Leonor respiró una bocanada de aire frío cuando el conductor insistió en que se uniera a ellos para dar un paseo. Terminó por ceder y lo siguió.
Una vez que subió, el conductor cerró la puerta tras ella, lo que cortó el turbulento sonido del fuerte aguacero que caía en el exterior. El auto era cálido y acogedor. La enorme diferencia de temperatura hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Leonor poco después de entrar. Claudio no le prestó atención, sino que se limitó a ordenar al conductor que se pusiera en marcha.
-Sí, Señor -respondió el conductor y arrancó a toda velocidad.
Nadie habló una sola palabra en todo el trayecto. El agua chorreaba por la ropa de Leonor y ésta se acurrucó como un ovillo en su asiento. Se sentía muy incómoda por haber ensuciado y mojado el asiento.
Leonor ni siquiera preguntó a dónde iban. En cambio, le dio la espalda a Claudio y se limitó a mirar por la ventana.
Las fugaces escenas del exterior se volvieron cada vez más desconocidas a medida que el viaje continuaba. Después de casi media hora, llegaron a un vecindario elegante y el auto se detuvo frente a un condominio.
—Señor, ya hemos llegado -dijo el conductor.
Claudio dejó por fin el documento que llevaba en la mano y asintió. Al ver que estaba a punto de salir, Leonor lo llamó, quería saber a dónde se dirigían.
-¡Señor Blandón!
Pero Claudio se bajó y caminó hacia el ascensor sin siquiera voltear. Leonor dejó escapar una mueca de fastidio mientras él se alejaba. Detrás de ella, el conductor la apresuró a entrar.
—Señorita Sandoval, por favor, siga al Señor Blandón.
—Lo siento, pero ¿puedo saber por qué estoy aquí? — preguntó ella.
El chófer la miró con torpeza y negó con la cabeza.
-Lo siento. En realidad, no tengo ni idea.
Leonor suspiró y siguió a Claudio al ascensor.
El ascensor subió hasta el piso 28 y la puerta se abrió poco a poco a una lujosa suite con una elegante ventana francesa. La puerta del ascensor se cerró detrás de ellos y Leonor no pudo evitar quedarse boquiabierta ante la vista que tenía delante. Podía ver el horizonte de toda la ciudad desde donde estaba.
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