La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 85

Los tres llegaron a un restaurante donde la mayoría de los abogados comían, ya que tenía poco de establecerse el Buffet de abogados, muchos los vieron comer, y como iban los tres las murmuraciones no tenían pie, ya que parecía que el jefe tenía algo que hablar con ellas, y dado que era la hora de la comida, no las dejaría sin comer, y todos pensaron que tenían un jefe muy comprensivo. Pero Jazmín tenía planeado dejar de lado a Azul, por lo que empezó a hablar de cuando estaban en la Universidad, pero lo que olvidó es que Orlando no estaba en su grupo de amigos.

—¿Orlando, recuerdas cuándo nos fugamos de la Universidad cuando no fue uno de los profesores?

Azul miró a Orlando que no parecía de los que se hacían eso.

—Recuerdo que tú y los demás con los que te juntabas sí lo hicieron.... —dijo y luego recordó algo—, fue divertido ver cómo los atrapó el rector.

Jazmín se sonrojó y Azul río un poco, y Jazmín pensó en algo:

—¿Orlando y cómo son ahora tus gustos?

—¿Por qué quieres saber Jazmín? —preguntó Orlando con curiosidad.

—Nada en particular, sólo curiosidad, si mal no recuerdo, en la Universidad sólo te vi con novia los dos primeros años —dijo con algo de coquetería.

Azul quería reírse al recordar que Sasha le había dicho que le gustaban las lolis dieciochoañeras.

—Es porque le gustan las lolis —dijo Azul, no sabía porqué lo había dicho, pero lo dijo y se sentía tan bien ver cómo Jazmín puso una cara de interrogación, pero cuando escuchó a Orlando dar un suspiro, toda aquella diversión se desvaneció.

—¿Qué quiere decir con lolis, Orlando?

—Que te lo diga Azul —Orlando miró de casi de reojo a Azul y continuó comiendo con una sonrisa al ver que Azul se puso nerviosa.

—Explícame por favor, Azul.

—Lolis.....lolis, bueno, son chicas menores.... pero a nuestro jefe no le gusta violar la ley —Azul colocó su mano en el hombro de Orlando, los que estaban de frente a ellos miraron esta acción íntima de conocidos—, su gusto son las dieciochoañeras, palabras dichas por su hermana que las escucho de su primo.

Jazmín miró a Orlando y luego a Azul, y Orlando se soltó riendo entre dientes:

—Tiene razón, esos son mis gustos.

Pero Jazmín tenía una duda:

—Ustedes parecen conocerse bastante bien.

—Somos buenos amigos —dijo Orlando como si nada y Azul de nuevo sentía esa molestia de que Orlando la llamada amiga—, nos conocimos hace poco por mi hermana, ellas es muy amigable.

Pensó Orlando y Jazmín miró a Azul con un poco de recelo, ella sabía que estando trabajando donde mismo no harían pública una relación, y por otra parte pensó en lo que había escuchado de la madre de Orlando, se decía que su anterior marido se quedó con su hija, pero esta desapareció, al ser encontrada quizá ella podría ganarse su confianza y hacer a un lado a Azul, aunque dijeran que a Orlando le gustaban las niñas de dieciocho años, era notable que a Orlando le interesaba Azul.

Después de eso hablaron de unos clientes que Jazmín se encargaría y al finalizar la comida salieron los tres. Orlando sólo las dejó en la entrada, ya que tenía que ir a la empresa Herrera, cuando llegó a la oficina en la empresa Herrera, su escritorio ya tenía muchas carpetas, muchas, la mayoría eran cheques para proveedores y pagos de transporte y cafetería. Después estaban los informes, ya que tenían que hacer cierre de año antes de las vacaciones que empezarían antes del día 20, Orlando suspiró y pensó que había sido una mala idea abrir a fin de año el Buffet, pero al recordar a Azul, él sonreía y pensó que sólo verla sonreír era suficiente para él.

En las oficinas, Jazmín le dio trabajo innecesario a Azul y poco útil para pulir sus habilidades como abogada, pero Azul lo hizo a pesar de eso, eran pasadas las cuatro cuando Azul fue por un café a la pequeña sala de descanso donde había todo lo necesario para hacer un café y descansar un poco mientras tanto.

—Hola, colega —sonrió el hombre delgado de cabello castaño, piel morena clara con algunas pecas en la nariz y pómulos, de la edad de Orlando.

—Hola, soy Azul Guerrero la nueva.

—Un gusto. Soy Arturo Medina.

Ambos se dieron la mano y Azul se dirigió a hacer su café.

—Escuché por ahí que una colega es muy cercana al jefe.

Azul lo miró:

—¿Hablas de Jazmín?

Arturo se rió un poco.

—Claro que no, ella ya quisiera ser más cercana que sólo una compañera de clase en la Universidad —dijo Arturo.

—Parece conocerla.... —iba a decir algo más pero se escuchó la voz de Jazmín.

—Arturo ¿qué haces aquí? Si mal no recuerdo, tú estás en lo penal y aquí es civiles.

—Lo sé, pero como vengo de la oficina del jefe, me queda más cerca esta sala —dijo Arturo con calma.

—Azul, no deberías de estar perdiendo el tiempo aquí —dijo Jazmín.

—Deja de acosar a tus subordinados, no ves que sólo vino a tomar café, así como lo haces tú o es ¿que sólo vienes a perder el tiempo?

—Arturo... —dijo Jazmín apretando los dientes.

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