Las amantes del Señor Garret romance Capítulo 71

Escucho las pisadas acercarse antes de que abra la puerta. Cierro los ojos y me hago la dormida. No quiero discutir ni reprocharle nada porque en el fondo no puedo exigirle un sentimiento. Un sentimiento que no me correspondía a mí en aquella época, pero que me habría gustado que lo tuviera.

Abre la puerta y camina hasta la cama. Se sienta en el borde, a mi lado.

- Nunca se te ha dado bien mentir - bromea pasando sus dedos entre mi pelo.

Abro los ojos abochornada.

- ¿Te vas a acostar?

- No recuerdo ese día como tu Emma, pero la primera vez que nos acostamos en mi despacho para mí ya fue especial - continua acariciándome el pelo - cuando quise volver a quedar contigo y me rechazaste no me lo podía creer. No te enfades, pero hay mujeres que han perdido vuelos por pasar una noche conmigo - se me escapa una risa. Sé que es verdad eso porque yo misma tenía que hacer una nueva reserva - fui al restaurante y... cuando tu novio... ex novio se alejaba tirándote del brazo quise matarlo, quería arrancarle la cabeza.

- Pero me miraste como si no te importara. Te diste media vuelta y te fuiste - recrimino enfadándome de nuevo.

- No quería que me importaras. Te estoy contando todo esto para que sepas que tú eres lo más importante para mí no para que te enfades.

Me siento en la cama para prestarle atención. Quiero saber más. Quiero saberlo todo.

-Vale, vale.

- Al día siguiente no fuiste a trabajar y... no sabía si te había hecho algo... estaba de los nervios. Creo que esa fue la primera vez que dejé de engañarme y fui a tu casa. Tu pómulo, lo recuerdo a la perfección. No iba a irme de allí sin ti. No iba a permitir que volviera a ponerte la mano encima.

- Me gustó mucho ir a tu casa. Iba a estar contigo todo el día - admito sonrrojándome.

- Es tarde Emma. Ahora tienes que cuidar del pequeñajo también.

-Pero me gusta que me cuentes que sentías. Transmitías tan poco...

- Mañana te contaré más. Ahora duerme - ordena contento.

Se tumba a mi lado. Apoyo la cabeza sobre su hombro y cierro los ojos. Me concentro en su lenta y acompasada respiración hasta que finalmente me duermo.

Preparo algo para desayunar. Ian sigue durmiendo así que voy a aprovechar para llevarle el desayuno a la cama. Todos los armarios y la nevera están repletos de comida.

Rebusco hasta que me decido por unas tostadas con mantequilla y mermelada y un café con leche.

Lo coloco en una bandeja y voy a buscar a Ian para sorprenderlo. Abro la puerta haciendo malabares para que no se me caiga nada.

- Exacto... Para esta noche sin falta - habla por teléfono con alguien.

Dejo la bandeja sobre la cama. Para que no parezca que estoy cotilleando me pongo a untar una de las tostadas prestándole una atención fingida bastante real o eso espero.

- Ese no es mi problema. Lo quiero aquí antes de las diez.

Levanto la vista sorprendida. Hacía mucho tiempo que no le hablaba así a nadie.

- ¿Ocurre algo? - no quiero parecer entrometida, pero si pasa algo quiero saberlo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Las amantes del Señor Garret