Matrimonio de una noche romance Capítulo 5

Para Ethan era difícil, realmente difícil entender por completo todo lo que estaba sucediendo. Desde que era niño había mantenido consigo el pensamiento de que no debía de formar una familia, que debía enfocarse únicamente a trabajar en la empresa que su padre tanto le había exigido cuidar. Siempre había creído que era imposible poder hacer feliz a un niño cuando dedicaba el cien por cierto de su tiempo a la empresa. Incluso por un tiempo se había culpado a si mismo por el hecho que su matrimonio con Beaty no hubiera funcionado.

Había pensado que pasar tanto tiempo en la oficina había terminado por provocar que todo el “Amor” que algún día se había llegado a tener muriera por completo.

Al inicio todo había estado perfecto, se habían conocido gracias a la familia de Beaty que la había llevado a una de las cuantas fiestas de aniversario que habían organizado en la empresa, habían comenzado a salir por intereses y finalmente se habían casado. Creyendo que lo que tenían era amor cuando en realidad solo había sido interés severamente endulzado.

Confundiendo las salidas semanales que solían hacer a las afueras de la ciudad, confundiendo por completo los besos y caricias que normalmente se regalaban.

Todo lo habían confundido, creyendo que en verdad había un amor especial en medio de aquella ambición.

Cuando Ethan se había dado cuenta que el amor que supuestamente alguna vez se tuvieron había desaparecido por completo, pidió el divorcio. Tratando de seguir aquella imagen de matrimonio feliz que por mucho tiempo habían mostrado frente a las cámaras pero cuando las peleas se intensificaron y todo parecía derrumbarse fue que realmente escapó a uno de los hoteles.

—¿Qué piensas hacer?— preguntó Drake, manteniéndose al lado de Ethan, observando únicamente como su jefe se llevaba el vaso de café hacia los labios, justamente al mismo tiempo que con su otra mano se limpiaba alguna lagrima que se deslizaba sin control por su mejilla.

—No lo sé— fue lo único que pudo contestar el joven empresario después de colocar el vaso de café sobre el porta vasos del auto. Negando levemente mientras pensaba en la manera más adecuada de decir todo lo que necesitaba decir— ella no desea un hijo y yo tampoco lo quería... estoy volviéndome loco.

—Tienes que pensar adecuadamente lo que planeas hacer, dijiste que terminarías con este matrimonio lo más pronto posible. No puedes mantener ese absurdo matrimonio.

—Lo sé, realmente lo sé— susurró Ethan, realmente entendiendo las palabras que Drake le acababa de decir, entendiendo que aquel inoportuno matrimonio podría causarle grandes problemas en el futuro. Estaba cansado de los problemas, cansado de imaginar que aquella rubia mujer podría causarle incluso muchísimos más problemas de los que su prima le había causado.

—No conoces a esa mujer, realmente no sabes si su bebé sea tuyo, no conoces su pasado y sobre todo desconocemos por completo sus intenciones.

—Ella era...ella no...— soltó Ethan, volteándose hacia él con el rostro totalmente inexpresivo.

—¿Qué?

—Lo recuerdo perfectamente, no debería decirte esto pero ella lo era.

—¡Es imposible!— dijo Drake, negando con fuerza. Totalmente seguro que lo que Ethan acababa de decir era un completo error, creyendo que la gran cantidad de alcohol que había bebido esa noche le había causado una gran confusión— debe de ser de otra manera— añadió, tratando de convencerlo con pocas palabras que todo lo que él creía podía ser un completo error.

Ethan negó, aferrado ante la idea que él había sido el primer hombre que había estado con ella, aferrado a la idea de que aquel bebé era suyo. Ahora lo podía recordar bastante bien, lo recordaba casi a la perfección y eso le daba muchísima seguridad.

—Hablaré con ella— soltó— no quiero estar casado con ella para toma la vida pero tampoco quiero permitir que esa mujer asesiné algo que realmente estoy deseando.

—¿Qué sucederá cuando te des cuenta que en verdad tener un bebé no es lo que quieres?— preguntó Drake, conociendo perfectamente como Ethan solía aburriste rápidamente de las cosas y sobre todo de las personas. Sintiéndose afortunado de no haber sido despedido ya.

—Podré mandarlo con su madre– soltó antes de soltar una pequeña sonrisa entristecida— no creo que eso pueda ser posible.

—Entonces...¿Qué quieres hacer?

—Quiero quedarme con el bebé, quiero quedarme con la custodia completa. Así ella no tendrá por qué quedarse con un hijo que no desea y yo no tendré que quedarme con una mujer que no deseo— dijo Ethan, asintiendo como si lo que acababa de decir fuera el plan más perfecto que hubiera creado— únicamente tendré que cuidar de ella en el embarazo, hacerla firmar un documento donde especifique que cede sus derechos como madre y entonces nos divorciaremos una vez que nazca el bebé. Entonces no la necesitaré más.—añadió.

—¿Estas completamente seguro de lo que estás diciendo?

—Completamente seguro así que llévame a verla, estoy listo para hablar con ella.

****

Winter volteó hacia la puerta cuando el sonido de esta la hizo abrir los ojos con rapidez, imaginándose que aquel hombre de rostro frio entraría por aquella puerta en cualquier momento, imaginación que la obligó a sentarse de golpe sobre la cómoda cama que se encontraba dentro de aquella habitación lujosa. Relajándose de inmediato al finalmente encontrarse con dos mujeres delgadas con los ojos totalmente llorosos e incluso un poco enrojecidos.

—Peleamos un poco— anunció una de ellas, acomodándose los gruesos anteojos de armazón rosa que traía sobre su delgada nariz pecosa— ¿Por qué no me dijeron que estaba sucediendo?— preguntó repentinamente, lista para comenzar una nueva pelea si era necesario.— odio que me excluyan de todo— añadió.

—No tuve tiempo para explicártelo— contestó Winter, bajando la mirada hacia la intravenosa que atravesaba su piel— lo siento, Rexi.

—¿Cómo te sientes?—preguntó Vania, acercándose a ella con apresurados pasos que sonaron levemente sobre el suelo.

—¿Sigues sintiéndote mareada?—soltó Rexi, acercándose al igual que Vania, tomando asiento sobre uno de los asientos que se encontraban al lado de la cama de Winter—¿Qué es eso?—preguntó antes de señalar un gran ramo de rosas blancas que se encontraba al lado de una de las ventanas de la habitación.

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