La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 92

Ya era 24 de diciembre por la mañana y Sasha llevaba las cosas para que Azul le diera la sorpresa a Orlando, Sasha estaba muy emocionada y Jacob sólo la apoya, ya que verla así de animada ayudando a su amiga lo alegraba.

—Hija ¿qué tanto traes? —preguntó mamá con curiosidad y Sasha sólo se encogió de hombros.

—Sólo unas cosillas que necesita Azul para el obsequio de Orlando.

Mamá sonrió, ya que se imaginaba qué clase de regalo le daría Azul a Orlando, y mamá se alegraba que al final Orlando pudiera estar con Azul, Sasha subió la caja que no pesaba nada y la colocó en la que era su habitación, por lo que sabía Orlando no llegaría hasta la noche. Sasha bajó y fue a la cocina a ayudar un poco con lo que estaban preparando, cuando Azul llegó, Sasha la llevó directamente a la habitación y la dejó sola para que armara la sorpresa.

Sasha y los demás de la familia se alistaron para la celebración de esta noche, Azul terminó a tiempo como se esperaba que Orlando llegara a darse un baño, todo quedó en la habitación que fue de Sasha y donde se quedaba Azul y en su momento se quedó Elisa, ahora ella y José tienen una habitación de invitados, pero ese día no irían, ya que lo pasarían con su familia.

La noche llegaba y Orlando aun no aparecía, y cuando mamá estaba a punto de hablarle, él entró, pero no sólo, sino acompañado con una chica de unos dieciocho años, lo que sorprendió a todos y Azul le partió el corazón, Sasha miró a Azul, y aunque miró sus ojos ponerse rojos enseguida, se calmó aunque por dentro estaba destrozada, no iba a arruinarles la noche.

Por su parte Orlando había olvidado que quizá Azul estaría en casa de nuestros padres, se sorprendió un poco, y también se fijó que Azul estaba hermosa con el vestido al cuerpo color Azul, su cabello había sido recogido, y maquillada sutilmente resaltando sus ojos color miel, pero se recordó a sí mismo que ella no era para él.

—Vamos, Azul, ayúdame con algo en la cocina —dijo Sasha quien intencionalmente evadió a Orlando cuando este le iba a presentar a su acompañante, no le quedó más que presentarla a los demás, ya en la cocina Sasha miró a Azul—, ¿te quieres ir? Si es así, salimos por aquí.

—No, además no quiero provocar que pasen una amarga noche buena —dijo un poco desanimada Azul—, pero sí quiero regresar a casa después de medianoche.

—Está bien, pero si no aguantas, me dices y te llevamos ¿sí? —dijo Sasha preocupada, después de un buen rato regresaron a la sala donde ya estaba todo listo para el rosario, me había olvidado decirles que si habían hecho las anteriores posadas en diferentes casa de amigos y familiares, pero ahora los amigos ahora estaban con sus familias a excepción de Viridiana y Azul.

La abuela fue era quien dirigía el rosario y los demás la seguían, por supuesto Sasha dejó a su lado a Azul, cuando terminó el rosario, se dividieron en los que iban a pedir posada y los que estarían adentro, Sasha fue de las que estarían adentro y Azul de los que estarían afuera, Orlando fue también de los que se quedaron adentro junto con su acompañante.

—Sasha, no has saludado a Gabriela —dijo Orlando y Sasha sólo miró a la chica.

—Ah hola —fue todo lo que dijo aunque Sasha no tuvo un tono grosero, se notaba que no quería interactuar con Gabriela, Orlando pensó que quizá era por la diferencia de edad, los que harían de peregrinos empezaron la letanía (o cantar).

En el nombre del cielo

os pido posada,

pues no puede andar

mi esposa amada.

Posaderos

Aquí no es mesón,

sigan adelante.

Yo no puedo abrir,

no sea algún tunante.

Peregrinos

No seas inhumano,

tennos caridad,

que el Dios de los cielos

te los premiará.

Posaderos

Ya se pueden ir

y no molestar,

porque si me enfado

os voy a apalear.

Peregrinos

Venimos rendidos

desde Nazaret,

yo soy carpintero

de nombre José.

Posaderos

No me importa el nombre,

déjenme dormir,

pues yo ya les digo

que no hemos de abrir.

Peregrinos

Posada te pide,

amado casero,

por solo una noche

la reina del cielo.

Posaderos

Pues si es una reina

quien lo solicita,

¿cómo es que de noche

anda tan solita?

Peregrinos

Mi esposa es María,

es reina del cielo,

y madre va a ser

del Divino Verbo.

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