—Pequeña traviesa... pero así me gustas y te amo por ser cómo eres —dijo Jacob y la besó en los labios, después la llevó con él al escritorio, se sentó, y sentó en sus piernas a Sasha, trabajaba revisando una de las ideas de marketing para el lanzamiento de las zapatillas especiales.
A Azul le ayudaron mucho para evitar resbalar o torcerse el tobillo como era habitual en ella, por su parte Elisa no los pudo usar como esperaba por el embarazo, y no se le prohibió ir a las prácticas de defensa, ya que un golpe mal y pondría en riesgo a los bebés, Natalia estaba igual que Elisa, así que sólo tres mujeres dieron su visto bueno, las dos capitanas usaron las zapatillas hasta el cansancio en el entrenamiento de los reclutas.
Después de uno minutos Sasha bajó de las piernas de Jacob, se puso a archivar lo que terminaba Jacob y era necesario tenerlo en físico, llegó la hora de la comida y Jacob había pedido comida italiana, Sasha comió y luego se recargó en el hombro de Jacob.
—Jacob, quiero quedarme en casa y preparar la comida.
Jacob la miró:
—¿Ya no te gusta venir conmigo?
—No es eso, es sólo que ya extraño cocinar, desde semana Santa que no estamos solos en casa y puedo cocinar.
—Haremos esto, este fin de semana le decimos al personal de servicio que la cena de Navidad ayudarás y serás la chef encargada, y si en lugar de ir el sábado por la mañana ¿nos vamos de aquí el viernes y regresamos a casa el domingo?
Sasha se separó de Jacob y le dio un beso.
—Sí, me gustaría todo lo que dijiste —dijo Sasha y se sentó sobre las piernas de Jacob a horcajadas y comenzó a besarle el cuello.
—Sabes que acabamos de comer ¿no? —Jacob metió las manos debajo de la blusa de Sasha.
—Sí, y no me importa, aunque sea una sola vez quiero hacerlo antes de que regresen —dijo mientras movía su cadera incitando a Jacob, y este subió la blusa de Sasha e hizo a un lado las copas del brasier de Sasha y pellizcó sus pezones.
—Odio tus jeans y cualquier cosa que no sea falda, deberías de traer vestidos y te cambias cuando estés aquí conmigo.
—No haré eso.... ahh está bien, sí lo haré —dijo en un gemido Sasha cuando Jacob le jaló con un poco de fuerza los pezones erectos
—Buena chica —dijo Jacob y comenzó a besar los senos de Sasha con deseo dejando una marca en uno de ellos.
—Jacob... vi un vestido de noche con una abertura al frente ¿debería comprarlo? —dijo Sasha y luego gimió cuando Jacob chupó con fuerza el pezón que estaba atendiendo.
—Cómpralo y también un babydoll de puro velo —Jacob comenzó a bajar una de sus manos y desabrochó el jean, Sasha por su parte ya se había humedeció con los besos de Jacob y sentir el bulto que hacía el miembro de Jacob.
—¡Jacob! —dijo en súplica Sasha y esta era una señal que ella ya lo quería tener dentro.
Jacob dejó los senos de Sasha y la hizo a un lado, la dejó de rodillas en el sofá y bajó de un solo jalón el Jean de Sasha, se paró y se colocó detrás de Sasha, y a ella la inclinó hacia delante, Sasha se agarró del respaldo del sofá, cuando sintió el erecto miembro de Jacob restregarse por toda su parte íntima, dio un gemido y luego otro cuando Jacob la penetró de una sola estocada, llevó una de sus manos a la zona íntima de Sasha y comenzó a masturbar su clítoris
—Ahh Jacob si me masturbas ahh, así me correré enseguida —dijo Sasha entre gemidos.
—Eso es lo que quiero que te corras para mí varias veces.
Para Sasha no era necesario que hiciera eso, ya que Jacob se movía bastante bien y sabía cómo hacerla correrse sin necesidad de estimular su clítoris, ya que Jacob alcanzaba a estimular todos sus puntos de placer internos, el sonido de la habitación eran los gemidos de Sasha y Jacob haciendo el amor y también el sonido de los glúteos de Sasha siendo golpeados por el vientre de Jacob.
Sasha no tardó en llegar al orgasmo, Jacob estaba complacido de hacerla llegar al orgasmo, pero no estaba satisfecho, quería tener desnudo el cuerpo de Sasha, así que salió de ella y la cargó, Sasha se abrazó de Jacob hasta que la dejó recostada en la cama, le sacó los zapatos y el Jean junto con la panty, después le quitó la blusa de manga larga y el brasier.
—¡Cielos lo haré con un empresario! Ahh —y gimió Sasha cuando Jacob la penetró sin piedad, mientras la penetran, Jacob también la besaba, y Sasha acariciaba su cuerpo, en ese momento sentía que se funden y se hacían uno sólo, Sasha y Jacob gimieron con fuerza cuando llegaron al orgasmo mientras decían el nombre del otro, Sasha quedó agotada y Jacob la cobijo, descansó un momento con ella, después salió de la sala de descanso y se puso a trabajar.
Por otra parte Orlando bajó al piso donde Azul estaba trabajando para invitarla a comer, sabía que no estaría aquí todo el tiempo a la hora de la comida y quería aprovechar esta oportunidad, pero cuando estaba buscado a Azul, Jazmín lo miró a través de la pared de cristal de su oficina y salió apresurada.
—Orlando ¿hay algo que necesites?
—No, ahora estoy en mi hora de comida —dijo Orlando y al final encontró a Azul trabajando aún.
—Comamos juntos entonces —dijo Jazmín.
—¿Sabes lo que dice Sasha sobre hacerle caso a los chismosos? —preguntó Orlando y Azul negó con la cabeza.
—Que ellos no te darán de comer o te darán de su salario si haces lo que a ellos les plazca, ahora bloquea la pantalla y vámonos —Azul dio un suspiro y bloqueó la computadora. Orlando la tomó de la mano y la hizo salir del escritorio, Jazmín miró cómo iban tomados de la mano.
—Señorita Guerrero, pensé que ya se había ido a comer —dijo con sorpresa.
Pensó Azul mientras le dio una sonrisa a Jazmín.
—No me había dado cuenta de la hora y tampoco sabía a qué hora podía salir a comer —dijo Azul, Sasha ya le había dicho que no se dejara intimidar por sus superiores y no se debía dejar pisotear, intentar no quedarse callada, fue un largo mes con Sasha.
—¡No sabías! —Jazmín se hizo la sorprendida aunque Orlando esta vez no se dio cuenta de que Jazmín estaba mintiendo—, qué torpe soy, me disculpo por eso.
—No hay problema ¿entonces nos vamos?
—Claro, hay que irnos que se nos hace tarde —dijo Orlando y empezaron a caminar.
Ya en el estacionamiento subterráneo Jazmín no quería dejarlos solos, así que dijo:
—No les importa que vaya con ustedes ¿verdad? Vamos a regresar y sería una ayuda a la atmósfera no usar mi auto.
—Claro que no —dijo Orlando, mi pobre hermano es todo un caballero incapaz de hacer sentir mal a una mujer aunque esta le estuviera arruinando los planes, pero no significaba que dejaría que sucediera esto de nuevo, para Orlando una vez es pasable, pero dos es de pensativos dejarse—, sin embargo te toca ir atrás, ya que Azul se marea en la parte trasera.
Fue entonces que Azul se dio cuenta de que Orlando sólo estaba siendo amable con Jazmín.
—Sí, no importa —dijo Jazmín y miró a Azul pensando que era mentira, pero Azul no dijo nada.
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