Libido +18 romance Capítulo 62

"¡Espera! ¡Yo no sea fea, pero tampoco soy una miss universo!"

"Yo igual. Aunque no soy feo, no soy considerado como el hombre más guapo del mundo."

"Yo... No soy muy alta. ¡No sobresalgo por delante ni por detrás!"

"No soy alto si me comparas con un jugador de básquetbol.

Tampoco tengo mucho por delante ni por detrás."

"Yo... Yo todavía..."

Ariel se devanaba los sesos al pensar en la gran diferencia que había entre ellos, pero Charlie sabía cómo responderle y ella no supo qué más decir.

En ese momento, Charlie golpeó su cabeza: "¡Tu capacidad mental no es grande, no la sobrecargues!"

"¡Sí! Soy muy estúpida, tardó en responder y no sé cómo explica las cosas."

"No hay problema. He estado aprendiendo durante años solamente para poder entenderte algún día."

"Reducirás el coeficiente intelectual de tus hijos. ¡Deberías tener cuidado!" Ariel lo dijo muy apurada. Charlie se quedó en silencio y la vio muy feliz. ¡Finalmente había algo que él no podía responder! 

¡El coeficiente intelectual de la próxima generación es muy importante!

"Eso sería un gran problema."

Él lo dijo muy serio.

"Sí, claro. Es muy importante." Ariel lo dijo con mucha alegría.

"Entonces no tengamos hijos. Si es necesario, adoptaremos uno en el orfanato, ¿de acuerdo?"

"¿Qué?"

"Ariel, lo creas o no, ¡estoy muy seguro de que somos una pareja hecha el uno para el otro!" 

La tomó en sus brazos, pasó su gran mano por su cabello y dijo: "Entiendo tus preocupaciones. No necesitas integrarte a mi mundo con tanto esfuerzo. Intentaré ser parte de tu mundo. No necesitas ser la mejor. Eres perfecta como eres ahora mismo. Deja que me encargue de lo demás."

"Pero... Tengo miedo que otros se rían de ti y dirán que tu prometida no tiene dinero ni poder y no es una hija consentida con dinero."

"No te preocupes. Yo soy rico y poderoso. Yo te consentiré."

Su voz era baja y elegante, e hizo que temblara cuando escuchó esas palabras.

El había dijo... 

Soy rico y poderoso. Yo te consentiré.

Esa frase hizo que su corazón palpitara con más fuerza.

"Yo todavía..."

No había terminado de hablar, y de la nada, Charlie se inclinó y cubrió su boca con sus labios.

"Este..."

Ella estaba indefensa, y solo podía susurrar.

Él ejercía tanta fuerza que no la dejaba respirar.

Ella estaba sin aliento y se sintió un poco débil. Parecía que una pequeña corriente recorría su cuerpo de arriba a abajo, quitándole toda la fuerza que tenía.

Después de un tiempo, la dejó ir. Tenía miedo de que si seguía, no lo iba a poder aguantar.

Ella todavía era joven. Cualquier movimiento falso podía conducirlos a la lujuria.

Su respiración comenzó a acelerarse, y en sus ojos se notaba que quería más.

"¿A qué más le tienes miedo?"

"Tengo miedo de..."

Hace poco, antes de que ella terminara de hablar, él la interrumpió y ahora volvió a preguntar

"Continua. Te estoy escuchando."

"¡No me has dado la oportunidad de decirlo!"

"Tú misma dijiste que eras estúpida. Yo pienso que eres inteligente y también muy valiente por tratar de querer alejarte de mí."

Esas palabras la hicieron tener los pelos de punta.

"¡Estoy preocupada por ti!"

"No necesitas preocuparte de nada. Es un honor que me causes problemas para poder resolverlos, ¿entiendes?"

Ariel no supo qué más decir después de eso.

Ella no sabía que Charlie podría hablar de esta manera. Si le decía una cosa, él respondía con diez más!

No iba a llegar a nada hablando con él.

"No sigamos hablando. Entre más hablé contigo, más enojada estaré. ¡Será mejor que me lave los dientes!"

Ella estaba enfadada y tomó el cepillo de dientes eléctrico. Charlie por fin pudo relajarse...

Después de cepillarse los dientes y lavarse la cara, se tomó el cereal de avena caliente, el sabor era como le gustaba.

Charlie pidió el día libre, pero todavía tenía que lidiar con unos asuntos del trabajo.

Él no quería que ella siguiera pensando en esas cosas, así que la llevó a su estudio.

"¿Qué estás haciendo? No me gusta leer esos libros."

"¿Quién te dijo que te vas a poner a leer? ¿Ya terminaste tu tarea?"

"¡Dios mío!"

Ariel se dio unas palmaditas en la cabeza y se acordó que tenía deberes escolares.

Charlie vio que se quedaba callada y comenzó a ocuparse de su trabajo.

Después de diez minutos, le comenzó a doler la cabeza a Ariel y no quiso hacer más.

Oye, puedes echar una partida y volver a hacer tu tarea.

Cuando termines la partida, tómate un vaso con agua y ve al baño, después vuelve a hacer tu tarea.

Después de ir al baño, le dio hambre. Planeo comerme unos bocadillos y después volver a hacer mi tarea.

Cuando terminó sus bocadillos, ya eran las :. Esperó hasta las : para continuar su tarea...

Ella no tenía fuerza de voluntad para seguir haciendo su tarea.

Mientras trataba de evitar hacerla, observó a escondidas a Charlie.

Era cierto que los hombres trabajadores se ven más guapos.

Charlie estaba tecleando frente a la computadora. Parecía muy concentrado.

Él no tenía tiempo para descansar y en ese momento tenía una breve videoconferencia.

Todo lo que decía era muy conciso y detallado. Cada vez que hablaba, todos se quedaban en silencio para escucharlo.

Ella se sintió muy orgullosa.

¡Este hombre era irresistible!

Ella quería publicarlo en Internet y que todos supieran que su novio era alguien con gran poder y riquezas. ¡Se volvería famosa de la noche a la mañana!

Charlie terminó su trabajo y la vio sonriendo.

"¿Has terminado tu tarea?"

Preguntó con una ceja levantada.

"Continua. Te estoy escuchando."

"¡No me has dado la oportunidad de decirlo!"

"Tú misma dijiste que eras estúpida. Yo pienso que eres inteligente y también muy valiente por tratar de querer alejarte de mí."

Esas palabras la hicieron tener los pelos de punta.

"¡Estoy preocupada por ti!"

"No necesitas preocuparte de nada. Es un honor que me causes problemas para poder resolverlos, ¿entiendes?"

Ariel no supo qué más decir después de eso.

Ella no sabía que Charlie podría hablar de esta manera. Si le decía una cosa, él respondía con diez más!

No iba a llegar a nada hablando con él.

"No sigamos hablando. Entre más hablé contigo, más enojada estaré. ¡Será mejor que me lave los dientes!"

Ella estaba enfadada y tomó el cepillo de dientes eléctrico. Charlie por fin pudo relajarse...

Después de cepillarse los dientes y lavarse la cara, se tomó el cereal de avena caliente, el sabor era como le gustaba.

Charlie pidió el día libre, pero todavía tenía que lidiar con unos asuntos del trabajo.

Él no quería que ella siguiera pensando en esas cosas, así que la llevó a su estudio.

"¿Qué estás haciendo? No me gusta leer esos libros."

"¿Quién te dijo que te vas a poner a leer? ¿Ya terminaste tu tarea?"

"¡Dios mío!"

Ariel se dio unas palmaditas en la cabeza y se acordó que tenía deberes escolares.

Charlie vio que se quedaba callada y comenzó a ocuparse de su trabajo.

Después de diez minutos, le comenzó a doler la cabeza a Ariel y no quiso hacer más.

Oye, puedes echar una partida y volver a hacer tu tarea.

Cuando termines la partida, tómate un vaso con agua y ve al baño, después vuelve a hacer tu tarea.

Después de ir al baño, le dio hambre. Planeo comerme unos bocadillos y después volver a hacer mi tarea.

Cuando terminó sus bocadillos, ya eran las :. Esperó hasta las : para continuar su tarea...

Ella no tenía fuerza de voluntad para seguir haciendo su tarea.

Mientras trataba de evitar hacerla, observó a escondidas a Charlie.

Era cierto que los hombres trabajadores se ven más guapos.

Charlie estaba tecleando frente a la computadora. Parecía muy concentrado.

Él no tenía tiempo para descansar y en ese momento tenía una breve videoconferencia.

Todo lo que decía era muy conciso y detallado. Cada vez que hablaba, todos se quedaban en silencio para escucharlo.

Ella se sintió muy orgullosa.

¡Este hombre era irresistible!

Ella quería publicarlo en Internet y que todos supieran que su novio era alguien con gran poder y riquezas. ¡Se volvería famosa de la noche a la mañana!

Charlie terminó su trabajo y la vio sonriendo.

"¿Has terminado tu tarea?"

Preguntó con una ceja levantada.

Después de comer, fueron a las aguas termales, que estaba llena de vapor. Cada piscina tenía una forma única y natural. En el medio de cada una había una gran piedra y arriba, un bloqueador para el viento.

Ellas se pusieron sus trajes de baño y se prepararon para salir.

Afuera le habían preparado vino de frutas, que tenía un ligero olor a vino, pero más era la dulzura de las frutas. No pudieron evitar beber un poco.

Cuando las mujeres se juntan, chismean de más, y en este

departamento había más de diez mujeres.

"¡Dios, ese es nuestro jefe! ¡Se ve mucho mejor que en la televisión! ¡Estaba sentado en la primera fila del autobús! ¡Qué galán!"

"¡Si tan solo pudiera casarme con él, sería muy feliz! El jefe es guapo y rico, ¡y solo hay unas pocas que son dignas de estar con él! Hay muchas celebridades en la ciudad, y el jefe definitivamente elegirá a una de ellas. ¡No se hagan tantas ilusiones!"

"No necesariamente. ¿Qué pasaría si al jefe le gustan las mujeres humildes?"

"¿Qué le gusté una mujer humilde... y muerta de hambre?"

Ellas comenzaron a reírse.

Ariel se escondió silenciosamente a un lado, bajó la mirada suspiró.

¡Qué rabia!

¿Por qué a los hombres no les gustan los de su tipo?

Yoana nadó hacia ella y dijo: "No sigas mirando. No se agrandarán con la mirada."

"¿Por qué a los hombres no le gustan las mujeres como yo?"

Yoana pensó por un momento y le dijo: "Creo que tienen miedo a que no vayas a alimentar bien a sus hijos."

"¿Será que tengo mala suerte?"

"Todavía eres joven. Todavía tienes tiempo."

Las palabras de Yoana la consolaron mucho.

Solo había que esperar. Parece que debería beber más leche para que crecieran.

Después de un tiempo, todas las chicas se fueron. Yoana estaba cansada y también se fue.

Solo Ariel yacía cómodamente dentro de la piscina, y no quería moverse.

Después de haber bebido un poco de vino, su cuerpo estaba caliente y sintió que se le abrían los poros.

Ella estaba acostada en el borde de una roca. Sus mejillas calientes estaban sobre la fría superficie de esa roca, era muy cómodo.

Solo podía enfriarse de esta manera y no quería irse.

¡Si tan solo tuviera en ese momento un gran cubo de hielo!

De repente, sintió que alguien se acercaba.

Abrió un poco los ojos, pero solo vio una silueta.

Esa persona se acercó y ella vio claramente su rostro.

Guao... ¡Qué chico tan guapo!

"Ariel, ¿has estado bebiendo?"

Charlie se dio cuenta de que ella no había regresado, por lo que fue a buscarla. Vio a Ariel tirada en el borde de la piscina como si fuera una foca.

Cuando entró, olió un leve aroma a vino, miró la botella que estaba a su lado y entendió que había bebido mucho.

"¿Charlie?"

Ella reconoció quien era, susurró su nombre y no pudo evitar reír.

Ariel agarró su mano. Lo tomó por sorpresa y lo derribó al suelo.

¡Su cuerpo estaba frío y se sentía muy rico!

"¡Abrázame!"

¡Su cuerpo estaba frío y se sentía muy rico!

"¡Abrázame!"

Ariel se le acercó como un pulpo, y la bata que tenía puesta se le estaba cayendo.

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