Las amantes del Señor Garret romance Capítulo 69

Ian se huele que algo pasa. Si algo le caracteriza es que es muy agudo para captar cuando miento. No he querido tomar el sol ni un momento, ni beber nada que tenga algo de alcohol, incluso me he negado a tomar una aspirina cuando me ha dolido la cabeza. Puede que haya sido demasiado descarada.

No sé nada de embarazos y mucho menos de niños así que si al final estoy embarazada voy a tener que comprar algún libro o algo.

- ¿No vas a decirme que te pasa?

-No me pasa nada. Eres un poco pesadito eh - bromeo para quitarle importancia.

- A ver... ayer querías ponerte morena y hoy no quieres que te roce el sol - levanta un dedo insinuando que ahí no termina la cosa - no has querido ni una copa de vino con la comida ¿Y dices que no pasa nada?

- El sol provoca cáncer ¿Es malo que me haya vuelto previsora?

Joder, parezco una repipi dando tumbos por defender una mentira a toda costa.

-Como quieras, pero no pienses que me he tragado ni una sola de tus palabras.

Sale de la habitación mientras aprovecho para terminar de recoger las pocas cosas que he traído. Ir de vacaciones a mini islas es lo que tiene, te pasas todo el día en bikini o pantalones cortos.

Espero que el próximo destino y último no sea más playa. Adoro ir a la playa si no fuera por las dudas del posible embarazo lo habría disfrutado mucho más.

Estamos a punto de irnos y el médico ni ha venido ni se ha puesto en contacto conmigo. Si un palito que compras en la farmacia tarda unos pocos minutos en darte el resultado ¿Por qué demonios este hombre tarda más de un día?

Salgo al jardín con todo preparado. El helicóptero está a punto de llegar. Los nervios por saber dónde voy esta vez queda eclipsado por el miedo y las dudas del posible embarazo. Es lo único que ocupa mi mente día y noche.

"Si es niña creo que se llamará Clara" pienso. Pero al momento me obligo a parar esa línea de pensamientos. Al no estar segura me da mucho miedo ilusionarme...

-Ahí está - señala Ian el cielo - ¿Preparada para el tramo final?

- A ver que tiene preparado esta vez Señor Garret.

-Muchas cosas cariño, muchas cosas.

El helicóptero toca tierra y nos montamos igual que las veces anteriores. Empiezo a ser toda una experta.

Conforme pasa el tiempo, el ambiente se va volviendo más frío. Seguro que son cosas mías y estoy resfriándome. Descendemos sobre una pista de aterrizaje en la que espera un avión al final del todo.

- ¿Hemos llegado?

-No. El helicóptero no tiene combustible suficiente. Cambiamos a ese avión.

- ¿Tan lejos vamos? - ahora si que tengo intriga de verdad.

-Ni una pista - se vuelve hacia atrás y descorre una cremallera. De la maleta saca un par de chaquetones que no sabía que traía - Póntelo. Va a refrescar.

Arrugo las cejas analizándolo.

- ¿Un sitio frío Señor Garret?

- Esta pista es necesaria si queremos evitar que pilles una pulmonía - bromea ayudándome a colocarme el gran chaquetón - pero ni una más.

Nos montamos en el avión que tan pequeño parecía desde fuera, pero ahora que lo veo desde dentro parece inmenso o tal vez sea yo que no estoy acostumbrada a montarme en aviones de súper lujo.

En cuanto nos sentamos y nos abrochamos el cinturón saco el teléfono del bolsillo. Maldita sea ¿Por qué no llama? Malditas dudas, maldito médico, maldito todo. Guardo el teléfono otra vez en el bolsillo.

- ¿Esperas alguna llamada?

Mierda.

-No, que va - vuelvo a mentir. Cada vez me siento peor por estar ocultándole algo que le incumbe tanto como a mí.

- No sé qué está pasando, pero en cuanto lleguemos nos vamos a sentar y me lo vas a contar todo.

-No está pasando nada - intento una falsa sonrisa - déjalo ya anda.

-Hablo en serio - y hasta aquí mi intento de engañarle - piensa como me vas a decir lo que tienes en esa cabecita, pero de hoy no pasa.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Las amantes del Señor Garret