La Nueva Esposa de mi Marido (COMPLETA) romance Capítulo 93

Azul despertó y sintió como si no hubiera dormido, y al recordar cuando llegó Orlando con Gabriela, se le llenaban los ojos de lágrimas, pero al sentir la pulsera que le regaló Sasha, sonrió un poco, aunque había perdido a Orlando, aún tenía a su amiga, y nada más importaba, después de todo si Orlando era feliz, ella no tenía derecho a interponerse en su felicidad. Eso pensaba Azul y también qué Orlando realmente no la amaba y sólo era un capricho de niño rico, ese día no tenía la intención de salir de casa bajo ninguna circunstancia.

Cuando Sasha despertó, Jacob aún estaba a su lado, la llenó de besos e hicieron el amor antes de meterse a bañar, al bajar había pocos de la familia, unos fueron a misa y otros a llevar regalos y la piñata a colonias de bajos recursos. Jacob y Sasha comieron recalentado de la cena de Navidad y después caminaron un poco, cuando regresaron a la sala y miraron a Orlando y Gabriela, Sasha le dijo en voz baja a Jacob:

—¿Acaso piensa quedarse todo el día aquí?

—Quizá ¿quieres ir a casa? —le preguntó Jacob a Sasha.

—No, vamos a algún.... No, espera, aún debo de encargarme de lo de la habitación.

—Ok encárgate de eso, yo me quedo aquí.

—Gracias, eres un amor —dijo Sasha y le dio un beso en los labios que Jacob correspondió, al entrar sólo les dio los buenos días y subió las escaleras.

—¿Le sucede algo? —preguntó Orlando.

—No, sólo debe de hacer algo en su habitación, ¿ya desayunaron?

—Sí, ya sólo iba a llevar a Gabriela con Arturo.

Jacob frunció el ceño y Orlando miró a un lado.

—Si Sasha se entera de la mala jugada que hiciste, te hará lo mismo que a José —dijo Jacob cuando Orlando se marchaba con Gabriela, quien en realidad era una secretaria de Arturo.

—¿Te importa si vas de regreso sola?

—Claro que no, señor, mi trabajo terminó y debo de regresar a casa —dijo Gabriela y Orlando la acompañó hasta el auto que la llevaría de vuelta. Pero lo que no sabía Orlando era que esa joven era la media hermana de Arturo y sólo quería estar lejos de la familia esa noche.

Orlando subió y fue a la habitación de Sasha, esta estaba con seguro por dentro, y tocó la puerta.

Toc, toc

Se escuchó y Sasha quien quitaba los listones a los globos de llenos de helio:

—¿Quién?

—Soy yo... ¿podemos hablar?

Sasha se puso nerviosa al ver que no había quitado el letrero grande que decía "me gustas también tú Orlando":

—Estoy ocupada vuelve más tarde.

—Hermanita, o me abres o yo abro la puerta —dijo contundente Orlando y Sasha apenas arrancó el letrero cuando Orlando abrió la puerta, y se quedó sorprendido al ver globos en el techo con listones, aunque unos que hacían un cuadro estaban abajo, ya que Sasha le quitaba algo, Orlando frunció el ceño—, ¿qué es todo esto?

—Na... nada, sólo sal de aquí —cuando Sasha lo empezó a empujar, Orlando miró su nombre escrito en una cartulina e hizo a un lado a Sasha.

—¿Por qué está mi nombre? ¿Esto era para mí?

—Claro que no, largo de aquí —dijo Sasha y luego Orlando la miró con el ceño fruncido.

—No me voy hasta que me digas la verdad.

Sasha frunció el ceño y luego sonrió un poco:

—Bien, sí, era para ti, pero la remitente decidió que no lo merecías, así que sólo sacó la basura de aquí, ya que tienes una mujer a tu lado, sólo vete.

Orlando frunció más el ceño:

—Sasha, Gabriela no es más que la secretaria de Arturo.

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