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Esa lluvia de información, dejó a las niñas perdidas, aun siendo tan pequeñas pasando por todo lo que pasaron fue desgarrador y quedaron devastadas.
A Mia le gustaba el diputado y parecía más abatida. Y estábamos tratando de encontrar una manera de hacer que este hombre pagara por todo lo que había hecho.
Pero como estaba en Brasil ya habían pasado más de veinte años sin ninguna prueba, pues el hombre tuvo mucho cuidado de no dejar ninguna prueba ni rastro.
Después de dos días que estábamos todos allí, Mia desapareció y solo quedó una nota de que ella arreglaría las cosas a su manera.
Esam estaba preocupado por su cuñada, ya que podría hacer algo que la dañaría por el resto de su vida.
Después de mucha conversación e intercambio de mensajes en los que ella decía que todo estaba bien, al tercer día decidimos ir a la finca y cuando llegamos estaba todo hecho un lío.
Y cuando digo confusión es porque las cosas estaban muy feas.
Aterrizamos, Nadia, con el pie aún lastimado, Nathalia, Esam y la tía Sophia.
- Dios mío, hay policías por todas partes – nos dice la tía Sophie cuando estamos en el coche yendo a la granja – Lo que ha hecho esta chica.
Era una mañana de domingo, muchos carros de policía, la finca estaba muy bien cuidada como lo había descrito el tío Alex, a los ojos de la gente eran la familia modelo, pero en realidad no era así.
Cuando bajamos del auto nos llevaron a la sala, donde Mia estaba sentada con una mirada distante, la mamá del diputado estaba llorando y él no estaba.
- Mia querida, ¿estás bien?
– pregunta la tía Sophie, ya con una gran barriga esperaba un niño.
- Estoy bien - respondió ella mirando a la mujer que la acogía como a una madre.
- ¿Que pasó, cariño?
- Murió.
- ¿Quien murió?
- Mi marido, se ha ido – se levanta y viene hacia nosotros – Lo siento por no poder recibirlos bien, pero mi marido – llora – Se tiró por el precipicio que tenemos aquí en la finca, se suicidó – y la mujer sollozó al decírnoslo.
- Dios mío - exclamó la tía Sophie.
- Intenté detenerlo, pero no pude, estaba fuera de control – todos en ese momento nos miramos y pensamos lo mismo.
- ¿Dónde está el diputado?
- Él no está aquí, él viene - gritó desconsoladamente.
- Mía viniste aquí sola – negó con la cabeza afirmando, por lo que Nathalia se quedó impactada con su hermana y nos miró.
- ¿Podemos ayudar en algo?
- Esam pronto se preparó.
- Si puedes meterte con la parte burocrática, no tengo las condiciones para eso.
- Sí, te ayudaremos hasta que llegue el diputado.
Y luego fuimos los tres a hablar con los policías, yo, Nádia y Esam.
El hombre fue encontrado por uno de los empleados en la mañana, caído y muerto, estaban trabajando en el caso como un suicidio ya que no se encontró nada allí que hiciera creer que fue un asesinato y como el investigador que lo conocía del pequeño pueblo. dijo, un hombre tan bueno no sería asesinado así, no sabía que muchos querían haber hecho el trabajo.
Llegó el Diputado y le dejamos que él resolviera si quería o si no se procede al entierro.
Y nos pidió que lo cuidáramos por él que estaba zarandeado, qué podía decir yo del Diputado que era un niño que fue adoptado por un hombre enfermo y que lo moldeó mal y que por amor a una mujer lo estaba redimiendo mismo de sus pecados.
El velatorio fue pomposo y lleno de gente que dividía opiniones, los empleados lo miraban con disgusto, la gente del pueblo con admiración al granjero rico que ayudaba a los necesitados, la esposa solo lloraba, Mia parecía congelada y el Diputado era una mezcla de sentimientos que nadie supo explicar.
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