Jacob soltó una carcajada y Sasha lo miró.
—Mi pequeña eres tan curiosa como un gato... No sé cómo sentirme, porque les prestas mucha de tu atención a otros hombres —dijo Jacob tratando de sonar celoso por las acciones de Sasha, ella le sonrió y tomó las mejillas de Jacob.
—Sabes que tú eres el dueño de mi corazón, y jamás pensaría en otros hombres como lo hago contigo
Jacob se sintió complacido con lo que dijo Sasha y luego le abrazó:
—Mi pequeña esposa, sabes usar las palabras y sabes que confío en ti.
—Nunca defraudaré tu confianza —dijo Sasha y Jacob la besó, ambos sabían que la confianza era todo en una relación de pareja, cuando no había confianza, es difícil una convivencia sana entre pareja, además ellos tienen un amor sano sin celos enfermizos, hicieron el amor en la ducha y bajaron a desayunar, después fueron a la empresa, a veces Jacob miraba a Sasha para ver si en su rostro había algún indicio de estar cansada de ir a la empresa, ya que sabía que la pasión de Sasha era cocinar platillos deliciosos, pero siempre parecía tan en paz que difícilmente podía saber cómo se sentía.
El día 11 por la noche, fueron a la catedral a cantarle las mañanitas a la Virgen y después volvieron a casa a eso de la una del día 12. Sasha le había dicho a Azul lo que haría su familia el día 12 después de la misa de medio día, y Azul se apuntó para ir con ellos, cosa que puso feliz a Orlando, después de todo él pasaría casi todo el día cerca de Azul, le gustaba mucho, pero también respetaba su decisión de ser sólo amigos, aunque muchas de las veces Orlando se acercaba más que un amigo, no haría tan obvias sus intenciones, ya que él sentía que mientras ella no tuviera a alguien, él aún podría tener oportunidad, pero lo que no sabía era que a Azul le gustaba él, pero ella no sabía si lo que sentía estaba bien, ya que Orlando la había ayudado y también apoyado, pero también tenía miedo de que terminara yéndose como su antiguo novio y sus amigos.
Por la mañana después del desayuno, Sasha dirigió al grupo de chefs para hacer toda la comida que se haría para la reliquia, Azul quiso ayudar, pero al verlos trabajar tan rápido pensó que sólo sería un estorbo para ellos, Jacob daba vueltas para mirar a Sasha trabajar, ella tenía otro brillo cuando estaba en su entorno.
—Señor Jacob ¿vino a ver a Sasha? —le preguntó Azul y Jacob la miró.
—Sí, ella está muy feliz al parecer —dijo Jacob con una voz dulce, Azul en ese momento envidió a Sasha por tener un hombre así en su vida y luego se le vino a la mente Orlando, ella tenía a Orlando que le hablaba así con cariño, pero ella lo había dejado en la friendzone.
—Señor Jacob, ¿podemos hablar? —Azul se aclaró la garganta—, cuando hablo con usted, es diferente a hablar con otras personas.
Jacob le dio una última mirada a Sasha y en ese momento ella lo miró, le sonrió y asintió con la cabeza como si entre todo el ruido de la cocina ella pudo escuchar a Azul, y luego pensó que su pequeña esposa a veces sabía cómo se sentían las demás personas y más Azul que pasó por algo similar a él de niño.
—Qué tal ir al jardín —dijo y se dio media vuelta, Azul lo siguió, y no dijeron nada los dos hasta que llegaron al jardín, pero quien habló fue Jacob—, ¿quieres hablar sobre Orlando?
Azul asintió:
Jacob se rio un poco:
—No lo soy, realmente hago esto por Sasha, ella está preocupada por ti y Orlando, además si vas a pertenecer a su grupo de amigas, deberías de saber más sobre ella, no dudes en preguntarle, ya sabes que es muy transparente con las personas que le agradan, y las aprecia como si fueran su familia, ella encajó en esta familia porque es igual a ellos, no dudan en ayudar.
Después de hablar, Azul y Jacob entraron a la sala, y Orlando salía con nuestro papá del despacho, Azul al mirar a Orlando se sonrojó y apartó la mirada. Antes del medio día la comida ya estaba preparada, Sasha salió corriendo a darse una ducha, se cambió con rapidez y se maquilló muy natural, después todos salieron de la casa a la catedral para la misa, se quedaron hasta después de la representación de la aparición de la Virgen a Juan Diego, después fueron a la vecindad aquel edificio que Sasha no olvidará, porque fue su refugio y donde la ayudaron a salir de la ciudad para salvarle la vida.
La calle había sido cerrada y los danzantes aún estaban danzando, minutos después ya cuando todos los que servirían la comida estaban en su lugar, entraron, estaba todo muy bien organizado. Azul se ofreció a ayudarlos a servir, las mujeres y niños de la vecindad fueron los primeros en tener su plato de comida.
La comida era: tamales, mole en sus diferentes presentaciones, arroz, sopa de espagueti con queso, espagueti con crema verde, asado de puerco en rojo y verde, frijoles charros, de bebida había refrescos y aguas de frutas naturales y champurrado.
Después de que toda la gente de la vecindad y los alrededores comió, el resto de la familia fue a llevar platillos a las calles siguientes, ya que habían quedado bastante comida, fueron a los hospitales del seguro social y les dieron comida a las personas que estaban a la espera de noticias de sus familiares y también a los médicos, no dejaron de repartir la comida hasta que esta se acabó, ya que así es la tradición, no debe de quedar comida y no se debe de tirar la comida de reliquia. Todos llegaron muy cansados a casa ese día, incluso los niños se durmieron temprano de lo agotados que estaban.
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