Las amantes del Señor Garret romance Capítulo 89

El camarero nos guía hasta la mesa que tiene reservada para la cena. Ni Will ni Helena han llegado todavía.

- ¿Quieren tomar algo mientras esperan? -pregunta atento.

- Agua, por favor - es una lástima no poder pedir un buen vino.

- Lo mismo que ella - pide apiadándose de mi.

Que yo no pueda beber no significa que el no pueda disfrutar. Además, se que le encantan los vinos.

- ¿Por qué no te pides alguno de estos vinos? -abro la carta por la parte de las bebidas. Tienen unos cuantos reservas que parecen buenos - No tienes que hacerlo por mi.

- Hoy no es día para beber.

Desenrolla con cuidado su servilleta hasta que la tiene totalmente alisada, para terminar soltándola sobre la mesa sin ningún cuidado.

La misión de la cena es hacer las paces, hablar y charlar. Con un par de copas de vino hasta podríamos destensar la situación antes de tiempo. Si Ian no quiere beber es porque tiene algo en mente y quiere estar lúcido.

-No vayas a hablar de trabajo, Ian. Ya sabes como se pone cada vez que se le toca el tema.

-Me da en la nariz que la cena va a ser divertida - coge una aceituna de un platito pequeño que acaba de traer el camarero, después de inspeccionarla detenidamente se la mete en la boca - si hablamos de trabajo o de su vida amorosa ¿no crees?

Suelto un largo suspiro dándome por vencida. Tiene razón, da igual de lo que hablemos, Will tiene demasiados frentes importantes abiertos. Aunque es de mala educación, coloco un codo sobre la mesa y apoyo la cabeza sobre la mano cerrada en un puño.

Ir a cenar con personas que sabes que te van a dar la noche deprime a cualquiera.

- ¡Hola chicos! - saluda Helena acercándose a nosotros.

Rápidamente quito el codo de la mesa y saludo con una sonrisa. Mi mirada se desvía a Will, que tiene el ojo con un color entre amarillo y morado bastante feo. Cambio la sonrisa por una de disculpa aunque no lo merezca.

-Hola - saluda secamente.

Ian no contesta. Lo que pensaba que iba a ser una buena idea se ha convertido en un momento de tensión que ahora mismo me gustaría evitar.

- ¿Cómo te encuentras?- pregunto.

Arrastra la silla haciendo un ruido desagradable.

-Como me ves - afirma señalándose el ojo.

El camarero llega para tomar nota justo cuando Ian abre la boca para contestar algo.

-Buenas noches ¿Qué desean beber? - pregunta a los recién llegados.

Helena mira nuestra botella de agua y pide lo mismo, en cambio Will pide una cerveza. No puedo quitarle los ojos de encima. Siento lástima porque su comportamiento está distanciando a Helena de su lado y a su hermano.

Al fondo del restaurante, caminando a paso ligero hacia la puerta llama mi atención una melena rubia. Me levanto de un salto y voy hacia donde la he visto. Juraría que es Sarah. Llego a la barra donde me ha parecido verla. No está.

Ian, Will y Helena también se han levantado y me han seguido, sin saber que ocurre ni lo que hago.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Las amantes del Señor Garret