no esperaba ambos fue que el padre de Azul también fuera.

—Vaya, vaya, miren quién está aquí, una mala hija y su amante —dijo con desprecio, hiriendo el corazón de Azul.

—Te equivocas papá, Orlando es mi amigo y te juro sobre la tumba de mi madre que si vuelves a ponerme una mano encima, te haré cargos, la cárcel será buena para tu adicción.

—Tú, maldita zorra... ¿quién te crees que eres? yo te di la vida.

—Una vida que yo no pedí, me tuviste con mamá porque quisieron, pero no por eso voy a dejar que me golpes y mates... adiós papá, espero que cuando vuelva a verte, estés rehabilitado.

—No me llames padre, yo ya no tengo una hija —le aventó con la botella que llevaba en la mano, pero gracias a su mala puntería, no le dio a Azul sino a la tumba.

—Vámonos, Azul —le dijo Orlando y caminó con Azul quedando él en medio de los dos, ya que no quería que su padre tuviera la oportunidad de hacerle algo frente a él.

—La proteges sólo porque no sabes que se vendió a los profesores para pasar la escuela —dijo en burla el padre de Azul.

—Señor, no debería de hablar así de su hija, y no importa lo que hizo en el pasado, sé que ella se esfuerza por seguir con la carrera que usted quería, y le advierto que no la busque, si lo veo cerca del juzgado, llamaré a la policía por acoso.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA)