Las amantes del Señor Garret romance Capítulo 57

Saca el teléfono de su bolsillo y escribe algo en él. Levanto la mirada incrédula ¿En serio este es un buen momento para hablar con quien quiera que esté hablando?

- Has dicho que querías que nos casáramos ahora - suelto un poco molesta - bien ¿Qué hacemos?

-Está llegando.

Entrecierro los ojos. No se a que se refiere.

-¿Quién​ está llegando?

-Emma, me estoy dejando llevar Estoy disfrutando de lo que realmente quiero y me hace feliz ¿Por qué no haces tu lo mismo?

Parece un niño con un juguete nuevo. Una sonrisa radiante desentona en su rostro normalmente serio.

Abre una botella de vino y me sirve un poco en una de las copas. Tiene razón. No tengo ni idea de lo que tiene preparado pero voy a disfrutar y a relajarme. Si lo ha preparado con tanto esmero estoy segura de que me va a encantar.

Se abre la puerta. Incrédula me giro hacia ella. A partir de aquí puede ocurrir cualquier cosa. Ian tiene una gran sonrisa escaparate que contagia.

Sus padres aparecen arreglados hasta el último pelo y contentos. Cada vez estoy más segura. Mi peinado, maquillaje y ropa no es para una boda, lo mires como lo mires desentono.

-Estás preciosa -susurra acercándome a él - y más que lo vas a estar.

-¿Qué...?

-Shhhh - me manda a callar -

Sorpresa.

Si antes daba pasos de ciego ahora estoy totalmente perdida.

Tiene una habilidad para adivinarme los pensamientos que siempre me sorprende.

-No puedo creérmelo - llora la madre de Ian - váis a ser muy felices. Estoy segura.

-Gracias. Me alegra mucho que hayáis venido.

El padre traga saliva y se acerca.

-Cuando nos llamaste para decirnos lo que tenías planeado... estoy feliz por ti, hijo.

Un hombre que bien podría ser mi abuelo rompe este momento tan emotivo, pero me alegro porque me siento como una intrusa en medio de un momento familiar que debería ser íntimo.

Aparece mas gente, pero no conozco a nadie. Tres mujeres que caminan hacia nosotros mientras Ian camina hacia ellas dejándome de nuevo apartada.

Intercambian unas palabras y se acercan.

-¿Eres tu la novia? Muy guapa, vas a quedar perfecta.

Espero que el dicho sea cierto y la cara sea el espejo del alma. No entiendo nada.

-Ven con nosotras. Vamos a prepararte.

Doy un paso tras otro sintiéndome como si flotara en una nube. Es tan surrealista que mientras camino detrás de esas mujeres me pellizco en el brazo. Si aprieto lo suficiente me despertaré en mi piso junto a Toni, sintiéndome desgraciada como lo era hasta que conocí a Ian.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Las amantes del Señor Garret