Las amantes del Señor Garret romance Capítulo 83

Cuando despierto Ian ya no está. Me giro sobre mi misma para mirar el reloj de la mesita de noche. Las seis de la mañana ¿Dónde ha ido este hombre tan pronto? Puede que tenga una reunión...

Me levanto de la cama para comprobar si está en la ducha o desayunando algo en la cocina. Nada, se ha ido.

Vuelvo sobre mis pasos para buscar el móvil y llamarlo. Al tercer noto me cuelga. Si está ocupado no quiero ser la mujer neurótica que le llena el teléfono de llamadas.

Suena el característico pi pi, informándome de un mensaje.

« Estoy ocupado ¿Te encuentras bien?»

Todo es cada vez más sospechoso. Ian odia los mensajes de texto.

«Estoy bien, me he preocupado al no verte»

Estoy segura de que no va a contestar. Cojo el teléfono para llamar a Helena. Antes de que suene el primer tono cuelgo ¡Son las seis de la mañana! Emma, céntrate.

Lo dejo sobre la mesa. Me visto y hago la cama, después, recojo los platos de la cena, los friego y vuelvo a sentarme.

El aburrimiento me rodea. Necesito trabajar o hacer algo. A las ocho no puedo más y llamo a mi amiga.

- ¿Te ocurre algo? - pregunta preocupada.

- Nada, nada, estoy Bien. Estaba aburrida... ¿Te he despertado?

- No, yo tampoco puedo dormir -afirma con la voz triste.

Me alegra que haya otra persona madrugadora.

- ¿Por qué no te vienes? Así me cuentas que es lo que te quita el sueño -espero con ansias a que diga que si.

- Vale, me visto y salgo.

Estoy a punto de colgar del teléfono.

- ¿Oye? - Digo dos octavas por encima del tono normal - trae churros, por favor. Ian está muy pesado con la alimentación saludable.

La escucho reír a través del altavoz. Por lo menos a ella le hace gracia.

- Te voy a llevar churros con chocolate y algunas galletas para que las escondas -contesta riendo todavía.

-Eres la mejor.

La espero sentada en la mesa mientras tamborileo con los dedos. Suena la melodía de mi móvil. El nombre de Ian brilla en la pantalla.

Algo me dice que me está mintiendo. Lo tengo tan claro como que es de día. Dejo que suene hasta que cuelga. Señor Garret, la época de las mentiras se terminó.

Helena toca a la puerta. Al abrir lo primero que me enseña es la bolsa de churros y el botecito con el chocolate. Se lo quito de la mano sin contemplaciones y la invito a entrar.

Tiene unas ojeras negras bajo los ojos muy marcadas.

Cojo un plato para poner los churros en él.

- No tienes buena cara ¿Qué te pasa?

Se pasa la mano por la frente.

- Estoy un poco agobiada - contesta resoplando - el consejo está investigando a Will y van a hacer una auditoria a fondo.

- ¿Por el dinero que desgravaron sus empleados?

Se está poniendo demasiado seria la cosa y Will puede llegar a tener muchos problemas, porque su deber como director era hacer auditorias y comprobar que eran correctas. Dudo que las revisara ni una vez.

- Si. Está muy nervioso. Últimamente solo discutimos - asoma una lágrima que quita rápidamente.

Odio verla triste. Los hermanos Garret son fuertes y luchadores. Pueden con todo.

- Lo vais a solucionar, ya lo verás. Es normal que esté más irascible, está preocupado - explico intentando darle ánimos - dale un poco de tiempo.

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