Las amantes del Señor Garret romance Capítulo 46

Los dos días han pasado demasiado rápido. Hemos visto una infinidad de películas que estoy segura que a él no le gustan pero las ha aguantado muy bien. La primera por la que me decidí fue "Lo que el viento se llevó" ese amor imposible entre Scarlett y Reth... es tan romántico que podría verla y disfrutarla cada día. Nos hemos dado baños con sales aromáticas y velas y lo mejor de todo, Ian no se ha separado de mi en ningún momento ¿Llegaré algún día a cansarme de él? No lo creo.

Hoy vuelvo al trabajo y aunque tengo ganas de volver a la rutina, me da un miedo atroz encerrarme en el despacho donde sucedió todo, no tengo ni idea de como puedo reaccionar cuando esté allí, pero espero que no sea como un ataque de nervios.

-Te he preparado un sándwich para que repongas fuerzas - Dorotea siempre tan atenta y desde el susto que les di, más todavía.

-Gracias, eres un cielo.

Lo guardo en el bolso. Espero a que Ian también salga del baño. Se ha empeñado en llevarme él mismo al trabajo, en realidad quería llevarme de la mano hasta la puerta pero después de un rato explicándole que no hacía falta, ha cedido a llevarme y si cuando esté allí no me siento preparada, nos vamos.

-¿Estás segura? - pregunta antes de arrancar el coche - no tienes porque ir.

-Si tengo que ir, no te preocupes voy a estar bien - aprieta los labios no muy de acuerdo.

El camino se me hace sorprendentemente corto. Hace un momento estábamos montándonos en el coche y ahora hemos llegado.

Doy un suspiro disimulando lo nerviosa que estoy. Le dio un beso rápido y antes de que pueda volver a preguntarme si estoy preparada y dé media vuelta y me largue, me bajo y ando a paso ligero.

Me planto delante de la puerta. No estoy preparada, lo se. Apoyo las manos en el pomo solo para ver como me tiemblan.

-Emma ¿Puedes venir un momento? - Uff salvada por lo menos durante un rato.

Doy unos pasos hacia atrás para alejarme, como si quemara. Willian me llama desde el fondo del pasillo.

-Dime.

-Pasa. Tenemos que hablar.

Espero a que entre detrás mía y cierre la puerta.

-Quería agradecerte lo que has hecho por mi - suelto nerviosa - no tenías porque involucrarte - bajo la voz hasta convertirla en un susurro - ni encubrirme y un así lo has hecho. Gracias.

-No tienes que dármelas ¿Cómo estás? El otro día te vi algo afectada - pregunta metiéndose las manos en los bolsillos.

- Algo mejor aunque no se, no me siento yo misma después de lo que he hecho - al admitirlo delante de Willian se me humedecen los ojos - está siendo duro, la verdad.

-Siéntate por favor.

No se dé que más quiere hablar, pero hago lo que me dice. Por una parte es mi jefe y por otra, la persona que me ha ayudado así que me siento quitándome las lágrimas con la palma de la mano.

-Emma, es duro pero puedes superarlo. Si has aguantado el carácter de mi hermano puedes con todo - su broma hace que se me escape una pequeña carcajada nerviosa -hablo en serio, no le des más vueltas.

Es fácil decir que no le dé más vueltas cuando no has arrebatado la vida a otra persona. Si estuviera en mi lugar seguro que pensaría de otra forma.

-Espero algún día volver a ser yo otra vez - creo que hablar de esto no me hace ningún bien.

Comienzo a notar como se me acelera el corazón de nuevo y como las manos vuelven a humedecerse. No por favor, ahora no. Willian también se da cuenta y se coloca de rodillas a mi lado.

-Emma, tu no lo mataste, fui yo - frota sus manos contra las mías pero esa frase me ha sacado del inicio de ataque de ansiedad. Ahora tiene toda mi atención.

-¿De qué estás hablando?

-¿Ha desaparecido? ¿Cuándo?-Willian se hace el loco realmente bien.

-Hace un par de noches. Su madre nos ha dicho que tenía inventario pero nunca volvió a casa - entrecierra los ojos intercalándonos miradas de sospecha.

-Veo que esto es un tema serio - me muerdo el labio - así que voy a volver a mi trabajo - doy un paso hacia delante dispuesta a salir de esta situación tan violenta.

-¿Y usted es...? - pregunta el agente apoyando una mano sobre mi hombro.

Al volverme, Willian nos observa con la cara seria. Estoy tan nerviosa que me planteo simular un desmallo, pero las preguntas vendrán antes o después.

-Emma Connor.

-Emma, Emma, Emma - repite una y otra vez mientras saca una libretilla del interior del bolsillo de la chaqueta - usted es su compañera de despacho ¿Verdad?

-Si - en las películas es tan fácil disimular y poner cara de sorpresa, pero ahora mismo me imagino en mi frente un letrero de neón en el que pone CULPABLE.

-Estupendo. Necesito hacerle algunas preguntas - mira a Willian de reojo - a solas.

-La señorita Connor ya llega tarde a su trabajo -Willian al rescate de nuevo.

-Estoy seguro de que no le importará - muestra una falsa sonrisa que deja entrever unos dientes amarillentos fruto del tabaco y del café.

Me sujeta del brazo y salimos del despacho. Tengo que disimular que no estoy de los nervios pero ¿Cómo? Es todo un reto. Si me delato, cosa que llevo pensando estos días, no solo me culparía a mi, si no a Willian y a Ian y eso no lo voy a permitir. Nada más que por ellos tengo que hacer la mejor actuación de mi vida.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Las amantes del Señor Garret