El beso duró tres minutos, Lorinda empezó a tener dificultades para respirar. Su otra mano estaba firmemente agarrada por él, haciéndola sentir debilitada. A través del velo blanco, miraba a Lucián, sintiendo un cosquilleo en el corazón que nunca había experimentado antes.
Él lucía un traje blanco, guapo y elegante, brillando con un aura que dejaba a Lorinda deslumbrada.
"Carlota, pareces demasiado tensa". Lucián la rodeó con su brazo, sonriendo al verla tan nerviosa que apenas podía respirar, y pronunció su nombre.
Esa única palabra, “Carlota", logró tranquilizar el corazón de Lorinda una vez más y devolverla a la realidad. Ella era Lorinda, no Carlota...
Esa noche solo fue un sueño. Después de la ceremonia de compromiso, hubo una fiesta de recepción. Lorinda se cambió a un vestido color rosa claro.
Delia la siguió durante todo el camino. A pesar de que no le gustaba la intimidad entre Lorinda y Lucián, entendía que la unión con la familia Ortega era más importante.
"¡Maquíllala de nuevo, más capas de base!". En el vestuario, después de ver a Lorinda salir con su vestido rosa, Delia le ordenó inmediatamente a la maquilladora.
La maquilladora no conocía a Lorinda ni a Carlota, por lo que no podía decir quién era quién. Al escuchar la solicitud de Delia, frunció el ceño: "El maquillaje está bien, no se ha corrido en absoluto, y la piel de la Srta. Neri está en buenas condiciones, se vería mejor con un maquillaje ligero y no tan pesado".
Sin el velo y las joyas de la boda para ocultar su rostro, Lorinda se veía claramente hermosa. Delia temía ser descubierta, así que dijo: "Haz lo que te pido, ¡haz tu trabajo ahora que te han pagado!".
Al final, la maquilladora tuvo que acercarse y retocar el maquillaje de Lorinda. No entendía los caprichos de los ricos a veces. Teniendo una piel tan buena, ¿por qué insistir en arruinarla?
El maquillaje de Lorinda era pesado y, aunque seguía siendo hermosa, ya no tenía su estilo original. Se sentó frente al espejo, mirando su reflejo algo extraño, y lentamente apretó sus manos.
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